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La mano izquierda de Dios - Reflexiones Católicas. www.quieropredicascatolicas.info La mano izquierda de Dios, mis queridos hermanos para cada alma Dios tiene 2 manos y la emplea de un modo distinto …Más
La mano izquierda de Dios - Reflexiones Católicas.

www.quieropredicascatolicas.info La mano izquierda de Dios, mis queridos hermanos para cada alma Dios tiene 2 manos y la emplea de un modo distinto ya que todas las almas son diferentes.
Que no se entere tu mano izquierda de lo que hace la derecha, con la derecha como a palomas blancas y ovejas dóciles Dios guiaba a Juan evangelista, a Francisco de Asís, a Juan de la Cruz, a Francisco Javier, a las dos Teresas, pero para conquistar a Pedro a Pablo, a Magdalena, a Agustín, a Ignacio de Loyola, Dios tuvo que emplear la mano izquierda, ¡la mano izquierda de Dios!; si ante la mano derecha nos revelamos entonces entra en juego la izquierda, que busca un disfraz y se trueca en algo inesperado, una prueba, una tragedia, un dolor.
La mano izquierda de Dios trata de ser un freno que nos detiene, quiere alzarnos del barro en que caímos, se nos mete en el pecho para ver si logra hacernos entender.

Por ejemplo se rompe una presa que arrasa todos mis cultivos, o tengo un descuido inexplicable en la casa y mi hijo se quemó con aceite, íbamos en coche a velocidad y nos salió inesperadamente un camión y murieron en el acto mi mujer y un hijo quedándome solo en la vida, o bien invierto todo mi dinero en un negocio y mi socio me defraudó, perdiendo todo mi capital, mi hermana nunca ha tenido una enfermedad pero dicen los médicos que tiene algo incurable, nuestro hijo salió con un defecto congénito, jamás se ha abusado del alcohol y el tabaco y de pronto tengo un no se qué en el corazón.
Reflexiones Católicas - Ante la mano izquierda de Dios que cuando actúa irrumpe casi siempre inesperada e implacable en nuestra existencia, nuestra primera reacción es un grito de rebeldía y desesperación nos olvidamos de la presa, del coche, del cáncer, de la muerte, porque adivinamos que ellos no tienen en definitiva la culpa, presentimos a Dios como responsable de ese dolor, que por ser tan terriblemente profundo no puede venir de la criaturas, y lógicamente nos enfrentamos a Dios y le gritamos, le emplazamos, le protestamos, le exigimos, le desafiamos, le condenamos.