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Domingo XXII de Tiempo Ordinario (C), 1-9-2013 Bienvenidos todos a la Eucaristía de este último fin de semana del mes de agosto. Poco a poco la mayoría de nosotros volvemos de las vacaciones y la …Más
Domingo XXII de Tiempo Ordinario (C), 1-9-2013

Bienvenidos todos a la Eucaristía de este último fin de semana del mes de agosto. Poco a poco la mayoría de nosotros volvemos de las vacaciones y la parroquia vuelve a su actividad normal.
Y hoy, como cada domingo, Jesús viene otra vez a nuestro encuentro, con su Palabra y su entrega.
Jesús vino a cambiar nuestro corazón y aquí, ahora, en la eucaristía que estamos empezando se acerca otra vez a nosotros para enseñarnos otra forma de vivir y de hacer las cosas. Por eso hoy nos habla en el evangelio de humildad y de amor a todos sin esperar nada a cambio.
Son cosas muy difíciles en el mundo de hoy; pero con Jesús es posible.


Domingo XXII del T. O. (C), 1-9-2013
Lectura del santo Evangelio según San Lucas(14, 7-14)
En aquel tiempo, Jesús fue un sábado a comer a casa de un judío muy importante. Al ver que los invitados escogían las primeras sillas, Jesús les dijo este ejemplo: - Cuando te inviten a una boda, no te sientes en la silla principal porque es posible que haya otra persona más importante que tú; y la persona que os ha invitado te dirá: "deja esta silla para mi amigo". Entonces, avergonzado, te irás a sentar en la última silla. Al contrario, cuando te inviten, siéntate en la última silla, para que cuando venga la persona que te invitó, te diga: "Amigo, ven a sentarte más cerca de mí". Entonces podrás sentir orgullo delante todos los invitados.
Porque la persona soberbia será humillada; y la persona humilde será enaltecida. Y Jesús dijo a la persona que lo había invitado: - Cuando hagas una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus familiares, ni a los vecinos ricos; porque ellos te invitarán y no ganarás nada. Cuando hagas un banquete, invita a los pobres, a los enfermos, a los cojos y a los ciegos; y serás feliz, porque no pueden pagarte; te pagarán el día de la Resurrección.