Devocionario de Reparación y Desagravio
a los Sagrados Corazones.
CASAS DE DESAGRAVIO
PROMESAS DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA
POR CADA HORA DE DESAGRAVIO[1]
- Mil días de indulgencias.
- La Protección continua, para vosotros durante los días calamitosos.
- La Salvación Eterna de las almas de vuestros parientes que no se han convertido.
- Liberación de mil Almas del Purgatorio.
- La anulación de hechizos y conjuros mágicos, ritos satánicos en perjuicio de vosotros y de vuestros familiares.
- La Asistencia personal mía, de Jesús y San José en el día de vuestra muerte.
- La Promesa de la Bendición que sólo los Santos encuentran, tanto en el Cielo como en la tierra.
- El conocimiento inmediato de vuestros pecados, a fin que os enmendéis y os confeséis ante el sacerdote.
- La curación de los enfermos, de los cuales Dios disponga en Su Misericordia restablecer la salud.
- La Aceptación de la Divina Voluntad en todo lo que Dios os enviare, con ello vendrá la Purificación de todos vuestros males y la Santificación de vuestras almas.
- Conocimiento profundo de las cosas Celestiales mediante el Don de la Fe.
- La Gracia para perseverar y vencer en los ataques del anticristo.
(Un segmento del Cuarto Mensaje Universal, donde la Virgen hace otras Promesas por la Hora de Oración de Reparación y Desagravio):
Si hacéis una buena confesión y recibís con frecuencia a Jesús Sacramentado:
- Recibiréis Conocimiento interior para discernir lo que viene del maligno.
- Recibiréis palabras para instruir en la Fe Católica a cuantos se os acercan con propósitos de conversión. Y por último:
- El premio de la Consolación que Dios entrega a las almas dóciles y humildes, pero debéis hacer, de vuestra Hora de Desagravio, una hora de Amor y de Fe.
PETICIONES DE LA SANTÍSIMA VIRGEN
PARA LAS CASAS DE DESAGRAVIO
- Que las Casas de Desagravio se promuevan en todos los movimientos de la Iglesia.
- Que haya multitud de ellas, y que cada una esté reportada con el Párroco que le corresponda.
- Que la oración, principalmente los días jueves o viernes, sea iniciando a las 3:00 de la tarde, Hora de la Divina Misericordia.
- Que haya una pareja responsable de esa casa: matrimonio o dos personas de la misma familia.
- La oración tendrá que ser diaria por las Siete Espadas que atraviesan mi Corazón Inmaculado.
EL ORDEN PARA REZAR LAS ORACIONES
- Trisagio a la Santísima Trinidad, Pág. 57.
- Comunión Espiritual, Pág. 156.
- Lectura del Evangelio del día.
- Oración de San Miguel Arcángel, Pág. 156.
- Oración al Ángel de la Guarda, Pág. 161.
- Letanías de los Santos Ángeles, Pág. 159.
- Consagración a la Preciosa Sangre, Pág. 89.
- Corona de la Misericordia, Pág. 125.
- Antigua Oración a San José, Pág. 54.
- Alabanza de Desagravio, Pág. 143.
Durante los Siete Días de la Semana, en recordatorio de mis Siete Dolores y en ejercicio de las Siete Palabras del Oficio del Viernes Santo, emitidas por mi Santísimo Hijo, ofreceréis una Hora de Reparación y Desagravio a los Dos Sagrados Corazones. Lo haréis por los Sacerdotes y las Benditas Almas del Purgatorio.
MEDITACIÓN Y OFRECIMIENTO
PARA CADA DÍA DE LA SEMANA
Las SIETE PALABRAS de Nuestro Señor Jesucristo en la Cruz y los SIETE DOLORES que padeció Nuestra Madre, la Virgen María.
LUNES
1ª PALABRA DE JESÚS EN LA CRUZ:
“PADRE, PERDÓNALOS, PORQUE NO SABEN LO QUE HACEN.” (Lc. 23, 34).
Misericordioso, Señor, tan inclinado al Perdón de las almas que Exaltado en la Cruz, Mediador entre Dios y los hombres, para alcanzarnos la absolución de las ofensas cometidas contra Ti, la PRIMERA PALABRA pronunciada por Tus Labios fue de perdón para los que Te crucificaron: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.”
Por el Dolor grande que padeció Tu Santísima Madre al pie de la Cruz, al oír las burlas, mofas y ofensas que contra Tu Divina Persona proferían las lenguas de los judíos: Te suplico, Señor, absuelvas a las Almas del Purgatorio del resto de la pena que, por sus pecados, deben pagar en el Purgatorio. Y a los que, mortalmente hemos despreciado Tu Divina Persona con nuestra indiferencia o rechazo: Haz, Señor, que con verdadero dolor y lágrimas, la primera palabra que pronuncien nuestros labios sea para pedirte el perdón de nuestros pecados. Amén.
- Meditar en silencio y rezar un Padre Nuestro.
1° DOLOR DE MARÍA:
La Profecía del anciano Simeón cuando le dijo: “Una Espada de Dolor atravesará tu Corazón.”.
¡Oh, Bendita Virgen María!, Madre de Dios, por aquel Dolor que tú, Señora, sentiste cuando Simeón te profetizó que habrían de quitarle la Vida a tu Hijo Santísimo y que Él te sería ‘Espada de Dolor’ que traspasaría tu Alma: te suplico humildemente, nos alcances del Señor, verdadero dolor y arrepentimiento por nuestros pecados. Por este PRIMER DOLOR… y por los méritos del mismo, haz que seamos dignos hijos tuyos y sepamos imitar tus Virtudes. Amén.
- Meditar en silencio y rezar un Ave María.
MARTES
2ª PALABRA DE JESÚS EN LA CRUZ:
“EN VERDAD, TE DIGO, HOY ESTARÁS CONMIGO EN EL PARAÍSO.” (Lc. 23, 43).
Rey Supremo, Señor de los Cielos y Tierra, tan Compasivo con los dolores y sufrimientos de las almas que al ver desde el majestuoso Trono de la Cruz, toda la tribulación y angustia que con tanta resignación padecía por sus pecados el buen ladrón en el patíbulo de la cruz, la SEGUNDA PALABRA que pronunciaste fue prometerle la dicha y felicidad de Tu Compañía en el Cielo: “En verdad, te digo, hoy estarás Conmigo en el Paraíso.”
Por el profundo Dolor que sintió Tu Madre al pie de la Cruz al ver teñido de rojo por Tu Divina Sangre su Manto Sagrado: Te pido, Señor, Te acuerdes de las Almas del Purgatorio para que en vista de la paciencia y resignación con que sufren esos dolores y penas, las lleves a gozar las delicias de Tu Compañía en la Gloria. Y a los que por nuestros pecados merecemos padecer de las penas eternas, danos, Señor, como a Dimas contrición y lágrimas de verdadera penitencia. Amén.
- Meditar en silencio y rezar un Padre Nuestro.
2° DOLOR DE MARÍA:
La Huida a Egipto, escapando de la persecución de Herodes que quería matar al Niño.
¡Oh!, Serenísima Reina de los Ángeles, Madre de Dios, por aquel Dolor que tú, Bendita Virgen, sentiste cuando tuviste que escapar a Egipto, para salvar de la muerte a tu Hijo Recién Nacido, ya que Herodes había mandado matar a todos los niños menores de dos años: te suplico humildemente, nos alcances del Señor la sanación de todas nuestras culpas y heridas del pasado. Por este SEGUNDO DOLOR… y por los méritos del mismo, haz que sepamos huir siempre de las tentaciones del demonio. Amén.
- Meditar en silencio y rezar un Ave María.
MIÉRCOLES
3ª PALABRA DE JESÚS EN LA CRUZ:
“MUJER, AHÍ TIENES A TU HIJO… AHÍ TIENES A TU MADRE.” (Jn. 19, 26).
Divino Consolador de las almas, que al contemplar desde el patíbulo de la Cruz la profunda tristeza que padeciera Tu Amabilísima Madre, faltándole Tú, único Consuelo, Gozo, Descanso y Alivio de sus Penas, antes de apartarse de Tu vista por la muerte, la TERCERA PALABRA que profirió Tu Santa Boca fue encomendarla a la custodia de Tu amado discípulo Juan, para que le sirviese de alivio en sus Dolores y consuelo en sus Aflicciones: “Mujer, ahí tienes a Tu hijo… Ahí tienes a tu Madre.”
Por el cruento Dolor que sintió el Corazón de esta Soberana Señora, al ver que se le cambiaba al Maestro por el discípulo, al Creador por la criatura, al Hombre-Dios por el puro hombre: Te suplico, Piadosísimo Señor, que en vista de la más intensa de las penas y del gran desconsuelo que por verse ausentes de Ti, padecen Tus queridas Almas del Purgatorio, las consueles con la alegría de gozar de Tu Vida por Eternidades en el Cielo. Y a los que para gozar de las delicias de las criaturas, voluntariamente se apartan de Ti por el pecado: haz que con verdadero dolor, aflicción y pena, lloren amargamente Tu ausencia, déjalos a la Protección y Amparo de Tu Soberana Madre. Amén.
- Meditar en silencio y rezar un Padre Nuestro.
3° DOLOR DE MARÍA:
La Búsqueda del Niño Jesús durante Tres Días, cuando se perdió en Jerusalén.
¡Oh!, Santísima Virgen María, Madre de Dios, por aquel Dolor que tú, Señora, tuviste cuando perdiste a tu Amado Hijo y estuviste Tres Días sin hallarle: te suplico humildemente, nos alcances de Su Divina Majestad todas las Virtudes que perdimos por nuestros pecados, para que Le amemos y Le sirvamos con perseverancia, de ahora en adelante. Por este TERCER DOLOR… y por los méritos del mismo, haz que los jóvenes no se pierdan por malos caminos. Amén.
- Meditar en silencio y rezar un Ave María.
JUEVES
4ª PALABRA DE JESÚS EN LA CRUZ:
“¡DIOS MÍO! ¡DIOS MÍO!, ¿POR QUÉ ME HAS ABANDONADO?” (Mt. 27, 46).
Divino Asilo y Amparo de las almas que, colgando en el leño de la Cruz, combatido por fortísimos dolores, tormentos y penas por espacio de Tres Horas, al verte tan olvidado y desamparado, sin consuelo, alivio, ni socorro de la tierra ni del Cielo, en medio de tanto Dolor, Te quejaste al Eterno Padre en la CUARTA PALABRA diciéndole: “¡Elí, Elí, ¿lemá sabactaní? Esto es: ¡Dios Mío, Dios Mío!, ¿por qué Me has abandonado?”
Por el gran Dolor que sintió Tu Santa Madre al ver que aunque tan cerca de Ti, no podía aliviar Tus Penas, consuela, socorre y ampara, Piadosísimo Señor, a las Almas del Purgatorio, ya que por verse tan olvidadas y desamparadas de los mortales, se quejan de los tormentos y penas del Purgatorio. Y a los que por nuestras culpas merecemos ser olvidados de Ti, asístenos, Señor, y ampáranos para que, con la ayuda y socorro de Tu Gracia, lloremos amargamente nuestros pecados. Que alcancemos, Señor, el asilo de Tu Divina Misericordia. Amén.
- Meditar en silencio y rezar un Padre Nuestro.
4° DOLOR DE MARÍA:
Encontrarse con Jesús, cargando Su Cruz, camino al Calvario.
¡Oh!, Soberana Reina de los Cielos, por aquel Dolor tuyo tan amargo, cuando viste a Tu Hijo Querido cargado con el pesado leño de la Cruz sobre Sus Hombros, que era la carga de nuestros pecados: humildemente te suplico, nos alcances de Su Divina Majestad la remisión de todas nuestras culpas, para que podamos gozar de la Vida Eterna. Por este CUARTO DOLOR… y por los méritos del mismo, haz que seamos dignos vasallos de tan Gran Rey y sepamos ser humildes como Él lo fue. Amén.
- Meditar en silencio y rezar un Ave María.
VIERNES
5ª PALABRA DE JESÚS EN LA CRUZ:
“TENGO SED.” (Juan 19, 28).
Omnipotente y Soberano Señor, tan ansioso por el bien y la salud de las almas, que al ver desde la altura de la Cruz el desprecio que habrían de hacer los mortales a la eficaz Medicina de Tu Preciosísima Sangre, para el recobro de la salud perdida, manifestaste al mundo en la QUINTA PALABRA que profirieron Tus Sagrados Labios, la ardiente sed de salvación que Te afligía: “Tengo sed.”
Por el gran Dolor que sintió Tu Santísima Madre al ver la crueldad de los verdugos que en vez de agua Te dieron a beber hiel y vinagre: Te suplico, Señor, apagues con el refrigerio de Tu Divina Sangre la sed grande que padecen las Almas del Purgatorio, por los ardores de las voraces llamas en las que se purifican. Te pido también por nosotros que, enfermos por el pecado, hemos menospreciado ese Remedio eficaz para el recobro de nuestra salud: Haz, Señor, que verdaderamente arrepentidos enmendemos nuestras culpas mediante la penitencia, para que se encienda más y más en nosotros la sed de nuestra Salvación. Amén.
- Meditar en silencio y rezar un Padre Nuestro.
5° DOLOR DE MARÍA:
Asistir a su Hijo Jesús, en Su terrible Crucifixión y Muerte.
¡Oh!, Dolorosísima Virgen María, Madre de Dios, por aquel Dolor que traspasó tu Amante Alma, cuando viste a Tu Santísimo Hijo Crucificado en la Cruz, puesto entre dos ladrones, mofado y burlado de todos y muriendo en el mayor de los sufrimientos: Te suplico humildemente, nos alcances del Señor el Don de la Gracia Santificante; y que antes de nuestra muerte podamos recibir Su Santísimo Cuerpo, con gran fe, pureza, devoción y amor. Por este QUINTO DOLOR… y por los méritos del mismo, no permitas que jamás muramos por el pecado y haz que podamos recibir los Frutos de la Redención. Amén.
- Meditar en silencio y rezar un Ave María.
SÁBADO
6ª PALABRA DE JESÚS:
“TODO ESTÁ CUMPLIDO.” (Juan 19, 30).
Benignísimo Padre y Redentor de las almas, que habiendo satisfecho de todo rigor de Justicia al Eterno Padre con el Precio Infinito de Tu Divina Sangre derramada en el árbol de la Cruz; y como el hombre no podía satisfacer la deuda que por su culpa contrajo, exclamaste diciendo en la SEXTA PALABRA: “Todo está cumplido.” Porque ni había más que satisfacer, ni tenías más que padecer.
Por el Dolor grande que sintió Tu Santísima Madre al verte Llagado de Pies a Cabeza en la Agonía de la Cruz: Haz, Misericordiosísimo Señor, que satisfecha ya Tu Divina Justicia, con el valor de los sufragios y sacrificios que Te ofrece la piedad cristiana, dejen ya de padecer las Almas del Purgatorio todos sus dolores, tormentos y penas. Y a los que hemos sido mortalmente gravados con la deuda del pecado: Haz, Piadosísimo Señor, que con el valor de Tu Gracia podamos satisfacer la deuda en la tabla de la penitencia. Amén.
- Meditar en silencio y rezar un Padre Nuestro.
6° DOLOR DE MARÍA:
Recibir el Cuerpo de Jesús, cuando fue bajado de la Cruz y depositado en sus Brazos.
¡Oh!, Soberana Reina, Dulcísima Madre y Señora nuestra, por aquel gran Dolor que padeciste, cuando recibiste muerto en tus Brazos a Tu Hijo, completamente desfigurado: te suplico humildemente, nos ayudes a traspasar nuestro corazón de dolor por el pecado del mundo, para que llenos de misericordia por los demás, podamos llegar a ver a Dios en la Gloria. Por este SEXTO DOLOR… y por los méritos del mismo, haz que sepamos amar a Jesús como Él nos amó. Amén.
- Meditar en silencio y rezar un Ave María.
DOMINGO
7ª PALABRA DE JESÚS EN LA CRUZ:
“PADRE, EN TUS MANOS ENCOMIENDO MI ESPÍRITU.” (Lucas 23, 45)
Divino Glorificador de las almas, que concluidos los dolores, tormentos y penas de la Cruz, estando ya para Expirar y en Agonía de Muerte, esforzando la Voz, dijiste en la SÉPTIMA y última PALABRA: “Padre, en Tus Manos pongo Mi Espíritu.”
Y después, cuando inclinaste la Cabeza y Expiraste, Te manifestaste en el Seno de Abraham, para glorificar con Tu Divina Presencia a las Almas del Purgatorio: Por el Dolor de los dolores que penetró el Corazón de Tu Soberana Madre al ver apagada la Luz de Tus Ojos con la Muerte: Te encomendamos, Señor, las Almas del Purgatorio para que, concluidos y acabados ya sus dolores, tormentos y penas, las recibas en Tus Manos y las lleves a contemplarte por toda la Eternidad en el Cielo. Y a los que tantas veces han intentado quitarse la vida por sus culpas, haz, Piadosísimo Señor, que verdaderamente arrepentidos, digan en la hora de la muerte: —Padre, en Tus Manos pongo mi espíritu. Amén.
- Meditar en silencio y rezar un Padre Nuestro.
7° DOLOR DE MARÍA:
Contemplar el Cuerpo de Su Divino Hijo acostado en el Sepulcro, y su Soledad hasta la Resurrección.
¡Oh!, Afligidísima Virgen María, Madre de Dios, por aquel gran Dolor que sentiste, cuando viste que llevaron a Tu Santísimo Hijo al Santo Sepulcro: te suplico humildemente, nos ayudes y ampares, Bendita Virgen, y en la hora de nuestra muerte supliques a Tu Hijo que, por Su Infinita Misericordia, por Su Pasión y Muerte, y por tus grandes Merecimientos, reciba nuestras almas en la Vida Eterna. Por este SÉPTIMO DOLOR… y por los méritos del mismo, concédenos a cada uno de nosotros la gracia particular que te pedimos… Amén.
- Meditar en silencio y rezar un Ave María.
- A continuación, se rezan las Oraciones de la Hora de Desagravio…
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[1] Julián Soto Ayala “El Discípulo”, Sonora-México. Las oraciones de este Devocionario cuentan con la Aprobación Eclesiástica del Obispo de Ciudad Obregón, Ms. Juan Manuel Mancilla Sanchez, 30 de Enero de 2008.
Todas las Oraciones en PDF publicadas en este blog:
https://aparicionesdejesusymaria.wordpress.com/oraciones/