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¿La Misión 2? Visita Apostólica al Instituto San Ireneo (Diócesis de Ciudad del Este en …

¿La Misión 2? Visita Apostólica al Instituto San Ireneo de Lyon (Diócesis de Ciudad del Este en Paraguay)

Las deformaciones ideológicas
En nuestras tierras, más precisamente, la formación sacerdotal ha sido gravemente afectada por la profunda distorsión de la identidad sacerdotal y la naturaleza de la Iglesia que se debe a visiones teológicas que, desde una perspectiva marxista, han reducido el misterio del Reino de los Cielos a las ilusorias promesas de un mesianismo terrenal y pseudo-político.
Se trata de una versión local y vernácula de la vieja tentación de querer bajar de la Cruz, locura y escándalo para muchos (1 Cor 1:23). Con intenciones bondadosas, se pretende trasladar las promesas del Reino a los confines de este mundo, que pasa y que ha caducado (cf. 1 Cor 7:31), desacralizando y cayendo en utopías y espejismos[18].
Los cristianos, en cambio, esperamos “los cielos nuevos y la tierra nueva” después de la venida gloriosa del Señor (Apc 21:1).
El mismo Jesucristo, “Sumo Sacerdote de los bienes futuros” (Hbr 9:11), fue constantemente tentado, incluso por las intenciones demasiado humanas de los Apóstoles (cf. Mt 16:22-23; Mc 8:33), para que dejara su camino de Cruz y cumpliera las promesas de liberación y del Reino aquí en la tierra. Pero los planes y caminos de Dios no son los de los hombres: “porque vuestros pensamientos no son los míos, ni vuestros caminos son mis caminos –oráculo del Señor–. Como el cielo se alza por encima de la tierra, así sobrepasan mis caminos y mis pensamientos a vuestros caminos y pensamientos” (Isa 55:8-9).
[18] Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe. Instrucción sobre algunos aspectos de la «teología de
la liberación», VI, 5.

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Ideas claras
La formación que es necesario impartir hoy en día en nuestro país debe preparar a los candidatos al sacerdocio para que puedan superar esta tentación de socialización, politización, desacralización y conformidad con los criterios de lo que la Biblia llama el “mundo” en cuanto in maligno positus (Jn 17:9, 1Jn 5, 19). Por el contrario, deben educarse en una clara identidad sacerdotal, como ministros de la misericordia de Dios y de su redención, sabiendo siempre quiénes son y a qué están llamados con una vocación espiritual y divina, sobrenatural y escatológica.
Reconocer, confrontar y superar la visión terrenal, materialista y desacralizada con que la “teología de la liberación”[19] ha empobrecido y desnaturalizado a nuestra Iglesia es una exigencia profética y un desafío ineludible en la hora actual. No podemos ser pastores dormidos ni falsos profetas que prefieren ignorar los errores y miserias que nos afligen hoy como Pueblo de Dios.
Educando en positivo, los seminaristas llegarán a ser verdaderos “sacerdotes según el Corazón de Cristo”[20], “llenos de amor a la Iglesia de Cristo, que estén unidos con caridad humilde y filial al Romano Pontífice, sucesor de Pedro, que se adhieran al propio Obispo como fieles cooperadores y trabajen juntamente con sus hermanos”[21], teniendo a su vez en gran estima al celibato[22] y al culto a la Santísima Virgen María[23].
[19] Instrucción sobre algunos aspectos de la «teología de la liberación», VII-XI, 1984. Cf. Cardenal
Joseph Ratzinger, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Vaticano, otoño de 1983.
Presupuestos, problemas y desafíos de la teología de la liberación. Publicado en La Segunda, Santiago
de Chile, jueves 5 de enero de 1984, pp. 15-16; Tierra Nueva (Colombia) 49/50 (abril-julio 1984): 93-
96 / 95-96; Cristianismo sí (México), folleto (1984); Paramillo 5 (1986): 574-580.]
[20] PDV, 82.
[21] CIC, can. 245, § 2. Cf. JUAN PABLO II Discurso a la Conferencia Episcopal de Paraguay, el 16 de mayo
de 1988, 4; Discurso a los obispos de Paraguay en vista "ad limina", 15 de noviembre de 1984, 8.
[22] CELAM. Documento Conclusivo de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y
del Caribe. Aparecida, Brasil, 2007 (DA), 317. CIC, can. 247, § 1.
[23] DA, 320. CIC, can. 246, § 3.

Más desafíos de los jóvenes sacerdotes
Los tiempos que aguardan a los futuros sacerdotes estarán seguramente preñados de magníficas oportunidades. Pero, simultáneamente, serán tiempos de incomprensión, de indiferencia, de relativismo y de una creciente persecución y marginalización ideológica. Sin duda, conocerán la reverencia y respeto de los fieles al que representa a Cristo entre ellos. Pero también conocerán sin duda el martirio mediático de la reputación y, quizás, hasta la gracia del martirio de la sangre. Nunca ha habido tantos mártires cristianos como en nuestros días[24].
Por eso deberán aprender a servir a todos en medio de las humillaciones, con alegría y audacia, con humildad y fidelidad, con reciedumbre y valentía –por cierto a todos los hombres pero, para eso, primero a Dios.
[24] Cf. JUAN PABLO II, XV Jornada Mundial de la Juventud. Jubileo de los Jóvenes. Discurso en el Coliseo, 7 de mayo de 2 …