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3 Historia de la Iglesia -Nuevos retos a la Evangelización. Cruzando el Umbral de la Esperanza Autor: Juan Pablo II Capítulo 18: El reto de la Nueva Evangelización PREGUNTA Le pediría que se detuviera …Más
3 Historia de la Iglesia -Nuevos retos a la Evangelización.

Cruzando el Umbral de la Esperanza
Autor: Juan Pablo II

Capítulo 18: El reto de la Nueva Evangelización

PREGUNTA

Le pediría que se detuviera un poco en esta última expresión, que reaparece con frecuencia en Sus enseñanzas, en sus exhortaciones: la «evangelización», mejor aún, la «nueva evangelización», parece ser para el Papa la tarea principal, y más urgente, del católico de este final del siglo xx.

RESPUESTA

En efecto, la llamada a un gran relanzamiento de la evangelización vuelve de diversas maneras a la vida actual de la Iglesia. Aunque la verdad es que nunca ha estado ausente: «¡Ay de mí si no predicase el Evangelio!» (1 Corintios 9,16). Esta expresión de Pablo de Tarso ha sido válida en todas las épocas de la historia de la Iglesia. Él mismo, fariseo convertido, se sintió continuamente perseguido por ese «¡ay!». El mundo mediterráneo en el que vivió oyó sus palabras, la Buena Nueva de la salvación en Jesucristo. Y aquel mundo comenzó a reflexionar sobre el significado de tal mensaje. Fueron muchos los que siguieron al apóstol. No se debe olvidar nunca la misteriosa llamada que indujo a san Pablo a superar los confines entre Asia Menor y Europa (cfr. Hechos de los Apóstoles 16,9-10). Entonces tuvo inicio la primera evangelización de Europa.

El encuentro del Evangelio con el mundo helénico mostró ser fructuosísimo. Entre los oyentes que Pablo consiguió reunir en su entorno, merecen particular atención los que acudieron a escucharle en el areópago ateniense. Haría falta ahora analizar el Discurso de san Pablo en el areópago, una obra maestra en su género. Lo que el apóstol dice y el modo en que lo dice manifiestan todo su genio evangelizador. Sabemos que aquel día acabó en fracaso. Mientras Pablo habló de un Dios desconocido los que le escuchaban le atendieron, porque advertían en sus palabras algo que correspondía a su religiosidad; pero cuando mencionó la Resurrección, reaccionaron inmediatamente protestando. El apóstol comprendió entonces que costaria abrir el camino para que el misterio de la salvación en Cristo entrara en las mentes de los griegos, habituados a la mitología y a diversas formas de especulación filosófica. Sin embargo, no se rindió. Derrotado en Atenas, reanudó con santa tozudez el anuncio del Evangelio a toda criatura. Esta santa obstinación le condujo al ffn a Roma, donde encontró la muerte.

El Evangelio fue así llevado fuera del estrecho ámbito de Jerusalén y de Palestina, y empezó su carrera hasta los alejados confines del mundo de entonces. Lo que Pablo anunciaba a viva voz, lo confirmaba luego con sus cartas. Cartas que testimoniaban el hecho que el apóstol dejaba tras de sí, por cualquier sitio donde fuera: las comunidades llenas de vitalidad en las que no cesaba de estar presente como testigo de Cristo crucificado y resucitado.

La evangelización llevada a cabo por los apóstoles puso los fundamentos para la construcción del edificio espiritual de la Iglesia, convirtiéndose en germen y, en cierto sentido, en modelo …