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Misa LSE: Domingo III de Cuaresma (A), 23-3-2014 Bienvenidos, hermanos, a esta celebración de la Eucaristía que como cada domingo nos reúne alrededor de la mesa de Jesús. La sed acompaña siempre al …Más
Misa LSE: Domingo III de Cuaresma (A), 23-3-2014

Bienvenidos, hermanos, a esta celebración de la Eucaristía que como cada domingo nos reúne alrededor de la mesa de Jesús.
La sed acompaña siempre al hombre, de una manera o de otra. Dios es el único capaz de hacer brotar agua de la roca, Jesús nos da un agua diferente, capaz de saciar nuestra sed, por eso dice: “ el que tenga sed, que venga a mí y beba”. Cristo es esa roca, de la que brota agua milagrosa.


Lectura del santo Evangelio según San Juan (4, 6-9a. 10-11. 13-15. 18-19. 21a. 23-29. 32.34-36. 39-42)
En aquel tiempo, llegó Jesús a un pueblo de Samaria , cerca del campo que Jacob dio a su hijo José: allí estaba el pozo de Jacob. Jesús, cansado del camino, se sentó junto al pozo. Los discípulos se habían ido al pueblo a comprar comida. Era alrededor del mediodía. Una mujer de Samaría llegó a sacar agua, y Jesús le dice: -Dame de beber. La mujer le dice: Tu eres judío y yo no. ¿Por qué me pides que te de agua para beber?. Jesús le contestó: Si conocieras el don de Dios y quién soy yo, tu me pedirías agua para beber y yo te daría un agua viva. La mujer le dice: Señor, no tienes cubo y el pozo es hondo, ¿de dónde sacas el agua viva?; ¿eres tú más importante que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo?
Jesús le contesta: La persona que bebe de esta agua tiene sed otra vez; pero la persona que beba del agua que yo le daré, nunca más tendrá sed. La mujer le dice: Señor, dame esa agua: así no tendré más sed, ni tendré que venir aquí a sacarla. Jesús le dice: Anda, llama a tu marido y vuelve. La mujer le contesta: No tengo marido. Jesús le dice: Tienes razón, no tienes marido porque ya has tenido cinco y el de ahora no es tu marido.
La mujer le dice: Señor, veo que tú eres un profeta. Jesús le dice: Créeme, mujer: Vosotros adoráis a uno que no conocéis; nosotros adoramos a uno que conocemos, porque la salvación viene de los judíos. Pero se acerca la hora, en que los que quieran dar culto verdadero adorarán al Padre en espíritu y verdad, porque el Padre quiere que se haga así. Dios es espíritu, y las personas que le aoran deben hacerlo en espíritu y verdad.
La mujer le dice: Sé que va a venir el Enviado de Dios, el Cristo; cuando venga él nos enseñará todo. Jesús le dice: Soy yo: el que habla contigo.