Las 14 Iglesias cristianas de Tierra Santa. La Iglesia en Tierra Santa es un verdadero mosaico. Es necesario poner un pie en el Santo Sepulcro, que se encuentra en el corazón de la ciudad vieja de …Más
Las 14 Iglesias cristianas de Tierra Santa.
La Iglesia en Tierra Santa es un verdadero mosaico. Es necesario poner un pie en el Santo Sepulcro, que se encuentra en el corazón de la ciudad vieja de Jerusalén, considerado un lugar santo por la mayoría de los cristianos, para darse cuenta que esta Iglesia es un entretejido de comunidades diversas. Comunidades que se yuxtaponen una a otra, cada una con su color, su rito, su liturgia y su tradición.
Esta Iglesia, denominada “Iglesia de Jerusalén” fue fundada por Santiago y es la “Madre de todas las Iglesias”. Todas las confesiones cristianas (católica, ortodoxa y protestante) desean ser representadas en esta capital del universo religioso, con sus 7 ritos (latino, greco, maronita, sirio, caldeo, copto y armenio).
La Iglesia católica de rito latino se remonta al periodo de las Cruzadas que, en 1099, estableció en Jerusalén una sede patriarcal que se convirtió en la sede residencial en 1847. Hasta ahora, la responsabilidad de la Iglesia latina se había encomendado a los franciscanos que, después del siglo XIV, habían asegurado la tutela de los Lugares Santos. El Patriarcado latino de Jerusalén cuenta con 75.000 fieles aproximadamente.
La Iglesia greco-católica (melquita), de rito bizantino, nació entre 1682 y 1697 y fue constituida oficialmente en 1730, después del reagrupamiento en Roma de una parte de los griegos ortodoxos de Líbano y la Alta Galilea. El día de hoy representa la comunidad cristiana más importante con más de 60.000 fieles.
Después encontramos la Iglesia maronita fundada por San Marón en 380 que, unida a la tradición siria de Antioquía, permaneció siempre fiel a Roma. El Patriarcado maronita se encuentra en Líbano, mientras que en Tierra Santa la sede del vicariato patriarcal maronita está en Jerusalén, en donde vive una comunidad de 8.000 fieles, dispersada en Galilea.
Entre las otras Iglesias católicas de tradición siria se encuentran: la Iglesia católica siria de Antioquía, unida a Roma después de 1781, la cual tiene su patriarcado en Líbano y en Jerusalén cuanta con aproximadamente 1.500 fieles; y la Iglesia caldea, fundada por el apóstol Santo Tomás, heredero de la antigua Iglesia de Persia. Definida originalmente “nestoriana” por no haber acogido el Concilio de Éfeso de 431, esta iglesia se unió a Roma en 1551. Su patriarca reside en Baghdad. En Jerusalén, la comunidad caldea se dispersó después de la guerra de 1914, mientras que la mayor parte de las familias emigraron o entraron a formar parte de las demás ramificaciones de la Iglesia católica.
Además, encontramos en Tierra Santa representantes de la Iglesia católica armenia, que tiene su sede en Bzommar, Líbano. Un vicariato patriarcal fue creado en Jersusalén en 1842. La comunidad está compuesta por más de un centenar de fieles.
En 1990 todos estos católicos se reunieron en una Conferencia episcopal.
En el frente ortodoxo, las Iglesias presentes en Jerusalén son 6:
Primero que nada está la Iglesia greco ortodoxa que está considerada la “Iglesia madre de Jerusalén”, y su patriarca es sucesor del apóstol Santiago. Son custodios, junto a los franciscanos, de numerosos Lugares Santos, que constituyen la segunda comunidad cristiana más importante después de la melquita. Su patriarcado cuenta con 100.000 fieles aproximadamente.
Otra comunidad que tiene la tarea de vigilar los Lugares Santos es la Iglesia ortodoxa armenia, llamada también “gregoriana” por su fundador, San Gregorio Iluminador, evangelizador de Armenia al inicio de 301. Su patriarca está presente en Jerusalén desde 1311. La comunidad cuenta con alrededor de 2.500 fieles en Israel, en Territorio palestino y en Jordania.
Respecto a la Iglesia ortodoxa copta, se trata de una Iglesia de Egipto, fundada por San Marcos. Su patriarca lleva el título de Alejandría pero reside en el Cairo. Está representado en Jerusalén por un arzobispo con una jurisdicción que abarca a todos los coptos del Oriente Medio, excepto claramente, a los de Egipto.
Otra Iglesia ortodoxa presente en Tierra Santa es la Iglesia ortodoxa siria que es, sin duda, una de las más antiguas comunidades cristianas de Jerusalén, heredera de las comunidades judeo-cristianas. Su sede tradicional se encuentra en Antioquía, en donde los discípulos de Jesús utilizaron por primera vez el nombre de “cristianos”. Al día de hoy, la sede de esta Iglesia se encuentra en el monasterio de San Marcos y cuenta con 2000 fieles.
La Iglesia ortodoxa rusa está presente en Tierra Santa desde el siglo XIX, aunque los cristianos de Rusia comenzaron a llegar a inicios del siglo XI. Además, no se puede dejar de mencionar a la Iglesia ortodoxa rumana presente en Tierra Santa desde 1935. Estas dos Iglesias son guiadas por un archimandrita, que es asistido por un cierto número de monjes y monjas.
También está la Iglesia ortodoxa etíope, presente en Jerusalén desde la Edad Media, que cuenta con 400 fieles y su obispo reside en Jerusalén.
Respecto a las Iglesias anglicanas y protestantes, su presencia en Tierra Santa se remonta al siglo XIX, al periodo en que se establecieron en Jerusalén las representaciones diplomáticas occidentales. La Iglesia anglicana se encuentra bajo la jurisdicción del arzobispo de Canterbury y su centro está en la catedral de San Jorge. Cuenta con aproximadamente 6.000 fieles. La Iglesia luterana evangélica tiene su centro en la Iglesia del Redentor, en los alrededores del Santo Sepulcro y está compuesta por 6 parroquias que asisten a cerca de 2000 fieles.
En la difícil y vacilante situación política de hoy, todos los cristianos de Tierra Santa, católicos, ortodoxos y protestantes, se interrogan respecto a su futuro y sobre el sentido de su presencia en esta región: los jóvenes, de hecho, emigran en busca de un futuro más seguro y humano. Una verdadera hemorragia que priva a la Iglesia de Jerusalén de sus mejores elementos.
Un éxodo que Benedicto XVI, que visitó Tierra Santa la primavera pasada, no ha dejado de condenar y que no se detendrá sin el apoyo de todos los cristianos del mundo entero.
Regresan a la mente estas palabras pronunciadas el 12 de mayo de 2009 en el Cenáculo frente a los Ordinarios de Tierra Santa:
(inserción Papa preferentemente) “Cuenten con mi apoyo y ánimo para hacer todo lo que está en su poder para ayudar a nuestros hermanos y hermanas cristianos para que puedan permanecer y afirmarse aquí en la tierra de sus antepasados y así sean mensajeros y promotores de paz... Por mi parte, renuevo mi llamamiento a nuestros hermanos y hermanas de todo el mundo a apoyar y recordar en sus oraciones a las comunidades cristianas de Tierra Santa y de Oriente Medio”.
Cada año, durante siete días, con ocasión de la Semana de oración por la unidad de los cristianos que involucra a las parroquias de todo el mundo, los cristianos de Jerusalén se encuentran todos juntos a final de enero, y cada iglesia, por turnos, acoge a los fieles cristianos para un encuentro de oración animado de acuerdo el propio rito.
Durante la celebración, las oraciones y las lecturas son dichas en todas las lenguas para subrayar la universalidad y al mismo tiempo la diversidad de los participantes. La semana comienza en el Santo Sepulcro con los ortodoxos para el oficio de las Completas. Al día siguiente, se va a la catedral anglicana de San Jorge, después a la iglesia parroquial latina, a la iglesia luterana, a la iglesia siro-ortodoxa, a la catedral armenia, a la iglesia ortodoxa etíope y finalmente, a la iglesia melquita (greco melquita).
Una semana inolvidable. Una ocasión única para redescubrir la riqueza litúrgica del resto de confesiones y expresar el deseo de unidad que alberga en el corazón de cada uno.
La Iglesia en Tierra Santa es un verdadero mosaico. Es necesario poner un pie en el Santo Sepulcro, que se encuentra en el corazón de la ciudad vieja de Jerusalén, considerado un lugar santo por la mayoría de los cristianos, para darse cuenta que esta Iglesia es un entretejido de comunidades diversas. Comunidades que se yuxtaponen una a otra, cada una con su color, su rito, su liturgia y su tradición.
Esta Iglesia, denominada “Iglesia de Jerusalén” fue fundada por Santiago y es la “Madre de todas las Iglesias”. Todas las confesiones cristianas (católica, ortodoxa y protestante) desean ser representadas en esta capital del universo religioso, con sus 7 ritos (latino, greco, maronita, sirio, caldeo, copto y armenio).
La Iglesia católica de rito latino se remonta al periodo de las Cruzadas que, en 1099, estableció en Jerusalén una sede patriarcal que se convirtió en la sede residencial en 1847. Hasta ahora, la responsabilidad de la Iglesia latina se había encomendado a los franciscanos que, después del siglo XIV, habían asegurado la tutela de los Lugares Santos. El Patriarcado latino de Jerusalén cuenta con 75.000 fieles aproximadamente.
La Iglesia greco-católica (melquita), de rito bizantino, nació entre 1682 y 1697 y fue constituida oficialmente en 1730, después del reagrupamiento en Roma de una parte de los griegos ortodoxos de Líbano y la Alta Galilea. El día de hoy representa la comunidad cristiana más importante con más de 60.000 fieles.
Después encontramos la Iglesia maronita fundada por San Marón en 380 que, unida a la tradición siria de Antioquía, permaneció siempre fiel a Roma. El Patriarcado maronita se encuentra en Líbano, mientras que en Tierra Santa la sede del vicariato patriarcal maronita está en Jerusalén, en donde vive una comunidad de 8.000 fieles, dispersada en Galilea.
Entre las otras Iglesias católicas de tradición siria se encuentran: la Iglesia católica siria de Antioquía, unida a Roma después de 1781, la cual tiene su patriarcado en Líbano y en Jerusalén cuanta con aproximadamente 1.500 fieles; y la Iglesia caldea, fundada por el apóstol Santo Tomás, heredero de la antigua Iglesia de Persia. Definida originalmente “nestoriana” por no haber acogido el Concilio de Éfeso de 431, esta iglesia se unió a Roma en 1551. Su patriarca reside en Baghdad. En Jerusalén, la comunidad caldea se dispersó después de la guerra de 1914, mientras que la mayor parte de las familias emigraron o entraron a formar parte de las demás ramificaciones de la Iglesia católica.
Además, encontramos en Tierra Santa representantes de la Iglesia católica armenia, que tiene su sede en Bzommar, Líbano. Un vicariato patriarcal fue creado en Jersusalén en 1842. La comunidad está compuesta por más de un centenar de fieles.
En 1990 todos estos católicos se reunieron en una Conferencia episcopal.
En el frente ortodoxo, las Iglesias presentes en Jerusalén son 6:
Primero que nada está la Iglesia greco ortodoxa que está considerada la “Iglesia madre de Jerusalén”, y su patriarca es sucesor del apóstol Santiago. Son custodios, junto a los franciscanos, de numerosos Lugares Santos, que constituyen la segunda comunidad cristiana más importante después de la melquita. Su patriarcado cuenta con 100.000 fieles aproximadamente.
Otra comunidad que tiene la tarea de vigilar los Lugares Santos es la Iglesia ortodoxa armenia, llamada también “gregoriana” por su fundador, San Gregorio Iluminador, evangelizador de Armenia al inicio de 301. Su patriarca está presente en Jerusalén desde 1311. La comunidad cuenta con alrededor de 2.500 fieles en Israel, en Territorio palestino y en Jordania.
Respecto a la Iglesia ortodoxa copta, se trata de una Iglesia de Egipto, fundada por San Marcos. Su patriarca lleva el título de Alejandría pero reside en el Cairo. Está representado en Jerusalén por un arzobispo con una jurisdicción que abarca a todos los coptos del Oriente Medio, excepto claramente, a los de Egipto.
Otra Iglesia ortodoxa presente en Tierra Santa es la Iglesia ortodoxa siria que es, sin duda, una de las más antiguas comunidades cristianas de Jerusalén, heredera de las comunidades judeo-cristianas. Su sede tradicional se encuentra en Antioquía, en donde los discípulos de Jesús utilizaron por primera vez el nombre de “cristianos”. Al día de hoy, la sede de esta Iglesia se encuentra en el monasterio de San Marcos y cuenta con 2000 fieles.
La Iglesia ortodoxa rusa está presente en Tierra Santa desde el siglo XIX, aunque los cristianos de Rusia comenzaron a llegar a inicios del siglo XI. Además, no se puede dejar de mencionar a la Iglesia ortodoxa rumana presente en Tierra Santa desde 1935. Estas dos Iglesias son guiadas por un archimandrita, que es asistido por un cierto número de monjes y monjas.
También está la Iglesia ortodoxa etíope, presente en Jerusalén desde la Edad Media, que cuenta con 400 fieles y su obispo reside en Jerusalén.
Respecto a las Iglesias anglicanas y protestantes, su presencia en Tierra Santa se remonta al siglo XIX, al periodo en que se establecieron en Jerusalén las representaciones diplomáticas occidentales. La Iglesia anglicana se encuentra bajo la jurisdicción del arzobispo de Canterbury y su centro está en la catedral de San Jorge. Cuenta con aproximadamente 6.000 fieles. La Iglesia luterana evangélica tiene su centro en la Iglesia del Redentor, en los alrededores del Santo Sepulcro y está compuesta por 6 parroquias que asisten a cerca de 2000 fieles.
En la difícil y vacilante situación política de hoy, todos los cristianos de Tierra Santa, católicos, ortodoxos y protestantes, se interrogan respecto a su futuro y sobre el sentido de su presencia en esta región: los jóvenes, de hecho, emigran en busca de un futuro más seguro y humano. Una verdadera hemorragia que priva a la Iglesia de Jerusalén de sus mejores elementos.
Un éxodo que Benedicto XVI, que visitó Tierra Santa la primavera pasada, no ha dejado de condenar y que no se detendrá sin el apoyo de todos los cristianos del mundo entero.
Regresan a la mente estas palabras pronunciadas el 12 de mayo de 2009 en el Cenáculo frente a los Ordinarios de Tierra Santa:
(inserción Papa preferentemente) “Cuenten con mi apoyo y ánimo para hacer todo lo que está en su poder para ayudar a nuestros hermanos y hermanas cristianos para que puedan permanecer y afirmarse aquí en la tierra de sus antepasados y así sean mensajeros y promotores de paz... Por mi parte, renuevo mi llamamiento a nuestros hermanos y hermanas de todo el mundo a apoyar y recordar en sus oraciones a las comunidades cristianas de Tierra Santa y de Oriente Medio”.
Cada año, durante siete días, con ocasión de la Semana de oración por la unidad de los cristianos que involucra a las parroquias de todo el mundo, los cristianos de Jerusalén se encuentran todos juntos a final de enero, y cada iglesia, por turnos, acoge a los fieles cristianos para un encuentro de oración animado de acuerdo el propio rito.
Durante la celebración, las oraciones y las lecturas son dichas en todas las lenguas para subrayar la universalidad y al mismo tiempo la diversidad de los participantes. La semana comienza en el Santo Sepulcro con los ortodoxos para el oficio de las Completas. Al día siguiente, se va a la catedral anglicana de San Jorge, después a la iglesia parroquial latina, a la iglesia luterana, a la iglesia siro-ortodoxa, a la catedral armenia, a la iglesia ortodoxa etíope y finalmente, a la iglesia melquita (greco melquita).
Una semana inolvidable. Una ocasión única para redescubrir la riqueza litúrgica del resto de confesiones y expresar el deseo de unidad que alberga en el corazón de cada uno.
