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Medalla de Cartón CNN: Papa Francisco. www.youtube.com/watch Tiene razon, libertad de elegir y no queremos este sistema financiero usurero y especulador de la reserva federal,queremos dinero sin deuda …Más
Medalla de Cartón CNN: Papa Francisco.
www.youtube.com/watch
Tiene razon, libertad de elegir y no queremos este sistema financiero usurero y especulador de la reserva federal,queremos dinero sin deuda ni esclavitud - Louis Even
Julio Zevallos
Ese ignorante periodista de CNN, es un lacayo de la masonería. La masonería es la inventora de las "reglas económicas" que son injustas y explotadoras. El capitalismo es una invención diabólica, para someter a la humanidad. Los entes utilizados para ello es el FMI, la ONU, la entidad que otorga los "Premio Nobel", etc. El culmen de esta secta satánica es el Nuevo Orden Mundial. El capitalismo, …Más
Ese ignorante periodista de CNN, es un lacayo de la masonería. La masonería es la inventora de las "reglas económicas" que son injustas y explotadoras. El capitalismo es una invención diabólica, para someter a la humanidad. Los entes utilizados para ello es el FMI, la ONU, la entidad que otorga los "Premio Nobel", etc. El culmen de esta secta satánica es el Nuevo Orden Mundial. El capitalismo, que viven las grandes potencias es para robar a los pobres y enriquecerse un pequeño porcentaje de sinvergüenzas. Un ejemplo: la depredación de EEUU a todos los países latinoamericanos a través de los miembros masones que hay en la derecha de cada país latino. El capitalismo no aplica las enseñanzas cristianas del compartir, de la justicia, etc. por el contrario son partidarios de genocidios, de muerte, de prepotencia, golpes de estado, destrucción de países, división de países y pelea entre hermanos de la mima sangre, narcotráfico, mercenarios, terrorismo, mentira, etc. Esos periodistas prostituidos a esa secta satánica van a tener que responder ante Dios por engañar a los pueblos.
apostolvirtual
Gracias tu aporte Pablo Vivas, le da el contexto de la realidad que explica las expresiones de este reportero que como bien dices defiende los intereses de los dueños de CNN que son el "lobby judío-masónico" que son el sionismo u oligarquía capitalista judeo-cristiana sionista, profundamente ligada al poder político y religioso del los gobiernos de EEUU y que a la vez son los dueños de la reserva …Más
Gracias tu aporte Pablo Vivas, le da el contexto de la realidad que explica las expresiones de este reportero que como bien dices defiende los intereses de los dueños de CNN que son el "lobby judío-masónico" que son el sionismo u oligarquía capitalista judeo-cristiana sionista, profundamente ligada al poder político y religioso del los gobiernos de EEUU y que a la vez son los dueños de la reserva federal, que es su banco privado por lo tanto dueños del dinero, y por lo indicado profundamente anticatólicos, me explico, por ser Capitalistas desprecian la prohibición de la usura que varios Papas han condenado, por ser Calvinistas o cristianos sionistas desprecian la autoridad del Papa, por ser masones no tienen el criterio de dignidad humana como hijos de Dios y desprecian a los seres humanos asiéndoles simplemente consumidores y por sionistas defienden los intereses del sionismo en la cual la verdad bíblica sobra y estorba pues se rigen por el talmud y cábala hebraica, para resumir estos son los siervos del anticristo.. dejo el enlace de origen para quien desee conocer mas sobre los dueños de la CNN. www.rebelion.org/noticia.php 😇
Pablo Vivas Predicador Católico
Con todo respeto, debo decir que este periodista en "economía" de CCN, o esta obedeciendo la linea editorial de los poderosos dueños de su canal (del cual es empleado) o sencillamente no ha leído el contexto general de la Exhortación Apostólica en sí, ya que solo extrae un texto de la globalidad del contexto y arma un pretexto contra el Santo Padre Francisco, tergiversando y des-contextualizando …Más
Con todo respeto, debo decir que este periodista en "economía" de CCN, o esta obedeciendo la linea editorial de los poderosos dueños de su canal (del cual es empleado) o sencillamente no ha leído el contexto general de la Exhortación Apostólica en sí, ya que solo extrae un texto de la globalidad del contexto y arma un pretexto contra el Santo Padre Francisco, tergiversando y des-contextualizando el sentido concatenado y hilvanado de la linea central (el amor y la atención a los pobres y desechados de este mundo material y egoísta) de la exhortación del pontífice, y no de manera irresponsable, anti-ética y no profesional, lo cual pone de manifiesto dos cosas en perspectiva, una, que lo hace merecedor de una "MEDALLA DE CARTÓN" por ser un tonto útil y esclavo de ese sistema al que "expresa una confianza burda e ingenua en la bondad de quienes detentan el poder económico y en los mecanismos sacralizados del sistema económico imperante", y dos, merecedor de otra "MEDALLA DE CARTÓN" más, por vertir opiniones irresponsables sin tomarse el debido tiempo para estudio y contemplación serena, de la propuesta e invitación que a la caridad social nos llama su S.S. Francisco en este exhorto apostólico ... copio la totalidad de los numerales del capitulo segundo para mayor compresión del tema.- (En negrillas parte objetada por el periodista)

EXHORTACIÓN APOSTÓLICA. EVANGELII GAUDIUM

Capítulo segundo

En la crisis del compromiso comunitario
50. Antes de hablar acerca de algunas cuestiones fundamentales
relacionadas con la acción evangelizadora, conviene recordar brevemente
cuál es el contexto en el cual nos toca vivir y actuar. Hoy suele hablarse de
un «exceso de diagnóstico» que no siempre está acompañado de propuestas
superadoras y realmente aplicables. Por otra parte, tampoco nos serviría
una mirada puramente sociológica, que podría tener pretensiones de
abarcar toda la realidad con su metodología de una manera supuestamente
neutra y aséptica. Lo que quiero ofrecer va más bien en la línea de un
discernimiento evangélico. Es la mirada del discípulo misionero, que se
«alimenta a la luz y con la fuerza del Espíritu Santo».53
51. No es función del Papa ofrecer un análisis detallado y completo sobre la
realidad contemporánea, pero aliento a todas las comunidades a una
«siempre vigilante capacidad de estudiar los signos de los tiempos».54 Se
trata de una responsabilidad grave, ya que algunas realidades del presente,
si no son bien resueltas, pueden desencadenar procesos de
deshumanización difíciles de revertir más adelante. Es preciso esclarecer
aquello que pueda ser un fruto del Reino y también aquello que atenta
contra el proyecto de Dios. Esto implica no sólo reconocer e interpretar las
mociones del buen espíritu y del malo, sino –y aquí radica lo decisivo–
elegir las del buen espíritu y rechazar las del malo. Doy por supuestos los
diversos análisis que ofrecieron otros documentos del Magisterio universal,
así como los que han propuesto los episcopados regionales y nacionales.
En esta Exhortación sólo pretendo detenerme brevemente, con una mirada
pastoral, en algunos aspectos de la realidad que pueden detener o debilitar
los dinamismos de renovación misionera de la Iglesia, sea porque afectan a
la vida y a la dignidad del Pueblo de Dios, sea porque inciden también en
los sujetos que participan de un modo más directo en las instituciones
eclesiales y en tareas evangelizadoras.
53 JUAN PABLO II, Exhort. ap. postsinodal Pastores dabo vobis (25 marzo 1992), 10: AAS 84 (1992),
673.
54 PABLO VI, Carta enc. Ecclesiam suam (6 agosto 1964), 19: AAS 56 (1964), 632.
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I. Algunos desafíos del mundo actual
52. La humanidad vive en este momento un giro histórico, que podemos
ver en los adelantos que se producen en diversos campos. Son de alabar
los avances que contribuyen al bienestar de la gente, como, por ejemplo, en
el ámbito de la salud, de la educación y de la comunicación. Sin embargo,
no podemos olvidar que la mayoría de los hombres y mujeres de nuestro
tiempo vive precariamente el día a día, con consecuencias funestas.
Algunas patologías van en aumento. El miedo y la desesperación se
apoderan del corazón de numerosas personas, incluso en los llamados
países ricos. La alegría de vivir frecuentemente se apaga, la falta de respeto
y la violencia crecen, la inequidad es cada vez más patente. Hay que luchar
para vivir y, a menudo, para vivir con poca dignidad. Este cambio de época
se ha generado por los enormes saltos cualitativos, cuantitativos,
acelerados y acumulativos que se dan en el desarrollo científico, en las
innovaciones tecnológicas y en sus veloces aplicaciones en distintos
campos de la naturaleza y de la vida. Estamos en la era del conocimiento y
la información, fuente de nuevas formas de un poder muchas veces
anónimo.
No a una economía de la exclusión
53. Así como el mandamiento de «no matar» pone un límite claro para
asegurar el valor de la vida humana, hoy tenemos que decir «no a una
economía de la exclusión y la inequidad». Esa economía mata. No puede
ser que no sea noticia que muere de frío un anciano en situación de calle y
que sí lo sea una caída de dos puntos en la bolsa. Eso es exclusión. No se
puede tolerar más que se tire comida cuando hay gente que pasa hambre.
Eso es inequidad. Hoy todo entra dentro del juego de la competitividad y de
la ley del más fuerte, donde el poderoso se come al más débil. Como
consecuencia de esta situación, grandes masas de la población se ven
excluidas y marginadas: sin trabajo, sin horizontes, sin salida. Se
considera al ser humano en sí mismo como un bien de consumo, que se
puede usar y luego tirar. Hemos dado inicio a la cultura del «descarte» que,
además, se promueve. Ya no se trata simplemente del fenómeno de la
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explotación y de la opresión, sino de algo nuevo: con la exclusión queda
afectada en su misma raíz la pertenencia a la sociedad en la que se vive,
pues ya no se está en ella abajo, en la periferia, o sin poder, sino que se
está fuera. Los excluidos no son «explotados» sino desechos, «sobrantes».

54. En este contexto, algunos todavía defienden las teorías del «derrame»,
que suponen que todo crecimiento económico, favorecido por la libertad de
mercado, logra provocar por sí mismo mayor equidad e inclusión social en
el mundo. Esta opinión, que jamás ha sido confirmada por los hechos,
expresa una confianza burda e ingenua en la bondad de quienes detentan
el poder económico y en los mecanismos sacralizados del sistema
económico imperante. Mientras tanto, los excluidos siguen esperando. Para
poder sostener un estilo de vida que excluye a otros, o para poder
entusiasmarse con ese ideal egoísta, se ha desarrollado una globalización
de la indiferencia. Casi sin advertirlo, nos volvemos incapaces de
compadecernos ante los clamores de los otros, ya no lloramos ante el
drama de los demás ni nos interesa cuidarlos, como si todo fuera una
responsabilidad ajena que no nos incumbe. La cultura del bienestar nos
anestesia y perdemos la calma si el mercado ofrece algo que todavía no
hemos comprado, mientras todas esas vidas truncadas por falta de
posibilidades nos parecen un mero espectáculo que de ninguna manera
nos altera
.

No a la nueva idolatría del dinero
55. Una de las causas de esta situación se encuentra en la relación que
hemos establecido con el dinero, ya que aceptamos pacíficamente su
predominio sobre nosotros y nuestras sociedades. La crisis financiera que
atravesamos nos hace olvidar que en su origen hay una profunda crisis
antropológica: ¡la negación de la primacía del ser humano! Hemos creado
nuevos ídolos. La adoración del antiguo becerro de oro (cf. Ex 32,1-35) ha
encontrado una versión nueva y despiadada en el fetichismo del dinero y
en la dictadura de la economía sin un rostro y sin un objetivo
verdaderamente humano. La crisis mundial que afecta a las finanzas y a la
economía pone de manifiesto sus desequilibrios y, sobre todo, la grave
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carencia de su orientación antropológica que reduce al ser humano a una
sola de sus necesidades: el consumo.
56. Mientras las ganancias de unos pocos crecen exponencialmente, las de
la mayoría se quedan cada vez más lejos del bienestar de esa minoría feliz.
Este desequilibrio proviene de ideologías que defienden la autonomía
absoluta de los mercados y la especulación financiera. De ahí que nieguen
el derecho de control de los Estados, encargados de velar por el bien
común. Se instaura una nueva tiranía invisible, a veces virtual, que
impone, de forma unilateral e implacable, sus leyes y sus reglas. Además,
la deuda y sus intereses alejan a los países de las posibilidades viables de
su economía y a los ciudadanos de su poder adquisitivo real. A todo ello se
añade una corrupción ramificada y una evasión fiscal egoísta, que han
asumido dimensiones mundiales. El afán de poder y de tener no conoce
límites. En este sistema, que tiende a fagocitarlo todo en orden a
acrecentar beneficios, cualquier cosa que sea frágil, como el medio
ambiente, queda indefensa ante los intereses del mercado divinizado,
convertidos en regla absoluta.
No a un dinero que gobierna en lugar de servir
57. Tras esta actitud se esconde el rechazo de la ética y el rechazo de Dios.
La ética suele ser mirada con cierto desprecio burlón. Se considera
contraproducente, demasiado humana, porque relativiza el dinero y el
poder. Se la siente como una amenaza, pues condena la manipulación y la
degradación de la persona. En definitiva, la ética lleva a un Dios que espera
una respuesta comprometida que está fuera de las categorías del mercado.
Para éstas, si son absolutizadas, Dios es incontrolable, inmanejable,
incluso peligroso, por llamar al ser humano a su plena realización y a la
independencia de cualquier tipo de esclavitud. La ética –una ética no
ideologizada– permite crear un equilibrio y un orden social más humano.
En este sentido, animo a los expertos financieros y a los gobernantes de los
países a considerar las palabras de un sabio de la antigüedad: «No
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compartir con los pobres los propios bienes es robarles y quitarles la vida.
No son nuestros los bienes que tenemos, sino suyos».55
58. Una reforma financiera que no ignore la ética requeriría un cambio de
actitud enérgico por parte de los dirigentes políticos, a quienes exhorto a
afrontar este reto con determinación y visión de futuro, sin ignorar, por
supuesto, la especificidad de cada contexto. ¡El dinero debe servir y no
gobernar! El Papa ama a todos, ricos y pobres, pero tiene la obligación, en
nombre de Cristo, de recordar que los ricos deben ayudar a los pobres,
respetarlos, promocionarlos. Os exhorto a la solidaridad desinteresada y a
una vuelta de la economía y las finanzas a una ética en favor del ser
humano.
No a la inequidad que genera violencia
59. Hoy en muchas partes se reclama mayor seguridad. Pero hasta que no
se reviertan la exclusión y la inequidad dentro de una sociedad y entre los
distintos pueblos será imposible erradicar la violencia. Se acusa de la
violencia a los pobres y a los pueblos pobres pero, sin igualdad de
oportunidades, las diversas formas de agresión y de guerra encontrarán un
caldo de cultivo que tarde o temprano provocará su explosión. Cuando la
sociedad –local, nacional o mundial– abandona en la periferia una parte de
sí misma, no habrá programas políticos ni recursos policiales o de
inteligencia que puedan asegurar indefinidamente la tranquilidad. Esto no
sucede solamente porque la inequidad provoca la reacción violenta de los
excluidos del sistema, sino porque el sistema social y económico es injusto
en su raíz. Así como el bien tiende a comunicarse, el mal consentido, que
es la injusticia, tiende a expandir su potencia dañina y a socavar
silenciosamente las bases de cualquier sistema político y social por más
sólido que parezca. Si cada acción tiene consecuencias, un mal enquistado
en las estructuras de una sociedad tiene siempre un potencial de
disolución y de muerte. Es el mal cristalizado en estructuras sociales
injustas, a partir del cual no puede esperarse un futuro mejor. Estamos
lejos del llamado «fin de la historia», ya que las condiciones de un
55 SAN JUAN CRISÓSTOMO, De Lazaro Concio II, 6: PG 48, 992D.
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desarrollo sostenible y en paz todavía no están adecuadamente planteadas
y realizadas.
60. Los mecanismos de la economía actual promueven una exacerbación
del consumo, pero resulta que el consumismo desenfrenado unido a la
inequidad es doblemente dañino del tejido social. Así la inequidad genera
tarde o temprano una violencia que las carreras armamentistas no
resuelven ni resolverán jamás. Sólo sirven para pretender engañar a los
que reclaman mayor seguridad, como si hoy no supiéramos que las armas
y la represión violenta, más que aportar soluciones, crean nuevos y peores
conflictos. Algunos simplemente se regodean culpando a los pobres y a los
países pobres de sus propios males, con indebidas generalizaciones, y
pretenden encontrar la solución en una «educación» que los tranquilice y
los convierta en seres domesticados e inofensivos. Esto se vuelve todavía
más irritante si los excluidos ven crecer ese cáncer social que es la
corrupción profundamente arraigada en muchos países –en sus gobiernos,
empresarios e instituciones– cualquiera que sea la ideología política de los
gobernantes.
apostolvirtual
EXHORTACIÓN APOSTÓLICA. EVANGELII GAUDIUM. Capítulo segundo. EXHORTACIÓN APOSTÓLICA. EVANGELII GAUDIUM. Capítulo segundo.