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La señal de la Santa Cruz.

La señal de la Santa Cruz

La práctica de hacer la señal de la cruz tiene gran prominencia en la Iglesia Católica Romana, pero también es practicada entre los ortodoxos orientales y los episcopales. La historia de la señal de la cruz tiene su origen en un pasado tan lejano como Tertuliano, el padre de la iglesia primitiva que vivió entre los años 160 a 220 d.C. Tertuliano escribió, “En todos nuestros viajes y movimientos, en todas nuestras salidas y llegadas, al ponernos nuestros zapatos, al tomar un baño, en la mesa, al prender nuestras velas, al acostarnos, al sentarnos, en cualquiera de las tareas en que nos ocupemos, marcamos nuestras frentes con el signo de la cruz.”

Originalmente, se trazaba una pequeña cruz en la frente con el pulgar o un dedo. Mientras que es difícil señalar exactamente cuando fue que se cambió el trazo de la pequeña cruz en la frente a la moderna práctica de trazar una larga cruz desde la frente hasta el pecho y de hombro a hombro, lo que si sabemos es que este cambio ocurrió por el siglo XI d.C., cuando el Libro de Oración del Rey Enrique menciona una instrucción de “marcar con la santa cruz los cuatro lados del cuerpo.”

Los católicos encontraron la justificación para la señal de la cruz, primeramente en sus muchos años de tradición eclesiástica, y seguidamente en Éxodo 17:9-14 y Apocalipsis 7:3; 9:4; 14:1. Mientras que los pasajes hablan de una señal en la frente para protección del juicio de Dios, éstos deben ser interpretados a la luz de su contexto. En las bases de su contexto, no hay razón para creer que cualquiera de los versos prescriban el ritual de la señal de la cruz.

En el siglo XVI, uno de los dogmas centrales de la Reforma Protestante fue la sola scriptura, donde se estipuló que cualquier práctica que no se ajustara a la Escritura fuera desechada. Los reformadores ingleses creían que el usar la señal de la cruz debía de ser dejado a cada individuo, como fue escrito en el Libro de Oración del Rey Enrique VI “....el arrodillarse, santiguarse, juntar las manos, golpearse el pecho, y otros gestos, pueden ser usados, o dejados, según sirva a la devoción de cada hombre, sin culparle.” Los protestantes generalmente veían esta señal como una tradición que carecía de bases en la Escritura, o aún como idolatría, y por esa razón fue abandonada por la mayoría.

Mientras que la Biblia no nos enseña a persignarnos, la señal de la cruz no carece de simbolismo bíblico. La forma del signo es un recordatorio de la cruz de Cristo. Históricamente, el signo también fue visto como una representación de la Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo. A través de la fe en el Señor Jesucristo y Su muerte sustitutiva en la cruz, la salvación se extendió como un regalo de gracia a toda la humanidad. La Trinidad es la doctrina de la Divinidad: Un Dios existiendo en tres distintas Personas. Ambas doctrinas son fundamentales para ambos, católicos y protestantes, y ciertamente están bien fundamentadas en la Biblia. La señal de la cruz ha sido asociada hasta cierto punto con poderes sobrenaturales, tales como repeler al mal, a demonios, etc. Este aspecto místico de la señal de la cruz es completamente falso y de ninguna manera puede tener un soporte bíblico.

Dejando el aspecto místico de lado, el hacer la señal de la cruz no está bien, ni mal, y puede ser positivo si sirve como recordatorio a la persona, de la cruz de Cristo o de la Trinidad. Desafortunadamente ese no es siempre el caso, y mucha gente simplemente hace los movimientos del ritual de persignarse sin un conocimiento del porqué lo hacen. Un análisis final de la señal de la cruz, es que de ninguna manera es requerida de los cristianos, porque no es una instrucción que proceda de la Palabra de Dios.