Irapuato
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San Atilano Cruz, Mártir -1o. de julio. www.vidasejemplares.org/santos68.pdf ATILANO CRUZ ALVARADO Nació en Ahuetita de Abajo, perteneciente a la parroquia de Teocaltiche, Jal. (Diócesis de Aguascalientes …Más
San Atilano Cruz, Mártir -1o. de julio.
www.vidasejemplares.org/santos68.pdf
ATILANO CRUZ ALVARADO
Nació en Ahuetita de Abajo, perteneciente a la parroquia de Teocaltiche, Jal. (Diócesis de Aguascalientes), el 5 de octubre de 1901. Ministro de la parroquia de Cuquío, Jal. Se ordenó sacerdote cuando esto se consideraba como el mayor crimen que podía cometer un mexicano. Pero él, con una alegría que le desbordaba extendió sus manos para que fueran consagradas bajo el cielo azul de una barranca jalisciense donde se escondía el Arzobispo y el Seminario.
Once meses después, el pacífico y alegre sacerdote, mientras ejercía a salto de mata su ministerio, fue llamado por su párroco el Sr. Cura Justino Orona. Obediente se encaminó al rancho de “Las Cruces”, lugar que sería su calvario. Poco antes había escrito: «Nuestro Señor Jesucristo nos invita a que lo acompañemos enla pasión». Mientras dormía llegaron las fuerzas militares y la autoridad civil. El padre Atilano, al oír la descarga que cortó …Más
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Primera Lectura (Lectio Divina)
Amos 7, 10-17
En aquel tiempo, Amasías, sacerdote de Betel, le envió este mensaje a
Jeroboam, rey de Israel: "Amós está conspirando contra ti en Israel y
el país ya no puede soportar sus palabras, pues anda diciendo que
Jeroboam morirá a espada e Israel saldrá de su país al destierro".
Amasías le dijo a Amós: "Vete de aquí, visionario, y huye al país de
Judá;…Más
Primera Lectura (Lectio Divina)
Amos 7, 10-17
En aquel tiempo, Amasías, sacerdote de Betel, le envió este mensaje a
Jeroboam, rey de Israel: "Amós está conspirando contra ti en Israel y
el país ya no puede soportar sus palabras, pues anda diciendo que
Jeroboam morirá a espada e Israel saldrá de su país al destierro".
Amasías le dijo a Amós: "Vete de aquí, visionario, y huye al país de
Judá; gánate allá el pan, profetizando; pero no vuelvas a profetizar
en Betel, porque es santuario del rey y templo del reino". Respondió
Amós: "Yo no soy profeta ni hijo de profeta, sino pastor y cultivador
de higos. El Señor me sacó de junto al rebaño y me dijo: ‘Ve y
profetiza a mi pueblo, Israel‘. Y ahora escucha tú la palabra del
Señor. Tú me dices: ‘No profetices contra la casa de Israel. No
vaticines contra la casa de Isaac‘. Pues bien, esto dice el Señor: ‘Tu
mujer será deshonrada en plena calle; tus hijos e hijas morirán a
espada; tu tierra se la repartirán los vencedores; tú mismo morirás en
tierra pagana e Israel será desterrado lejos de su país".

Meditatio
Es increíble la obcecación que manifestamos frecuentemente con el
Señor. Nos perdona, nos habla, nos invita, nos reprende y aún así
continuamos con nuestra actitud de rechazo a su palabra y a su amor.
El rey Jeroboam, en lugar de buscar la conversión de su pueblo y con
ello la salvación de éste, prefiere oír las voces del mundo y rechazar
al profeta de Dios. Esta es muchas veces nuestra actitud. En lugar de
cambiar nuestra vida, preferimos hacer a un lado al Dios que me
estorba, que no me permite vivir la vida como yo la deseo, que frena y
me echa en cara mis pecados con el fin de que me vuelva a él.
Preferimos escuchar las voces del mundo y no las del Evangelio; las
voces que vienen desde los medios de comunicación, en lugar de
aquellas que vienen de nuestros pastores. Aun en los anuncios
proféticos realizados por visionarios, nos gusta quedarnos con el
fenómeno (que siempre es atractivo), en lugar de convertirnos y
volvernos a Dios. Cambiemos nuestra actitud ante el Dios de la
misericordia, ante él Dios del perdón... recordemos que su corazón
está siempre abierto para los que se arrepienten y se vuelven a él.

Oratio
Señor Dios y Padre de bondad, que perdonas siempre al hombre que se
arrepiente de sus faltas y pecados, perdónanos a nosotros, tus hijos
que, sabiendo de tu infinita bondad y compasión, hemos preferido
alejarnos de ti para hacer cuanto hemos querido, apartándonos de ti y
de tu gracia; ayúdanos a ser dóciles a tu Espíritu para que seamos
dignos de tu amor compasivo y obedientes en nuestro diario vivir.

Operatio
Dedicaré un minutos de mi tiempo, antes de llevar a cabo mis acciones
importantes, para descubrir si estoy siendo dócil a Dios y a su
voluntad.
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El Evangelio de hoy
Mateo 9, 1-8
En aquel tiempo, Jesús subió de nuevo a la barca, pasó a la otra
orilla del lago y llegó a Cafarnaúm, su ciudad.

En esto, trajeron a donde él estaba a un paralítico postrado en una
camilla. Viendo Jesús la fe de aquellos hombres, le dijo al
paralítico: "Ten confianza, hijo. Se te perdonan tus pecados".

Al oír esto, algunos escribas pensaron: "Este hombre está
blasfemando". Pero Jesús, conociendo sus pensamientos, les dijo: "¿Por
qué piensan mal en sus corazones? ¿Qué es más fácil: decir 'Se te
perdonan tus pecados', o decir 'Levántate y anda'? Pues para que sepan
que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar los
pecados, —le dijo entonces al paralítico—: Levántate, toma tu camilla
y vete a tu casa".

Él se levantó y se fue a su casa. Al ver esto, la gente se llenó de
temor y glorificó a Dios, que había dado tanto poder a los hombres.

Reflexión
En este pasaje Jesús nos hace ver la importancia de la comunidad en
nuestra vida de conversión. Nos encontramos con un hombre que por sí
solo no podía llegar hasta Jesús. Son sus amigos quienes han hecho
posible que tuviera este encuentro. Cada uno de nosotros puede ser el
instrumento para llevar a Jesús a aquellos que están impedidos para
hacerlo. Y cuando me refiero a "impedidos", este impedimento no
tendría que ser forzosamente físico. Hoy nos encontramos con tantos
hermanos que, debido a una falta de formación religiosa o a
experiencias negativas en su vida de fe, se encuentran "inválidos" de
manera que no pueden caminar hacia una conversión profunda. Invitarlos
con frecuencia a nuestras reuniones de oración, a nuestras asambleas,
a un retiro, a una plática religiosa, a ir a misa con nosotros... en
una palabra, a facilitarles el camino hacia Jesús, es mostrarnos
verdaderamente como amigos, como hermanos, como apóstoles en el
sentido auténtico de la palabra. Creo que no hay una experiencia más
gratificante que el llevar a una persona al encuentro de Jesús, de
manera particular al sacramento de la confesión, en donde él
escuchará, como este paralítico: "Ten confianza, hijo, tus pecados te
son perdonados", lo que le permitirá levantarse y caminar hacia la Luz.

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.

Pbro. Ernesto María Caro