Irapuato
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el 25 de octubre SANTORAL

Beata María Teresa de Jesús Ferragud Roiq y sus 4 hijas, mártires
-Beato Baltasar Chiavari, Fraile
-Beato Cristóbal de Romagnola, Fraile
-Beato Juan Ángel Porro, presbítero
-Beato Pedro Geremía, presbítero
-Beato Recaredo, confessor
-Beato Ricardo Gwyn, Mártir
-Beato Tadeo, Obispo de Cork y Cloyne
-Los 40 Mártires de Inglaterra y Gales, mártires
-Nuestra Señora del Collell
-San Antonino, mártir
-San Bernardo Calvó, obispo
-San Cirino, mártir
-San Claudio, mártir
-San Cleto, confesor
-San Crepín, mártir
-San Crepiniano, mártir
-San Crisanto de Alejandría, mártir
-San Crispín, mártir
-San Crispiniano, mártir
-San Crispino, mártir
-San Dulcardo, eremita
-San Frontón, obispo
-San Frutos de Segovia, ermitaño

San Frutos (Segovia, 642Carrascal del Río, 715), también llamado San Frutos pajarero, fue un eremita hispano del último periodo visigodo, hermano de santa Engracia y san Valentín.

La tradición cuenta que nació en Segovia en el año 642, en el seno de una importante familia acomodada que la leyenda hace descendiente de patricios romanos de enraizadas creencias religiosas.[1]
Tras la prematura muerte de sus padres hubo de tomar la decisión repartir los cuantiosos bienes familiares entre los necesitados y alejarse de la ciudad en busca de soledad. Sus hermanos menores Valentín y Engracia le secundan en la idea y lo acompañan, eligiendo para su retiro un inhóspito paraje a las orillas del río Duratón, en el actual término municipal de Carrascal del Río. Primero se establecieron en cuevas naturales, y después en ermitas alejadas entre si buscando el deseo de soledad, penitencia y oración.
Falleció en la ermita de San Frutos a los 73 años de edad, y fue enterrado en ella por sus hermanos; ellos se retiraron al municipio de Caballar, donde continuaron su vida solitaria en la ermita de san Zoilo hasta morir decapitados a manos de los sarracenos.
Los restos mortales de san Frutos fueron trasladados junto con los de sus dos hermanos en el siglo XI a la antigua catedral de Segovia, y con el tiempo desaparecieron por el templo hasta que Juan Arias Dávila (1436-1497), durante su gobierno de la diócesis como obispo de Segovia, ordenó su búsqueda teniendo en cuenta la tradición que aseguraba estaban enterrados en alguna parte del templo. En la actualidad se siguen venerando como reliquias, custodiadas en la catedral de Segovia, que tiene como advocación la de la Virgen María y la suya propia.
Se le atribuyen cuatro milagros, uno de ellos hipotéticamente realizado una vez muerto, que la tradición relata de la siguiente manera:
Una de las campañas musulmanas llegó hasta las Hoces del Duratón, y las poblaciones cercanas utilizaron los salientes de las rocas para refugiarse. Al llegar los sarracenos al lugar, y siguiendo la tradición el santo, hizo antes que llegasen una raya en el suelo mandándoles que no pasasen de allí: porque les quería mostrar por razones bastantes, la ceguedad grande y error de su ley en que vivían. Y al punto que hizo la raya con el báculo que llevaba, se abrió la tierra, y se hendió la peña, y se hizo tan grande abertura, que no pudieron pasar adelante; mostrando nuestro Señor por este milagro, ser verdad lo que el Santo les predicaba. Ante la situación los moros estupefactos al ver tamaño portento, huyeron, dejando en paz a Frutos y a su compañía. Esta resquebrajadura del terreno se conoce en la actualidad como la cuchillada de san Frutos.
En otra ocasión, queriendo edificar un santuario a la Virgen María, pidió a un ganadero le prestara una yunta de bueyes para el transporte de las piedras. Éste sólo pudo dejarle un par de fieros toros, que Frutos, milagrosamente, convirtió en dóciles bestias de carga.
Siendo anciano obró su último milagro en vida, cuando un musulmán que habitaba en la zona blasfemó y negó la Eucaristía, advirtiendo que la sagrada forma no podía albergar el cuerpo de Cristo, y que cualquier animal se comería la hostia consagrada si se la echasen en la cebada, a lo que el santo respondió no se atreverá ningún animal a llegar a mi Señor Jesucristo, estando debajo el de aquellos accidentes de pan después que es consagrado; antes en viéndolo, lo reverenciará, y le hará acatamiento cuando lo viere, y lo conociere por su Dios y Señor. La tradición cuenta que el santo hizo que un burro se arrodillase ante una hostia consagrada que le habían ocultado entre la comida.
Se le atribuye un último milagro, ocurrido en el año 1225, conocido con el sobrenombre de La despeñada. Cuenta la tradición que un marido celoso sospechando que su mujer le era infiel, la engañó y llevó a la romería del santo y la arrojó al vacío en las Hoces del Duratón; ella, implorando la intercesión del santo, consigue que éste detenga su caída, salvando la vida. Tras el milagro, donó todos sus bienes al priorato de la ermita de San Frutos, donde se dejó constancia del milagro en un sillar que flanquea la puerta sur del templo, que refleja la siguiente inscripción: AQUI YAZE SEPULTA/DA UNA MUGER DE/SU MARIDO DESPEÑA/DA I NO MORIO I HIZO / A ESTA CASA LYMOSNA DE / SUS BIENES Es patrón de la Diócesis de Segovia, celebrándose su festividad el 25 de octubre con una romería a la ermita de San Frutos. Además, es patrón del municipio de Aguilafuente (Segovia) celebrándose su festividad el fin de semana más cercano al 25 de octubre.es.wikipedia.org/wiki/Frutos_(santo)

-San Gabino, mártir
-San Gabino, obispo
-San Gaudencio, Obispo de Brescia
-San Hilario, obispo
-San Jenaro, diácono y mártir
-San Jorge, presbítero
-San Juan Stone, presbítero y mártir
-San Lucio, mártir
-San Marciano, cantor y mártir
-San Marcos, mártir
-San Martirio, subdiácono y mártir
-San Mauro, obispo
-San Minato, soldado mártir
-San Miniato, soldado mártir
-San Pedro, mártir
-San Proto, presbítero y mártir
-San Teodosio, mártir
-San Valentín, mártir
-Santa Canna o Cana, Esposa y madre
-Santa Daría de Alejandría, mártir
-Santa Engracia, mártir
-Santa Hildemarca, abadesa
-Santa Lutgarda, virgen


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