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¿Qué pasaría si pensáramos más en nuestra propia muerte?

¿Qué pasaría si pensáramos más en nuestra propia muerte?
El video que presentamos en esta ocasión es realizado por la iniciativa británica “The School of Life”, y nos presenta una interesante reflexión sobre el valor que debemos darle a nuestra vida terrena: evaluarla en su sentido verdadero, ser agradecidos por ella, valorar las cosas positivas que tiene (grandes y pequeñas, pero significativas) y reconocer con humildad que, algún día (solo Dios sabe cuándo), “perderemos” todo lo que tenemos en este mundo (para ganar la vida venidera).

El video nos plantea esa contradicción fuerte que brota en el corazón del hombre: Nos es muy difícil apreciar lo que tenemos pues no nos contentamos, siempre queremos más. Estamos hechos para más y eso nos choca, pues día a día nos topamos con dificultades, fracasos y dolores que nos recuerdan la fragilidad de nuestra vida.

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Por eso el mirar con realismo el hecho de que algún día moriremos, nos permite descubir el valor de todo aquello que nos ha sido dado como un regalo de Dios: familia, pareja, amigos, bienes espirituales, bienes materiales, el don de la fe, un bello paisaje, la creación toda, en fin. Nuestra propia vida es en sí un regalo con un único e inmerecido destinatario, con un determinado tiempo sobre la tierra para hacerlo fructificar.

Ante esta realidad es valioso recordar, como menciona la Gaudium et Spes, que:

La semilla de eternidad que (el hombre) en sí lleva, por si irreducible a la sola materia, se levanta contra la muerte.
Y por ello las palabras del Papa Francisco en la Fiesta de los Fieles Difuntos del año pasado, nos recuerdan:

La muerte no es la última palabra sobre el destino del ser humano, ya que el hombre está destinado a una vida sin límites, que tiene sus raíces y su realización en Dios.

La vida del ser humano no termina con la muerte. La muerte es un paso a una vida más plena si hemos optado por vivir de cara a Dios. ¿Quién mejor que Jesús, para mostrarnos esta realidad,en especial, estos días próximos a la Semana Santa? Él entregó su vida en la Cruz, muriendo para resucitar a una vida eterna y poder hacernos partícipes a todos de esa realidad.

Debemos pues, ser agradecidos por la vida que nos ha sido entregada, pero recordar con realismo que esta vida es temporal, y que deberemos dar ese paso hacia el encuentro definitivo con Jesús, donde no habrá que tener miedo, si hemos optado por abrirle la puerta a su constante llamado.