X aniversario de la canonización de San Juan Diego Cuauhtlatoatzin.

El 31 de Julio de este año 2012, celebramos con fe y alegría el décimo aniversario de la canonización de San Juan Diego Cuauhtlatoatzin por, el ahora Beato, Juan Pablo II.
Momentos llenos de alegría se vivieron en esta fiesta celebrada en la Basílica de Santa María de Guadalupe.
El Cardenal Norberto Rivera Carrera, pastor de la Iglesia en México, se hizo presente en la Parroquia de Indios, lugar donde por primera vez estuvo la santa imagen de nuestra madre María de Guadalupe y donde vivió Juan Diego para servirle; para rendir un homenaje a este hombre humilde y sencillo que María eligió para hacer llegar su mensaje por medio de su imagen plasmada en su tilma.
Después de este homenaje, en el que estuvo presente el Cabildo de la Basílica de Guadalupe, el Sr. Cardenal acompañado de otros sacerdotes y laicos y del supremo caballero de los Caballeros de Colón Sr. Carl Anderson, se dirigieron a la plaza Mariana en donde realizó la bendición de las instalaciones de los nuevos consultorios médicos.
El momento central de esta celebración fue la solemne concelebración Eucarística en la cual, la fe de todos los asistentes, reunidos en el nombre del Verdadero Dios por quien se vive, se expresó en las oraciones y cánticos. El Sr. Cardenal nos recordó a todos las virtudes esenciales de San Juan Diego; virtudes que el día de hoy vale la pena vivir y transmitir a los demás: la fe, humildad y el corazón limpio y puro. Virtudes por las cuales, Santa María de Guadalupe lo consideró un hombre capaz y digno de ser su embajador.
Después de la eucaristía fue inaugurada una exposición, realizada con la colaboración del Instituto Superior de Estudios Guadalupanos, la Basílica de Guadalupe, los Caballeros de Colón y Unión de Voluntades en la cual se puede observar una biografía de San Juan Diego, así como datos interesantes sobre su canonización, de manera que su ejemplo de santidad nos estimule a todos a vivir sus virtudes y aprender de su admirable testimonio de fe y amor a la Madre de Dios.
La alegría de esta fiesta también se contempló en la danza y el canto de los indígenas que asistieron a este aniversario.