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31 Dic. BEATA JOSEFINA NICOLI. Conocida como Sor Sonrisa digna Hija de la Caridad de San Vicente de Paúl Josefina Nicoli nació en Casatisma (Pavía, Italia) el 18 de noviembre de 1863. Era la quinta …Más
31 Dic. BEATA JOSEFINA NICOLI.

Conocida como Sor Sonrisa digna Hija de la Caridad de San Vicente de Paúl Josefina Nicoli nació en Casatisma (Pavía, Italia) el 18 de noviembre de 1863. Era la quinta de diez hijos de una familia de clase media y de profunda fe+Visita nuestra página www.mujerfuerte.org

Hijas del Sagrado Corazón IFCJ
Irapuato
Lecturas del día:
*Lectio Divina (Primera Lectura)
*El Evangelio de hoy
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[4]
Primera Lectura (Lectio Divina)
1 Juan 2, 18-21
Hijos míos: Esta es la última hora. Han oído ustedes que iba a venir
el anticristo; pues bien, muchos anticristos han aparecido ya, por lo
cual nos damos cuenta de que es la última hora.
De entre ustedes salieron, pero …Más
Lecturas del día:
*Lectio Divina (Primera Lectura)
*El Evangelio de hoy
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[3]
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[4]
Primera Lectura (Lectio Divina)
1 Juan 2, 18-21
Hijos míos: Esta es la última hora. Han oído ustedes que iba a venir
el anticristo; pues bien, muchos anticristos han aparecido ya, por lo
cual nos damos cuenta de que es la última hora.
De entre ustedes salieron, pero no eran de los nuestros; pues si
hubieran sido de los nuestros, habrían permanecido con nosotros. Pero
sucedió así para que se pusiera de manifiesto que ninguno de ellos es
de los nuestros.
Por lo que a ustedes toca, han recibido la unción del Espíritu Santo y
tienen así el verdadero conocimiento. Les he escrito, no porque
ignoren la verdad, sino porque la conocen y porque ninguna mentira
viene de la verdad.
+ Meditatio
El termino “última hora” solo aparece en este pasaje y está referido
sin lugar a dudas a lo que en otros pasajes, sobre todo en la teología
de san Pablo, es llamado: “el final de los tiempos” o “los tiempos
finales”, los cuales se refieren a la última etapa de la Historia, que
es precisamente la que estamos viviendo, ya que después de ésta
aparecerá el Hijo del hombre rodeado de majestad para realizar el
juicio final y de esta manera concluir con todo esto que ahora
conocemos y dar paso a la eternidad en “los cielos nuevos y la tierra
nueva”. Mientras esto ocurre, el apóstol pone en guardia a la
comunidad acerca de los “falsos profetas” de los anticristos, es
decir, de todos aquellos que niegan a Jesús y que se partan de la
santa doctrina arrastrando con ellos a otros hermanos. Esto que pasaba
en aquellos tiempos continúa ahora, ya que aun ahora estamos en “la
última hora” y por ello no es extraño el ver como de los mismos grupos
cristianos se van desprendiendo diferentes sectas y confesiones,
muchas de ellas no solo diferentes sino contrarias al mismo
cristianismo Católico.
Debemos nosotros tambien estar en guardia pues en medio de toda la
confusión de este mundo, y dado que no todos nuestros hermanos han
tenido la suficiente formación doctrinal y evangélica, es fácil que
éstos se vean arrastrados a las sectas y confesiones extrañas al
cristianismo. Recuerda que la fuente de agua limpia surge de las
Escrituras discernidas y explicadas diligentemente por nuestra
Iglesia. No nos dejemos arrastrar, permanezcamos fieles al Señor.
+ Oratio
Señor, sé que hay muchos confundidos y que anuncian cosas contrarias a
la fe, con una convicción tan profunda, que llevan a muchos en su
misma cofusión.
Dame la gracia de anunciar tu verdad, la única verdad, con tal
convicción que ayude a mucha gente a volverse de su confusión.
+ Operatio
Hoy recordaré a todas aquellas personas que conozco que se separaron
de la Iglesia por alguna confusión en sus mentes, o por alguna mala
experiencia; oraré por ellos y me aseguraré que en adelante reciban,
de parte mia, un testimonio intachable de conducta y del amor de Dios.
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El Evangelio de hoy
Juan 1, 1-18
En el principio ya existía aquel que es la Palabra,
y aquel que es la Palabra estaba con Dios y era Dios.
Ya en el principio él estaba con Dios.
Todas las cosas vinieron a la existencia por él
y sin él nada empezó de cuanto existe.
El era la vida, y la vida era la luz de los hombres.
La luz brilla en las tinieblas
y las tinieblas no la recibieron.Hubo un hombre enviado por Dios, que
se llamaba Juan.
Este vino como testigo, para dar testimonio de la luz,
para que todos creyeran por medio de él.
El no era la luz, sino testigo de la luz.
Aquel que es la Palabra era la luz verdadera,
que ilumina a todo hombre que viene a este mundo.
En el mundo estaba;
el mundo había sido hecho por él
y, sin embargo, el mundo no lo conoció.
Vino a los suyos y los suyos no lo recibieron;
pero a todos los que lo recibieron
les concedió poder llegar a ser hijos de Dios,
a los que creen en su nombre,
los cuales no nacieron de la sangre,
ni del deseo de la carne, ni por voluntad del hombre,
sino que nacieron de Dios.
Y aquel que es la Palabra se hizo hombre
y habitó entre nosotros.
Hemos visto su gloria,
gloria que le corresponde como a Unigénito del Padre,
lleno de gracia y de verdad.
Juan el Bautista dio testimonio de él, clamando:
"A éste me refería cuando dije:
‘El que viene después de mí, tiene precedencia sobre mí,
porque ya existía antes que yo‘ ".
De su plenitud hemos recibido todos gracia sobre gracia.
Porque la ley fue dada por medio de Moisés,
mientras que la gracia y la verdad vinieron por Jesucristo.
A Dios nadie le ha visto jamás.
El Hijo unigénito, que está en el seno del Padre,
es quien lo ha revelado.
+ Reflexión
La lectura que nos presenta hoy la liturgia nos habla de la
preexistencia del Verbo. Con ello expresa la fe de la Iglesia de que
Jesús, a quien celebramos ahora por su nacimiento, es verdaderamente
Dios. Esto es una cosa increíble, que poco nos detenemos a pensar,
imagínate: Dios, el Eterno, el que hizo todo el universo, estuvo
vestido con nuestra propia carne y habitó entre nosotros y lo podían
ahora contemplar con sus propios ojos los pastores, y sobre todo,
María Santísima y san José.
No creo que podamos nosotros tener una idea de lo que sentiría María
Santísima, que había recibido la noticia de que Jesús era el Verbo
Eterno, y ahora lo veía como un humano; ¿Qué pasaría por su corazón y
por su mente?
Desafortunadamente para nosotros, los cristianos de este siglo, la
fiesta de Navidad ya no es misterio, sino sólo fiesta. Es necesario
volvernos a poner de rodillas delante del pesebre de Jesús, y como san
Francisco de Asís (que fuera quien instituyera el nacimiento),
mientras nuestros ojos contemplan las figuras de barro o porcelana,
dejemos que nuestra imaginación regrese al momento mismo del
nacimiento de Jesús y que así, de rodillas, le pidamos al Espíritu
Santo poder entrar de nuevo en el misterio de la Encarnación y que con
su luz maravillosa nos muestre, lo fascinante de este misterio.
Date tiempo hoy para tener un rato de oración y contemplación delante
de la Encarnación del Hijo Único de Dios: Jesucristo, nuestro Señor.
Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Pbro. Ernesto María Caro
Irapuato
🤗 !Feliz Anyo Nuevo, 48josefina! ?Fue Ud. maestra al igual que yo?
Gloria.tv nos ayuda a continuar nuestra "vocación", ?verdad?
48josefina
Me ha gustado muchísimo conocer la vida de la Beata Josefina Nicoli. Además como lleva mi mismo nombre... La recuerdo con cariño por ser conocida también como Sor Sonrisa. La película de Sor sonrisa es muy bonita.
Gracias por darnos a conocer la vida de dicha Beata. ¡Qué pronto pueda ser proclamada Santa!
Josefina 😀
Irapuato
www.elsembradorministries.com/esnetvenvivo.htm
ahora mismo, programa del Papa...
Irapuato
Conocida como Sor Sonrisa
digna Hija de la Caridad de San Vicente de Paúl
Josefina Nicoli nació en Casatisma (Pavía, Italia) el 18 de noviembre de 1863. Era la quinta de diez hijos de una familia de clase media y de profunda fe.
Cursó la escuela primaria con las religiosas agustinas, en Voghera; y estudió magisterio en Pavía. Su deseo secreto, que la impulsó a realizar estos estudios, era el de …Más
Conocida como Sor Sonrisa
digna Hija de la Caridad de San Vicente de Paúl
Josefina Nicoli nació en Casatisma (Pavía, Italia) el 18 de noviembre de 1863. Era la quinta de diez hijos de una familia de clase media y de profunda fe.
Cursó la escuela primaria con las religiosas agustinas, en Voghera; y estudió magisterio en Pavía. Su deseo secreto, que la impulsó a realizar estos estudios, era el de dedicarse a la educación de niños pobres en un tiempo en el que era muy alto el porcentaje de analfabetismo entre la gente de menos recursos. Este deseo fue madurando, sobre todo, a través de la experiencia del dolor, que visitó su familia con la muerte de algunos de sus hijos, entre ellos Juan, de quien Josefina se había convertido en su servicial enfermera personal. En medio de estas situaciones dolorosas aprendió a considerar el valor de la vida y la fragilidad de las cosas humanas.

Josefina era querida por todos, su carácter dulce era un don natural; y un sacerdote de Voghera, don Giacomo Prinetti, su director espiritual, la guió en el camino de la perfección del espíritu, mientras maduraba la llamada a consagrar su vida a Dios.

El 24 de septiembre de 1883, a la edad de veinte años, ingresó en la Compañía de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, en la casa "San Salvario" de Turín, donde hizo el postulantado y el noviciado. Recibió el hábito propio de la Compañía en París, en una ceremonia que tuvo lugar en la Casa madre de las Hijas de la Caridad.

En el año 1885 fue trasladada a Cerdeña. Su primera misión, que acogió con gran entusiasmo, fue la de enseñar en el "Conservatorio de la Providencia" de Cágliari. La experiencia educativa entre niñas pobres la marcó de forma especial. Durante este tiempo no se limitó a mirar sólo lo que sucedía entre los muros del conservatorio, sino que intensificó cada vez más su unión con el Señor crucificado en medio de las vicisitudes cotidianas.

En el año 1886, la ciudad de Cágliari fue azotada por la epidemia del cólera, y sor Josefina, juntamente con sus hermanas del conservatorio, se dedicó, en los momentos que le quedaban libres después del horario escolar, a socorrer a las familias pobres de la ciudad, organizando "cocinas económicas" que pusieron a disposición de las autoridades civiles.

Este servicio le permitió salir al encuentro de los muchachos abandonados por las calles de Cágliari, enseñándoles el catecismo en los encuentros que programaba los domingos. Más tarde organizó a los muchachos en una asociación que llamó "Los Luisitos", estimulándolos a vivir en actitud de ayuda fraterna y educándolos a una sana sociabilidad que, a muchos de ellos, los condujo a cambiar de vida.

Después de casi quince años de activa vida apostólica en Cágliari, en el año 1889 fue trasladada al orfanato de Sássari. También allí desarrolló un amplio proyecto apostólico, organizando diversas instituciones orientadas siempre al servicio hacia los pobres.

Se preocupó por la formación de escuelas de catequesis que cada domingo reunían a cerca de 800 niños, y, sobre todo, dedicó muchas de sus energías a dar vida a la "Escuela de religión" para las jóvenes universitarias, con el fin de prepararlas para ser buenas maestras en la fe, y así contrarrestar la masonería que se difundía por Sássari y trataba de debilitar la presencia de los católicos en la ciudad.

En los proyectos de la divina Providencia, le espera un nuevo destino: Turín (1910-1913). Por sus dotes organizativas la nombraron ecónoma provincial, y un tiempo después pasó a ser directora de la casa de formación de las Hijas de la Caridad, misión a la que se dedicó con gran entrega. Se enfermó gravemente de tuberculosis y fue trasladada a Cerdeña —con gran dolor para el consejo provincial—, ya que el clima de las islas era favorable para su salud.

De regreso a Sássari, en el año 1914, reinaba un ambiente hostil a causa del anticlericalismo. Su permanencia en las islas mejoró el estado de su salud, pero comenzó su calvario interior. Una serie de malentendidos y falsos testimonios por parte de la administración del orfanato obligaron a los superiores a trasladarla nuevamente. Sor Josefina estaba a completa disposición, aceptando en silencio la humillación más grande que hubieran podido hacerle: la declararon incapaz de administrar el orfanato. Ante esta situación se repetía a sí misma: "Josefina, esto te viene muy bien. Aprende a ser humilde". La Providencia la condujo en la última etapa de su vida al Asilo de la Marina, en Cágliari.

En su nuevo destino, se encontró en medio de un barrio superpoblado, ubicado en las cercanías del puerto, y donde la pobreza alcanzaba índices muy altos, haciendo que las condiciones de vida fueran muy precarias. A los niños, por ser pobres, se les negaba el derecho a la educación, lo que favorecía los malos comportamientos.

En el contacto directo con la pobreza material descubrió heridas aún más secretas: las de la pobreza moral y espiritual. Su celo apostólico la impulsó nuevamente a salir al encuentro de los jóvenes, enseñándoles el catecismo, y orientando a quienes emigraban de las zonas rurales a la ciudad. Fundó la primera sección en Italia de la "Pequeña obra de Luisa de Marillac". Formó también el primer grupo de la Acción Católica femenina en Cágliari. Pero a quienes dedicó gran parte de sus iniciativas apostólicas, como una bondadosa y paciente madre, fue a los llamados "is piccioccus de crobi", "los muchachos de la cesta". Era un grupo numeroso que vagaba por la ciudad, sobre todo en las cercanías del mercado de la ciudad, llevando consigo su instrumento de trabajo: una cesta; y se ganaban su sustento llevando equipajes de la estación al puerto.

La caridad fue la norma de su vida, y en cada circunstancia hizo realidad su constante deseo de entregarse al Señor, formulando, desde edad muy temprana, como un firme propósito: "Deseo ser toda suya".

En el último año de su vida, no obstante todo el bien realizado, se repitió la situación de calvario al ser calumniada ella y su obra en el Asilo de la Marina. Como en otras ocasiones, sor Josefina aceptó en silencio cuanto acontecía, y el testimonio de su vida llevó al funcionario que la calumnió a retractarse y reconocer su error. La caridad humilde que testimonió hizo que el funcionario difamador se acercara a su lecho de muerte, y ella, sonriendo, lo perdonó.

Murió en Cágliari, a causa de una bronco-pulmonía, el 31 de diciembre de 1924; el funeral se celebró el día 1 de enero. Su muerte —dijo una hermana de la comunidad— fue "la corona de una vida íntegra y la prueba de una virtud practicada de modo heroico".

El milagro por su intercesión presentado para la beatificación tuvo lugar en Milán: un joven militar fue curado de un tumor óseo.

La caridad ha glorificado a sor Josefina en un camino de humildad que la llevaba a ocultarse ante los aplausos del mundo y le abría las puertas a la inhabitación de Cristo. La caridad era la norma de todos sus pensamientos, de todas sus palabras, de todas sus acciones; y así penetró el misterio de la caridad hacia los pobres como acto de amor hacia el Señor, esa fue su gloria.

Fue beatificada por S.S. Benedicto XVI el 3 de febrero de 2008.

Reproducido con autorización de Vatican.va
es.catholic.net/santoral/articulo.php