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El Corazón de Jesús es símbolo de su amor sensible, pues el Cuerpo de Jesucristo, plasmado en el seno castísimo de la Virgen María por obra del Espíritu Santo, supera en perfección, y, por ende, en …Más
El Corazón de Jesús es símbolo de su amor sensible, pues el Cuerpo de Jesucristo, plasmado en el seno castísimo de la Virgen María por obra del Espíritu Santo, supera en perfección, y, por ende, en capacidad perceptiva a todos los demás cuerpos humanos.

La caridad divina tiene su primer origen en el Espíritu Santo, que es el Amor personal del Padre y del Hijo, en el seno de la augusta Trinidad. Con toda razón, pues, el Apóstol de las Gentes, como haciéndose eco de las palabras de Jesucristo, atribuye a este Espíritu de Amor la efusión de la caridad en las almas de los creyentes: La caridad de Dios ha sido derramada en nuestros corazones por el Espíritu Santo, que nos ha sido dado(5). Este tan estrecho vínculo que, según la Sagrada Escritura, existe entre el Espíritu Santo, que es Amor por esencia, y la caridad divina que debe encenderse cada vez más en el alma de los fieles, nos revela a todos en modo admirable, venerables hermanos, la íntima naturaleza del culto que se ha de atribuir al Sacratísimo Corazón de Jesucristo. En efecto, manifiesto es que este culto, si consideramos su naturaleza peculiar, es el acto de religión por excelencia, esto es, una plena y absoluta voluntad de entregarnos y consagramos al amor del Divino Redentor, cuya señal y símbolo más viviente es su Corazón traspasado. E igualmente claro es, y en un sentido aún más profundo, que este culto exige ante todo que nuestro amor corresponda al Amor divino. Pues sólo por la caridad se logra que los corazones de los hombres se sometan plena y perfectamente al dominio de Dios, cuando los afectos de nuestro corazón se ajustan a la divina voluntad de tal suerte que se hacen casi una cosa con ella, como está escrito: Quien al Señor se adhiere, un espíritu es con El(6)”. Textual de Encilica HAURIETIS AQUAS Nun 1 y 2.

“Símbolo del triple amor de Cristo: Luego, con toda razón, es considerado el corazón del Verbo Encarnado como signo y principal símbolo del triple amor con que el divino Redentor ama continuamente al Eterno Padre y a todos los hombres. Es, ante todo, símbolo del divino amor que en El es común con el Padre y el Espíritu Santo, y que sólo en El, como Verbo Encarnado, se manifiesta por medio del caduco Y frágil velo del cuerpo humano, ya que en El habita toda la plenitud de la Divinidad corporalmente(52). Además, el Corazón de Cristo es símbolo de la ardentísima caridad que, infundida en su alma, constituye la preciosa dote de su voluntad humana y cuyos actos son dirigidos e iluminados por una doble y perfectísima ciencia, la beatífica y la infusa(53). Finalmente, y esto en modo más natural y directo, el Corazón de Jesús es símbolo de su amor sensible, pues el Cuerpo de Jesucristo, plasmado en el seno castísimo de la Virgen María por obra del Espíritu Santo, supera en perfección, y, por ende, en capacidad perceptiva a todos los demás cuerpos humanos(54). Aleccionados, pues, por los Sagrados Textos y por los Símbolos de la fe sobre la perfecta consonancia y armonía que reina en el alma santísima de Jesucristo y sobre cómo El dirigió al fin de la Redención las manifestaciones todas de su triple amor, podemos ya con toda seguridad contemplar y venerar en el Corazón del Divino Redentor la imagen elocuente de su caridad y la prueba de haberse ya cumplido nuestra Redención, y como una mística escala para subir al abrazo de Dios nuestro Salvador(55). Por eso, en las palabras, en los actos, en la enseñanza, en los milagros y especialmente en las obras que más claramente expresan su amor hacia nosotros- como la institución de la divina Eucaristía, su dolorosa pasión y muerte, la benigna donación de su Santísima Madre, la fundación de la Iglesia para provecho nuestro y, finalmente, la misión del Espíritu Santo sobre los Apóstoles y sobre nosotros-, en todas estas obras, decimos Nos, hemos de admirar otras tantas pruebas de su triple amor, y meditar los latidos de su Corazón, con los cuales quiso medir los instantes de su terrenal peregrinación hasta el momento supremo, en el que, como atestiguan los Evangelistas, Jesús, luego de haber clamado de nuevo con gran voz, dijo: «Todo está consumado». E inclinando la cabeza, entregó su espíritu(56). Sólo entonces su Corazón se paró y dejó de latir, y su amor sensible permaneció como en suspenso, hasta que, triunfando de la muerte, se levantó del sepulcro. Después que su Cuerpo, revestido del estado de la gloria sempiterna, se unió nuevamente al alma del Divino Redentor victorioso ya de la muerte, su Corazón sacratísimo no ha dejado nunca ni dejará de palpitar con imperturbable y plácido latido, ni cesará tampoco de demostrar el triple amor con que el Hijo de Dios se une a su Padre eterno y a la humanidad entera, de la que con pleno derecho es Cabeza mística”. Textual de Encilica HAURIETIS AQUAS Números 15 y 16.
Ana Luisa M.R
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Enzo de la Virgen
Mons. Paglia: Palabras del Papa Francisco deben entenderse siempre en su contexto
Ante las recientes tergiversaciones que recibieron las declaraciones del Papa Francisco sobre la paternidad responsable, el Presidente del Pontificio Consejo para laFamilia, Mons. Vicenzo Paglia, señaló que las palabras del Santo Padre “tienen que entenderse siempre en su contexto, y nunca aisladas”, como sucedió …Más
Mons. Paglia: Palabras del Papa Francisco deben entenderse siempre en su contexto

Ante las recientes tergiversaciones que recibieron las declaraciones del Papa Francisco sobre la paternidad responsable, el Presidente del Pontificio Consejo para laFamilia, Mons. Vicenzo Paglia, señaló que las palabras del Santo Padre “tienen que entenderse siempre en su contexto, y nunca aisladas”, como sucedió con ciertos medios de comunicación.

Como se recuerda, en el vuelo de retorno a Roma, al Papa Francisco se le preguntó sobre la pobreza en Filipinas. “Según los sondeos, la mayoría de la población filipina cree que el aumento de los filipinos es una de las razones más importantes de la gran pobreza en el país”, dijo el periodista, quien añadió que en promedio una mujer de este país “da a luz a tres hijos en suvida”. Sin embargo, la pregunta fue obviada por diversos medios de prensa que presentaron al Pontífice como opuesto a las familias numerosas.
Enzo de la Virgen
Dios siempre toma la iniciativa, su divina misericordia trata de alcanzarnos
“Mas cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador y su amor a los hombres, él nos salvó, no por obras de justicia que hubiésemos hecho nosotros, sino según su misericordia, por medio del baño de regeneración y de renovación del Espíritu Santo, que derramó sobre nosotros con largueza por medio de Jesucristo …Más
Dios siempre toma la iniciativa, su divina misericordia trata de alcanzarnos

“Mas cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador y su amor a los hombres, él nos salvó, no por obras de justicia que hubiésemos hecho nosotros, sino según su misericordia, por medio del baño de regeneración y de renovación del Espíritu Santo, que derramó sobre nosotros con largueza por medio de Jesucristo nuestro Salvador” (Tito 3:4-6). Dios siempre toma la iniciativa, su divina misericordia trata de alcanzarnos, en todo momento, de traernos a la salvación. Dios tiene infinita bondad, paz, amor, comprensión y todos los tesoros de su misericordia para nosotros, Dios quiere acompañarnos y morar dentro de nuestros corazones, “y la esperanza no falla, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado” (Romanos 5:5). Dios nos hace templos vivos de su amor divino, llenando nuestras vidas con su amor trinitario, espera como el Padre del hijo prodigo, que le busquemos con humildad, para recibirnos con su perdón y los grandes regalos de su reino, “Jesús le respondió: «Si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él.” (Juan 14:23), que tesoro más grande, que Dios esta con nosotros, solo espera que le abramos las puertas del corazón, le correspondamos a su divino amor, “El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ame, será amado de mi Padre; y yo le amaré y me manifestaré a él.» (Juan 14:21).

Nuestro Salvador, nos ha prometido estar con nosotros todos los días hasta el fin del mundo (cf Mateo28:20), su divina presencia la tenemos sobretodo en el santísimo sacramento del altar, Nuestro Señor, se quiere dar a todos como alimento e salvación, después de multiplicar los panes y alimentar una multitud de 5 mil personas, afirma Jesús: “Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo.» (Juan 6:51) y nos manda: “Obrad, no por el alimento perecedero, sino por el alimento que permanece para vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre, porque a éste es a quien el Padre, Dios, ha marcado con su sello.» (Juan 6:27). Nuestro Señor instituye la Santísima Eucaristía en la Cena con sus disipulos: “Mientras estaban comiendo, tomó Jesús pan y lo bendijo, lo partió y, dándoselo a sus discípulos, dijo: «Tomad, comed, éste es mi cuerpo.» Tomó luego una copa y, dadas las gracias, se la dio diciendo: «Bebed de ella todos, porque ésta es mi sangre de la Alianza, que es derramada por muchos para perdón de los pecados. (Mateo 26:28) Nuestra esperanza, es mantenernos eternamente en comunión con Dios, contemplar el triunfo del Reino Eucarístico de Jesús, vivir en alabanza y adoración a la Santísima Trinidad unidos al del Inmaculado Corazón de Maria, al Casto Corazón de San José, a todos los santos y a los ángeles, que lo alaban sin cesar diciendo Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del Universo y Rey de reyes.
Del Corazón abierto de Nuestro Señor Jesucristo, brotó Sangre y Agua, con ellos todos los sacramentos y gracias que necesitamos para la vida eterna, Juan Pablo II el día de la canonización de sor Faustina nos explica: "Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia" (Sal. 118, 1). Así canta la Iglesia en la octava de Pascua, casi recogiendo de labios de Cristo estas palabras del Salmo; de labios de Cristo resucitado, que en el Cenáculo da el gran anuncio de la misericordia divina y confía su ministerio a los Apóstoles: "Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo. (...) Recibid el Espíritu Santo: a quienes les perdonéis los pecados les quedan perdonados; a quienes se los retengáis les quedan retenidos." (Jn 20, 21-23). Antes de pronunciar estas palabras, Jesús muestra sus manos y su costado. Es decir, señala las heridas de la Pasión, sobre todo la herida de su corazón, fuente de la que brota la gran ola de misericordia que se derrama sobre la humanidad. De este corazón sor Faustina Kowalska, la beata que a partir de ahora llamaremos santa, verá salir dos haces de luz que iluminan el mundo: "Estos dos haces -le explicó Jesús mismo- representan la sangre y el agua" (Diario, 299). ¡Sangre y agua! Nuestro pensamiento va al testimonio del evangelista San Juan, quien, cuando un soldado traspasó con su lanza el costado de Cristo en el Calvario, vio salir "sangre y agua" (Jn 19, 34). Y si la sangre evoca el sacrificio de la cruz y el don eucarístico, el agua, en la simbología joánica, no sólo recuerda el bautismo, sino también el don del Espíritu Santo (cf. Jn 3, 5; 4, 14; 7, 37-39)”. Fin de la cita JUAN PABLO II, fragmento de la homilía en día de la canonización de sor Faustina.

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Un comentario más de Enzo de la Virgen
Enzo de la Virgen
Cardenal Cipriani: Tenemos la obligación de defender la verdad
El Arzobispo de Lima y Primado del Perú, Cardenal Juan Luis Cipriani, recordó a los fieles el deber de todo cristiano de defender la verdad ante la amenaza del pensamiento único que quiere desterrar a Dios.
Así lo expresó durante el programa radial Diálogo de Fe del 24 de enero, donde alentó a los peruanos a esforzarse constantemente …Más
Cardenal Cipriani: Tenemos la obligación de defender la verdad

El Arzobispo de Lima y Primado del Perú, Cardenal Juan Luis Cipriani, recordó a los fieles el deber de todo cristiano de defender la verdad ante la amenaza del pensamiento único que quiere desterrar a Dios.

Así lo expresó durante el programa radial Diálogo de Fe del 24 de enero, donde alentó a los peruanos a esforzarse constantemente por respetar la verdad en cada circunstancia.

“Estamos viviendo en una cultura del mundo donde hay una falta de respeto por la verdad y la honra. Yo no puedo insultar a quien sea en nombre de la libertad de expresión, yo no puedo matar por esa libertad de opinión, no puedo insultarte si piensas distinto de mí. Esta confusión es por la enorme soberbia porque el hombre se ha alejado de Dios y los hombres se han convertido en dioses. Hay un pensamiento único que quiere desterrar a Dios”
Mensajero Mariano
"You will drink water with joy at the sources of Salvador Is12,3. These words that the prophet Isaiah symbolically prefigured the many and abundant goods that the messianic era was to bring, come spontaneously to mind, if we take a retrospective look past one hundred years since our predecessor of i. m., Pius IX, corresponding to the wishes of the Catholic world, ordered the feast of the Sacred …Más
"You will drink water with joy at the sources of Salvador Is12,3. These words that the prophet Isaiah symbolically prefigured the many and abundant goods that the messianic era was to bring, come spontaneously to mind, if we take a retrospective look past one hundred years since our predecessor of i. m., Pius IX, corresponding to the wishes of the Catholic world, ordered the feast of the Sacred Heart of Jesus in the universal Church. Innumerable are indeed heavenly riches that taxed the Sacred Heart of Jesus cult infused into the souls purifies the full of supernatural consolations and moves to reach all the virtues. Therefore, remembering the words of the Apostle James: Every good gift and every perfect gift is from above, from the Father of lights San 1.17, we have reason to believe in this cult, and so universal and ever more fervent, the inestimable gift the Incarnate Word, our divine Savior and one Mediator of grace and truth between the heavenly Father and the human race has given to the Church, his mystical Spouse, in the course of the past centuries, in which she has had to overcome many difficulties and endure many trials. Thank inestimable gift, the Church can express more fully her love to her divine Founder and faithfully fulfill this exhortation, as the Evangelist John, Jesus uttered the same: In the last great day of the feast, Jesus having put in stood and said aloud: "Whoever is thirsty come to me and drink who believes in me." For, as the Scripture says, "his heart shall flow rivers of living water." And this is the Spirit which they should receive who believed in Him (3) said. Those who heard these words of Jesus, promising that were to flow from her breast rivers of living water, easily related to the prophecies of Isaiah, Ezekiel and Zechariah, where the Messianic Kingdom is -profetizaba, and also with the symbolic stone, which, struck by Moses, was miraculously sprout water "(Cf.Is 12.3; Ez 47.1 to 12; Zech 13.1; Ex 17). Divine charity has its first origin in the Holy Spirit who is the personal love of the Father and of the Son within the august Trinity. Rightly, then, the Apostle of the Gentiles, as echoing the words of Jesus Christ, attributed to the Spirit of Love the outpouring of charity in the souls of believers: The love of God has been poured out in our hearts by the Holy Spirit who has been given to us (5). This narrow link, according to Scripture, between the Holy Spirit, who is Love by essence and divine charity that must go on growing in the soul of the faithful, reveals all admirably, Venerable Brethren the intimate nature of worship that is attributable to the Sacred Heart of Jesus. Indeed, it is evident that this cult, considering its peculiar nature, is the act of religion par excellence, ie a full and absolute will to deliver and consecrate to the love of the Divine Redeemer, whose signal and living symbol is your Heart pierced. And equally clear is, in a deeper sense, this cult demands above all our love corresponds to divine Love. For only by charity is achieved that the hearts of men full undergo perfectly the domain of God, when the affections of our hearts conform to the divine will in such a way that almost a thing with it, are made as written : Whoever adheres to the Lord is one spirit with Him (6) ". Encilica textual HAURIETIS AQUAS Nun 1 and 2.
Pius XII wrote here very beautiful pages in the contemplation of Christ's love manifested in the various mysteries of his past earthly life and heavenly life now: it is revealed to us the love for us the Holy Trinity (17-24) . Affirms the need to give joyful worship, because that Sacred Heart, "to be as intimate participant in the life of the Incarnate Word ... is the legitimate symbol of that infinite love that moved our Savior" to give his blood for us (21 ).
Mensajero Mariano
"Je zult water met vreugde drinken bij de bronnen van Salvador Is12,3. Deze woorden die de profeet Jesaja symbolisch uitgebeeld de vele en overvloedige goederen die de Messiaanse tijd was om te brengen, komen spontaan voor de geest, als we een terugblik afgelopen honderd jaar geleden dat onze voorganger van i. m., Pius IX, die overeenkomt met de wensen van de katholieke wereld, beval het feest van …Más
"Je zult water met vreugde drinken bij de bronnen van Salvador Is12,3. Deze woorden die de profeet Jesaja symbolisch uitgebeeld de vele en overvloedige goederen die de Messiaanse tijd was om te brengen, komen spontaan voor de geest, als we een terugblik afgelopen honderd jaar geleden dat onze voorganger van i. m., Pius IX, die overeenkomt met de wensen van de katholieke wereld, beval het feest van het Heilig Hart van Jezus in de universele Kerk. Ontelbaar zijn inderdaad hemelse rijkdommen die belast het Heilig Hart van Jezus cultus toegediend in de zielen zuivert het vol bovennatuurlijke vertroostingen en verhuist naar alle deugden te bereiken. Daarom is het onthouden van de woorden van de apostel Jakobus: Alle goede gave, en alle volmaakte gifte is van boven, van de Vader der lichten San 1,17, we reden om te geloven in deze cultus, en zo universeel en steeds vuriger, de onschatbare hebben geschenk het mensgeworden Woord, onze goddelijke Verlosser en één Middelaar van genade en waarheid tussen de hemelse Vader en het menselijk ras heeft gegeven aan de Kerk, zijn mystieke Echtgenoot, in de loop van de afgelopen eeuwen, waarin zij heeft moeten veel moeilijkheden te overwinnen en te verduren vele beproevingen. Dank onschatbare geschenk, kan de Kerk meer volledig haar liefde te betuigen aan haar goddelijke Stichter en getrouw te vervullen deze vermaning, zoals de evangelist Johannes, Jezus hetzelfde uitgesproken: In de laatste grote dag van het feest, die Jezus in te zetten stond en zei hardop: ". wie dorst heeft bij mij komen en drinken wie in Mij gelooft" Want, zoals de Schrift zegt, "zijn hart zal stromen van levend water vloeien." En dit is de Geest die zij zouden moeten ontvangen die in Hem geloofden (3) gezegd. Degenen die deze woorden van Jezus gehoord, met de belofte dat zou voortvloeien uit haar borst stromen van levend water, gemakkelijk in verband met de profetieën van Jesaja, Ezechiël en Zacharia, waar het Messiaanse Koninkrijk is -profetizaba, en ook met de symbolische steen, die, getroffen door Mozes was op wonderbaarlijke wijze ontkiemen water "(Cf.Is 12.3; Ez 47,1-12; Zach 13,1; Ex 17). Goddelijke liefdadigheid heeft zijn eerste oorsprong in de Heilige Geest, die de persoonlijke liefde van de Vader en de Zoon in de augustus Trinity. Terecht, vervolgens, de apostel van de heidenen, als echo van de woorden van Jezus Christus, toegeschreven aan de Geest van Liefde de uitstorting van de liefde in de zielen van de gelovigen: De liefde van God is uitgestort in onze harten door de Heilige Geest, die ons gegeven is (5). Deze smalle band, volgens de Schrift, tussen de Heilige Geest, die Liefde is door essentie en goddelijke liefde, die moet gaan groeien in de ziel van de gelovigen, onthult alle pannen van het dak, Eerbiedwaardige Broeders het intieme karakter van aanbidding die is toe te schrijven aan het Heilig Hart van Jezus. Inderdaad, het is duidelijk dat deze cultus, gezien de bijzondere aard, is de handeling van religie bij uitstek, dat wil zeggen een volledige en absolute wil om te leveren en te wijden aan de liefde van de Goddelijke Verlosser, waarvan het signaal en levende symbool is je Hart doorboord. En even duidelijk is, in een diepere betekenis, deze cultus vraagt bovenal onze liefde komt overeen met de goddelijke Liefde. Want alleen door het goede doel wordt bereikt dat de harten van de mensen vol ondergaan perfect het domein van God, als de genegenheid van ons hart te voldoen aan de goddelijke wil op een zodanige wijze dat bijna een ding met het, zijn gemaakt als schriftelijke : Wie houdt zich aan de Heer is één geest met Hem (6) ". Encilica tekstuele Haurietis Aquas in Gaudio Nun 1 en 2.
Pius XII schreef hier zeer mooie pagina's in de beschouwing van de liefde van Christus tot uiting in de verschillende geheimen van zijn verleden aardse leven en hemelse leven nu: het is aan ons geopenbaard de liefde voor ons de Heilige Drievuldigheid (17-24) . Bevestigt de noodzaak om vreugdevolle aanbidding te geven, want dat Heilig Hart, "om zo intiem deelnemer in het leven van het mensgeworden Woord te zijn ... is de legitieme symbool van die oneindige liefde die onze Heiland bewoog" om zijn bloed te geven voor ons (21 ).
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Mensajero Mariano
ORACIÓN AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
Oh Divino Jesús que dijiste: «Pedid y recibiréis; buscad y encontraréis; llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, y el que busca encuentra, y a quien llama se le abre». Mírame postrado a tus plantas suplicándote me concedas una audiencia. Tus palabras me infunden confianza, sobre todo ahora que necesito que me hagas un favor:
Padre Nuestro, Avemaría …
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ORACIÓN AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
Oh Divino Jesús que dijiste: «Pedid y recibiréis; buscad y encontraréis; llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, y el que busca encuentra, y a quien llama se le abre». Mírame postrado a tus plantas suplicándote me concedas una audiencia. Tus palabras me infunden confianza, sobre todo ahora que necesito que me hagas un favor:

Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
¿A quién he de pedir, sino a Ti, cuyo Corazón es un manantial inagotable de todas las gracias y dones? ¿Dónde he de buscar sino en el tesoro de tu corazón, que contiene todas las riquezas de la clemencia y generosidad divinas? ¿A dónde he de llamar sino a la puerta de ese Corazón Sagrado, a través del cual Dios viene a nosotros, y por medio del cual vamos a Dios?
A Ti acudimos, oh Corazón de Jesús, porque en Ti encontramos consuelo, cuando afligidos y perseguidos pedimos protección; cuando abrumados por el peso de nuestra cruz, buscamos ayuda; cuando la angustia, la enfermedad, la pobreza o el fracaso nos impulsan a buscar una fuerza superior a las fuerzas humanas.
Creo firmemente que puedes concederme la gracia que imploro, porque tu Misericordia no tiene límites y confío en que tu Corazón compasivo encontrará en mis miserias, en mis tribulaciones y en mis angustias, un motivo más para oír mi petición.
Quiero que mi corazón esté lleno de la confianza con que oró el centurión romano en favor de su criado; de la confianza con que oraron las hermanas de Lázaro, los leprosos, los ciegos, los paralíticos que se acercaban a Ti porque sabían que tus oídos y tu Corazón estaban siempre abiertos para oír y remediar sus males.
Sin embargo... dejo en tus manos mi petición, sabiendo que Tú sabes las cosas mejor que yo; y que, si no me concedes esta gracia que te pido, sí me darás en cambio otra que mucho necesita mi alma; y me concederás mirar las cosas, mi situación, mis problemas, mi vida entera, desde otro ángulo, con más espíritu de fe.
Cualquiera que sea tu decisión, nunca dejaré de amarte, adorarte y servirte, oh buen Jesús.
Acepta este acto mío de perfecta adoración y sumisión a lo que decrete tu Corazón misericordioso. Amén.

Padre Nuestro, Ave María, Gloria al Padre.
Sacratísimo Corazón de Jesús, en Vos confío. (3 veces).
Mensajero Mariano
La caridad divina tiene su primer origen en el Espíritu Santo, que es el Amor personal del Padre y del Hijo, en el seno de la augusta Trinidad. Con toda razón, pues, el Apóstol de las Gentes, como haciéndose eco de las palabras de Jesucristo, atribuye a este Espíritu de Amor la efusión de la caridad en las almas de los creyentes: La caridad de Dios ha sido derramada en nuestros corazones por el …Más
La caridad divina tiene su primer origen en el Espíritu Santo, que es el Amor personal del Padre y del Hijo, en el seno de la augusta Trinidad. Con toda razón, pues, el Apóstol de las Gentes, como haciéndose eco de las palabras de Jesucristo, atribuye a este Espíritu de Amor la efusión de la caridad en las almas de los creyentes: La caridad de Dios ha sido derramada en nuestros corazones por el Espíritu Santo, que nos ha sido dado(5). Este tan estrecho vínculo que, según la Sagrada Escritura, existe entre el Espíritu Santo, que es Amor por esencia, y la caridad divina que debe encenderse cada vez más en el alma de los fieles, nos revela a todos en modo admirable, venerables hermanos, la íntima naturaleza del culto que se ha de atribuir al Sacratísimo Corazón de Jesucristo. En efecto, manifiesto es que este culto, si consideramos su naturaleza peculiar, es el acto de religión por excelencia, esto es, una plena y absoluta voluntad de entregarnos y consagramos al amor del Divino Redentor, cuya señal y símbolo más viviente es su Corazón traspasado. E igualmente claro es, y en un sentido aún más profundo, que este culto exige ante todo que nuestro amor corresponda al Amor divino. Pues sólo por la caridad se logra que los corazones de los hombres se sometan plena y perfectamente al dominio de Dios, cuando los afectos de nuestro corazón se ajustan a la divina voluntad de tal suerte que se hacen casi una cosa con ella, como está escrito: Quien al Señor se adhiere, un espíritu es con El(6)”. Textual de Encilica HAURIETIS AQUAS Nun 1 y 2. Pío XII escribe aquí páginas muy bellas en la contemplación del amor de Jesucristo, manifestado en los diversos misterios de su vida terrena pasada y de su vida actualmente celestial: en él se nos revela el amor que nos tiene la Santísima Trinidad (17-24). Afirma la gozosa necesidad de darle culto, pues ese Corazón sagrado, «al ser tan íntimo participante de la vida del Verbo Encarnado... es el símbolo legítimo de aquella inmensa caridad que movió a nuestro Salvador» a dar su sangre por nosotros (21). Nosotros hemos de adorar el Corazón de Jesús, porque es «el símbolo natural, el más expresivo, de aquel amor inagotable que nuestro Divino Redentor siente aun hoy hacia el género humano» (24). Queda claro, por todo ello, que necesariamente el culto al Corazón de Cristo «termina en la persona misma del Verbo Encarnado» (28). Pio XII define con toda precisión teológica el sentido exacto del culto al Corazón de Cristo, que «se identifica sustancialmente con el culto al amor divino y humano del Verbo Encarnado, y también con el culto al amor mismo con que el Padre y el Espíritu Santo aman a los hombres pecadores» (25). Por eso mismo, «el culto al Sagrado Corazón se considera, en la práctica, como la más completa profesión de la religión cristiana» (29),y ha de considerarse «la devoción al Sagrado Corazón de Jesús como escuela eficacísima de la caridad divina» (36).

“Símbolo del triple amor de Cristo: Luego, con toda razón, es considerado el corazón del Verbo Encarnado como signo y principal símbolo del triple amor con que el divino Redentor ama continuamente al Eterno Padre y a todos los hombres. Es, ante todo, símbolo del divino amor que en El es común con el Padre y el Espíritu Santo, y que sólo en El, como Verbo Encarnado, se manifiesta por medio del caduco Y frágil velo del cuerpo humano, ya que en El habita toda la plenitud de la Divinidad corporalmente(52). Además, el Corazón de Cristo es símbolo de la ardentísima caridad que, infundida en su alma, constituye la preciosa dote de su voluntad humana y cuyos actos son dirigidos e iluminados por una doble y perfectísima ciencia, la beatífica y la infusa(53). Finalmente, y esto en modo más natural y directo, el Corazón de Jesús es símbolo de su amor sensible, pues el Cuerpo de Jesucristo, plasmado en el seno castísimo de la Virgen María por obra del Espíritu Santo, supera en perfección, y, por ende, en capacidad perceptiva a todos los demás cuerpos humanos(54). Aleccionados, pues, por los Sagrados Textos y por los Símbolos de la fe sobre la perfecta consonancia y armonía que reina en el alma santísima de Jesucristo y sobre cómo El dirigió al fin de la Redención las manifestaciones todas de su triple amor, podemos ya con toda seguridad contemplar y venerar en el Corazón del Divino Redentor la imagen elocuente de su caridad y la prueba de haberse ya cumplido nuestra Redención, y como una mística escala para subir al abrazo de Dios nuestro Salvador(55). Por eso, en las palabras, en los actos, en la enseñanza, en los milagros y especialmente en las obras que más claramente expresan su amor hacia nosotros- como la institución de la divina Eucaristía, su dolorosa pasión y muerte, la benigna donación de su Santísima Madre, la fundación de la Iglesia para provecho nuestro y, finalmente, la misión del Espíritu Santo sobre los Apóstoles y sobre nosotros-, en todas estas obras, decimos Nos, hemos de admirar otras tantas pruebas de su triple amor, y meditar los latidos de su Corazón, con los cuales quiso medir los instantes de su terrenal peregrinación hasta el momento supremo, en el que, como atestiguan los Evangelistas, Jesús, luego de haber clamado de nuevo con gran voz, dijo: «Todo está consumado». E inclinando la cabeza, entregó su espíritu(56). Sólo entonces su Corazón se paró y dejó de latir, y su amor sensible permaneció como en suspenso, hasta que, triunfando de la muerte, se levantó del sepulcro. Después que su Cuerpo, revestido del estado de la gloria sempiterna, se unió nuevamente al alma del Divino Redentor victorioso ya de la muerte, su Corazón sacratísimo no ha dejado nunca ni dejará de palpitar con imperturbable y plácido latido, ni cesará tampoco de demostrar el triple amor con que el Hijo de Dios se une a su Padre eterno y a la humanidad entera, de la que con pleno derecho es Cabeza mística”. Textual de Encilica HAURIETIS AQUAS Números 15 y 16.
Mensajero Mariano
El Papa PIO XII escribe sobre el amor al Corazón de Jesús: “Beberéis aguas con gozo en las fuentes del Salvador Is12,3. Estas palabras con las que el profeta Isaías prefiguraba simbólicamente los múltiples y abundantes bienes que la era mesiánica había de traer consigo, vienen espontáneas a nuestra mente, si damos una mirada retrospectiva a los cien años pasados desde que nuestro predecesor, …Más
El Papa PIO XII escribe sobre el amor al Corazón de Jesús: “Beberéis aguas con gozo en las fuentes del Salvador Is12,3. Estas palabras con las que el profeta Isaías prefiguraba simbólicamente los múltiples y abundantes bienes que la era mesiánica había de traer consigo, vienen espontáneas a nuestra mente, si damos una mirada retrospectiva a los cien años pasados desde que nuestro predecesor, de i. m., Pío IX, correspondiendo a los deseos del orbe católico, mandó celebrar la fiesta del Sacratísimo Corazón de Jesús en la Iglesia universal. Innumerables son, en efecto, las riquezas celestiales que el culto tributado al Sagrado Corazón de Jesús infunde en las almas: las purifica, las llena de consuelos sobrenaturales y las mueve a alcanzar las virtudes todas. Por ello, recordando las palabras del apóstol Santiago: Toda dádiva buena y todo don perfecto de arriba desciende, del Padre de las luces San 1,17, razón tenemos para considerar en este culto, ya tan universal y cada vez más fervoroso, el inapreciable don que el Verbo Encarnado, nuestro Salvador divino y único Mediador de la gracia y de la verdad entre el Padre celestial y el género humano, ha concedido a la Iglesia, su mística Esposa, en el curso de los últimos siglos, en los que ella ha tenido que vencer tantas dificultades y soportar pruebas tantas. Gracias a don tan inestimable, la Iglesia puede manifestar más ampliamente su amor a su divino Fundador y cumplir más fielmente esta exhortación que, según el evangelista San Juan, profirió el mismo Jesucristo: En el último gran día de la fiesta, Jesús habiéndose puesto en pie, dijo en alta voz: «El que tiene sed, venga a mí y beba el que cree en mí». Pues, como dice la Escritura, «de su seno manarán ríos de agua viva». Y esto lo dijo El del Espíritu que habían de recibir los que creyeran en El(3). Los que escuchaban estas palabras de Jesús, con la promesa de que habían de manar de su seno ríos de agua viva, fácilmente las relacionaban con los vaticinios de Isaías, Ezequiel y Zacarías, en los que se -profetizaba el Reino mesiánico, y también con la simbólica piedra, de la que, golpeada por Moisés, milagrosamente hubo de brotar aguacorazones.org/doc/haurietis_aquas.htm( Cf.Is 12,3;Ez 47,1-12;Zac 13,1;Ex 17). La caridad divina tiene su primer origen en el Espíritu Santo, que es el Amor personal del Padre y del Hijo, en el seno de la augusta Trinidad. Con toda razón, pues, el Apóstol de las Gentes, como haciéndose eco de las palabras de Jesucristo, atribuye a este Espíritu de Amor la efusión de la caridad en las almas de los creyentes: La caridad de Dios ha sido derramada en nuestros corazones por el Espíritu Santo, que nos ha sido dado(5). Este tan estrecho vínculo que, según la Sagrada Escritura, existe entre el Espíritu Santo, que es Amor por esencia, y la caridad divina que debe encenderse cada vez más en el alma de los fieles, nos revela a todos en modo admirable, venerables hermanos, la íntima naturaleza del culto que se ha de atribuir al Sacratísimo Corazón de Jesucristo. En efecto, manifiesto es que este culto, si consideramos su naturaleza peculiar, es el acto de religión por excelencia, esto es, una plena y absoluta voluntad de entregarnos y consagramos al amor del Divino Redentor, cuya señal y símbolo más viviente es su Corazón traspasado. E igualmente claro es, y en un sentido aún más profundo, que este culto exige ante todo que nuestro amor corresponda al Amor divino. Pues sólo por la caridad se logra que los corazones de los hombres se sometan plena y perfectamente al dominio de Dios, cuando los afectos de nuestro corazón se ajustan a la divina voluntad de tal suerte que se hacen casi una cosa con ella, como está escrito: Quien al Señor se adhiere, un espíritu es con El(6)”. Textual de Encilica HAURIETIS AQUAS Nun 1 y 2.