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Nuestra Hora - E.S. Marino Restrepo. 12 Que el pecado no reine más en vuestro cuerpo mortal, y que no os obligue a obedecer a vuestras bajas pasiones. 13 No entreguéis vuestros miembros al pecado como …Más
Nuestra Hora - E.S. Marino Restrepo.

12 Que el pecado no reine más en vuestro cuerpo mortal, y que no os obligue a obedecer a vuestras bajas pasiones. 13 No entreguéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de injusticia. Al contrario, entregaos a Dios como muertos que han vuelto a la vida, entregad vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia; 14 pues el pecado no tendrá dominio sobre vosotros, porque no estáis bajo el dominio de la ley, sino bajo la acción de la gracia.
15 Entonces, ¿qué? ¿Vamos a pecar porque no estamos bajo el dominio de la ley, sino bajo la acción de la gracia? Eso, ¡jamás! 16 ¿No sabéis que al entregaros a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis? Si obedecéis al pecado, terminaréis en la muerte; y si obedecéis a Dios, en la justicia. 17 Pero gracias a Dios vosotros, después de haber sido esclavos del pecado, habéis obedecido de todo corazón a la norma de doctrina en la cual habéis sido instruidos; 18 y libres del pecado, os habéis entregado al servicio de la justicia
19 (os estoy hablando en lenguaje sencillo para que podáis entenderme). Porque lo mismo que antes entregasteis vuestro cuerpo al servicio de la inmoralidad y el desorden, para vivir desordenadamente, así ahora entregadlo al servicio de la justicia, para vivir consagrados a Dios. 20 Pues cuando erais esclavos del pecado, os considerabais libres respecto a la justicia. 21 ¿Qué frutos lograbais entonces? Aquellos de los que ahora os avergonzáis, porque su fin es la muerte. 22 Pero ahora, libres del pecado y al servicio de Dios, tenéis como fruto la consagración a Dios y como resultado final la vida eterna. 23 Porque el salario del pecado es la muerte; pero el don de Dios es la vida eterna en Cristo Jesús, Señor nuestro.
Romanos 6, 12-23