06:24
9 Mandamiento - “No codiciarás” - La carne y el espiritu (I). Subido el 03/02/2011 Apologetica Frank Morera Galatas 5,16-26 16 Por mi parte os digo: Si vivís según el Espíritu, no daréis satisfacción …Más
9 Mandamiento - “No codiciarás” - La carne y el espiritu (I).

Subido el 03/02/2011 Apologetica Frank Morera
Galatas 5,16-26
16 Por mi parte os digo: Si vivís según el Espíritu, no daréis satisfacción a las apetencias de la carne.
17 Pues la carne tiene apetencias contrarias al espíritu, y el espíritu contrarias a la carne, como que son entre sí antagónicos, de forma que no hacéis lo que quisierais.
18 Pero, si sois conducidos por el Espíritu, no estáis bajo la ley.
19 Ahora bien, las obras de la carne son conocidas: fornicación, impureza, libertinaje,
20 idolatría, hechicería, odios, discordia, celos, iras, rencillas, divisiones, disensiones,
21 envidias, embriagueces, orgías y cosas semejantes, sobre las cuales os prevengo, como ya os previne, que quienes hacen tales cosas no heredarán el Reino de Dios.
22 En cambio el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad,
23 mansedumbre, dominio de sí; contra tales cosas no hay ley.
24 Pues los que son de Cristo Jesús, han crucificado la carne con sus pasiones y sus apetencias.
25 Si vivimos según el Espíritu, obremos también según el Espíritu.
26 No busquemos la gloria vana provocándonos los unos a los otros y envidiándonos mutuamente.

Romanos 7, 14-25
14 Sabemos, en efecto, que la ley es espiritual, mas yo soy de carne, vendido al poder del pecado.
15 Realmente, mi proceder no lo comprendo; pues no hago lo que quiero, sino que hago lo que aborrezco.
16 Y, si hago lo que no quiero, estoy de acuerdo con la Ley en que es buena;
17 en realidad, ya no soy yo quien obra, sino el pecado que habita en mí.
18 Pues bien sé yo que nada bueno habita en mí, es decir, en mi carne; en efecto, querer el bien lo tengo a mi alcance, mas no el realizarlo,
19 puesto que no hago el bien que quiero, sino que obro el mal que no quiero.
20 Y, si hago lo que no quiero, no soy yo quien lo obra, sino el pecado que habita en mí.
21 Descubro, pues, esta ley: aun queriendo hacer el bien, es el mal el que se me presenta.
22 Pues me complazco en la ley de Dios según el hombre interior,
23 pero advierto otra ley en mis miembros que lucha contra la ley de mi razón y me esclaviza a la ley del pecado que está en mis miembros.
24 ¡Pobre de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo que me lleva a la muerte?
25 ¡Gracias sean dadas a Dios por Jesucristo nuestro Señor! Así pues, soy yo mismo quien con la razón sirve a la ley de Dios, mas con la carne, a la ley del pecado.