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Yugo
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Los Ataques de Satanas para este Siglo. Sanatas Ya decíamos más arriba como una de las tácticas favoritas del demonio, para poder actuar con más libertad y eficacia es el de persuadir a la gente de …Más
Los Ataques de Satanas para este Siglo.

Sanatas
Ya decíamos más arriba como una de las tácticas favoritas del demonio, para poder actuar con más libertad y eficacia es el de persuadir a la gente de que él no existe. De hecho, podemos decir que el gran éxito en nuestros días de Satanás, es el haber sustituido su acción directa, la cual suscitaba miedo, por una acción orgánica y anónima, invisible, la cual avanza en el tejido social sin ruido, sin dejar la firma del príncipe de este mundo, el cual se sirve de agentes humanos, estratégicamente colocados para lograr su presencia y su acción en el mundo. De esta manera busca gobernar sin aparecer. Es de esta manera como está logrando (y de esto somos testigos todos nosotros), la exaltación del hombre y la marginación de Dios; la tentación del Paraíso, tenida como mito, ha venido tomando forma concreta en nuestra sociedad: "Serán como dioses" (Gen 3,5). Esto ha causado un rechazo sistemático de Dios en muchos sectores de la humanidad
Yugo
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PurgatorioCieloeInfiernoÇ.
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hussi
Gracias YUGO, no conozco a la vidente, se ve buena la información, la leeré detenidamente. 🤗
Yugo
EL JUICIO FINAL
VISIÓN PROFÉTICA DE FANNY MOISSEIEVA

En medio de aquel silencio, El descendía del cielo: El - ¿quién?
Era Cristo, nuestra Gloria, del que está lleno todo el universo... ¡Oh, con qué alegría encendió a todas las almas! Subían al cielo invocaciones en varias lenguas, pero único era el pensamiento de todas las mentes y este pensamiento, como un nuevo himno se desprendía de todos …Más
EL JUICIO FINAL

VISIÓN PROFÉTICA DE FANNY MOISSEIEVA


En medio de aquel silencio, El descendía del cielo: El - ¿quién?

Era Cristo, nuestra Gloria, del que está lleno todo el universo... ¡Oh, con qué alegría encendió a todas las almas! Subían al cielo invocaciones en varias lenguas, pero único era el pensamiento de todas las mentes y este pensamiento, como un nuevo himno se desprendía de todos los labios.

Cristo resplandecía, igual a un sol radiante en lo alto del cielo y a él subía el himno, que se perdía después, alegre y victorioso, en lo infinito. Y se elevaban hacia él, alborozados, aquellos que eran dignos: y Cristo fue rodeado por una corona de universal gloria, con ternura miraban los pueblos su rostro y comparaban con él las imágenes terrenas de él, para vivificarlas en la fuente misma de Amor. Era su rostro de una belleza inefable, y la aureola dorada resplandeciente de infinitos rayos. De él emanaba bondad y todo el cielo se embellecía con su santa presencia...
Y las almas de los muertos vinieron a los lugares donde un lejano día fueron sepultados sus cuerpos; y aquellos que no tenían la tumba asumieron el aspecto que tenían en el momento de su muerte (...). Cristo les dio de nuevo la vida, como la Primavera con las caricias del sol da vida a los campos y a los jardines. ¡Qué solemne!, ¡qué espléndido es el Salvador extendiendo los brazos sobre el mundo!
Por voluntad de Dios resurgió toda la gente, como despertada de un largo sueño, por la renacida acción de la chispa vital. Aparecieron miradas de rostros nuevos despertados después de un largo correr de siglos...
Y al volver a mirar a Cristo, las almas de la multitud colmadas de alegría espíritual y copiosamente, descendía, dulce, el llanto.
Montes, colinas y llanuras, todo estaba cubierto de gente, y tanta era la multitud en cada lugar que nadie podía dar un paso. Ante tan alta aparición los callados labios se abrieron y todos los pueblos cantaron alabanzas al Único, Supremo Dios: "¡Gracias al Salvador por la salvación de los hombres! ¡Gracias a El, el Excelso!"
Así el coro terrestre se unía en un canto único de alabanza al coro celeste. Y calló el coro con estas palabras: "¡Hoy Cristo mismo está con nosotros!" De nuevo todo cayó en el silencio; pero a cada uno, en la espera, le latía febril e inquieto el corazón; y Cristo rompió el silencio volviendo a llamar a todos con el sonido de su voz: "¡He venido a vosotros como os había prometido y aunque vosotros no me esperaseis!"
Con dulce aspecto, miraba a las turbas con sus maravillosos ojos, y cuando abrió los brazos aparecieron en sus manos las cicatrices de la cruz. Y su voz, que descendía a las almas, dijo: "os conduzco, hijos míos, en nombre del purísimo Amor al reino inmortal". Se separaron los justos de la tierra y subieron - inmensa falange - cada uno al propio puesto.
Ahogados por el denso llanto quedaron los pecadores; callaron los impúdicos labios de los impíos y blasfemos y todos, con la cabeza baja, doblaron las rodillas delante de Cristo. Eran muchos, inmensa multitud, pero todos inclinaron resignados la cabeza ante la sabia voluntad divina; de los rostros de los malvados cayeron las máscaras poniendo al desnudo sus almas, que reveló la angustia.
Me volví en torno: ¡oh qué grandioso espectáculo!
Yo vi, unos junto a los otros, los muertos y los vivos, inmensa multitud que parecía llenar el universo; allí había gente de todas las naciones, de todo tiempo y de toda edad; faltaban los niños que, después de muertos, son acogidos en especiales lugares destinados a ellos.

En tierra había una multitud de personas, después otra más arriba, escalonadamente, de modo que parecía que los últimos se confundiesen con el cielo azul. Todos juntos formaban un enorme círculo regular y en medio de ellos estaba Cristo en un gran espacio, luciente y luminoso, inundado por su propio luz, de modo que frente a El palidecía hasta el brillante cáliz con los tres rayos que partían de él similares a tres caminos y que se alargaban, apenas visibles, hasta el extremo horizonte. Y yo observé que cuanto más cerca de Cristo estaban las almas, más luminosos eran sus rostros y más alegres ellas mismas.
Y empezó a explicarme mi compañero:
"¡Mira!, todos estos recogidos aquí que forman círculos regulares, están dispuestos según sus méritos o virtudes. Aquí ya no se pide a nadie la confesión de las pasadas culpas, de los vicios o pecados. El Omnipotente y Omnisapiente Espíritu Santo ha señalado ya el puesto a cada uno; por consiguiente, cada uno tiene el puesto que ha merecido en su vida. Cuanto más puro e íntegro haya sido en vida, más cerca de Cristo se sienta. Sabe también que todos aquéllos que han resucitado para el Supremo Juicio han olvidado lo que ha ocurrido después de la muerte y han conservado sólo el recuerdo de la vida eterna. Y están aquí serenos, llenos de inquebrantable fe en la Justicia del Creador, en espera de ser juzgados. Aquí abajo están los pecadores, a los que no se les concede separarse del suelo, y ellos miran con un sordo sentimiento de envidia la felicidad que se manifiesta en los rostros dulces de aquellos que están cerca del Señor".
Miré entonces a ellos y vi cómo lloraban impotentes. Pero era vano aquel llanto. Los infelices, impresionados por la augusta majestad de Cristo Dios, corrían aquí y allá buscando descanso, llenos de angustia, sin atreverse a levantar los ojos para mirar a Cristo, al que no habían querido reconocer en vida.
En aquel instante se oyó la voz del Salvador penetrar en todos los corazones: "Abrid los ojos, ciegos, y recibid toda la visión celeste. Volved a mirar por última vez vuestro aspecto terreno y recordad lo que habéis vivido: todo se grabará eternamente en vuestra memoria. Y mientras todo vuestro cuerpo caduco asumirá formas más imperfectas, os dejaré, sin cambiar vuestros ojos, voces y cabellos".
Una nube ligera ocultó al Señor a los ojos de su pueblo y no fue ya más visto.
Y yo pregunté al compañero cómo era posible que todos, gentes tan diversas, hubiesen comprendido las palabras de Cristo; y él me respondió que lo que dice el Señor está claro para todos, independientemente de la nacionalidad, porque su palabra cada uno la oye en su lengua materna. Y añadió también:
"Dentro del reino celeste, todos olvidarán las lenguas habladas en la tierra y se comunicarán en un lenguaje común a todos".

Cuando Cristo dejó de ser visible para la multitud, cada uno, mirando en torno a sí, empezó enseguida a reconocer a los que conoció en su vida; y un maravilloso y multicolor cuadro ofrecía aquella multitud compuesta de diversos pueblos, procedentes de distintas regiones y que vestían todavía los vestidos y ornamentos llevados en vida.
Había viejos y jóvenes aún en la flor de los años, hombres ricos con vestidos suntuosos y mendigos; los reyes, los emperadores y dirigentes estaban junto a los simples soldados y los cortesanos soberbios junto a los campesinos y la dama de alto linaje junto a las simples pueblerinas; allí estaban monjas y frailes y después, a montones, comerciantes, pordioseros, ministros, servidores y sacerdotes, los sanos y los enfermos, todos cubiertos de llagas, y los jorobados y tullidos, todos estaban aquí; pero uno del otro no se distinguía ya por aquello que tenía en la tierra, sino por sus virtudes. Por voluntad divina, todos habían recuperado el aspecto que tenían en el momento de la muerte.
Y he aquí que disipó la blanca nube y en su lugar las turbas vieron en lo alto majestuosos apóstoles y profetas, de canas venerables. Y hacia ellos de lo alto del cielo descendían dos santos, con los vestidos que tuvieron en la hora de su muerte. Uno de ellos era alto y delgado, con el pecho desnudo cubierto de pelos y le caían por los hombros los cabellos negros, apenas plateados. Fulgurante brillaba la mirada del Gran Profeta bajo las fruncidas cejas y todo su aspecto, majestuoso y viril, impresionaba. Llevaba en la mano un largo bastón que terminaba en forma de cruz y su cuerpo estaba rodeado de pieles de animales. El otro, en cambio, era un santo, en todo el mundo conocido y venerado por sus milagros. Llevaba la vestimenta arzobispal de fiesta y en la cabeza relucía una mitra incrustada de piedras preciosas, y en el pecho una cruz de oro y diamantes.
Y detrás de ellos de nuevo, en un mar de luz, apareció el Rey de Reyes, acogido con gritos de victoria y fue a ponerse entre los santos.
Y el Salvador, volviéndose a su gente, levantó en alto sus manos luminosas en acción de bendecir, y dijo: "Arrojad fuera de vosotros todo lo que habéis tenido en la tierra, que no es otra cosa que polvo y que ahora ya no os sirve. Vestid de ahora en adelante sólo los vestidos que os dio la Madre Naturaleza. Volveos con alegría hacia la vida nueva y terminen para siempre entre vosotros discordias o guerras y sean los pueblos como hermanos. Desde ahora mueran entre vostros el mal y las bajezas y nunca nazca un solo pecado. En adelante seréis felices, serenos y dulces como los ángeles. Ya no os atacarán la muerte, las enfermedades o las separaciones entre vuestros seres amados y estaréis siempre con vuestros iguales, mientras que los que están más arriba en el camino de la perfección los veréis sólo los días de fiesta. Desde ahora no habrá ya más deformes o enfermos, ni el viejo se distinguirá del joven, porque tendréis todos la edad que yo tenía cuando vencí a la muerte: treinta y tres años ( ). Y estas figuras las conservaréis siempre inmutables, porque vosotros sois para mí los herederos del Universo, desde el momento en que amasteis lo que yo amé".
El Redentor levantó en alto los brazos, y una nube densa envolvió a todas las cosas; y cuando se disolvió, la tierra presentaba un aspecto distinto. Aunque nadie había cambiado de sitio, sin embargo el aspecto de los rostros y de los cuerpos se había renovado completamente; los nuevos rostros estaban llenos de vida y en ellos afloraban sonrisas de felicidad. A duras penas conseguían reconocerse a sí mismos los viejos y los enfermos, y junto a ellos había un número incalculable de santos, con el cuerpo rodeado de aureolas luminosas y de muchos colores. Todos tenían vestidos de varios colores, ligeros y amplios, bien distintos de los terrestres, y tejidos con una sustancia dulce y perfumada igual a aquella con que están hechos los pétalos de las rosas. Todos resplandecían con una viva luz y parecían figuras diáfanas; y todos tenían la mirada fija en el Salvador.
Mientras tanto el Señor reunió a los ángeles y les ordenó acompañar a los cielos a los justos, procediéndoles en el vuelo. Y los ángeles subieron volando, seguidos de aquellas almas santas a las que el aire celeste sostenía, sin que fuesen aladas. Así ascendían en amplios círculos.
Los pecadores, en tanto, quedados abajo en la tierra, seguían con ojos ávidos el sublime vuelo que ellos envidiaban.

De pronto resonó por el aire un terrible trueno y se entrevieron en la lejanía las falanges de las fuerzas infernales que se metían entre las nubes de neblina, siniestramente iluminadas de rojo; y al ver la roja nube que se acercaba, los pecadores, invadidos por un miedo espantoso, empezaron a correr sin saber dónde, invocando salvación y tropezando unos con otros. Pero de la parte opuesta se acercaba una enorme serpiente silbando y enmarcando el dorso cubierto de lucientes escamas, levantando sus mil cabezas espantosas. Aquel monstruo representaba a la fuerza de las tinieblas que crea los pecados, que encuentran asilo en el tétrico infierno. Gritando malvadamente, contentos los espíritus malignos empujaban a los pecadores contra sa serpiente y ésta se acercaba a ellos levantando las mil cabezas y traspasando a los míseros con mil punzadas de sus ojos malignos. De las fauces eructaba fuego y humo, esparcía en torno un horrible olor: así se iniciaba el tormento eterno para aquellos que pecaron en la tierra...

En aquel instante descendía de lo alto la inesparada salvación, entre vírgenes hermosas y blancas que le rodeaban cantando armoniosamente:

"Entre nosotros, Santa Virgen amada,
de espiritual belleza, oh Beata,
y de amor, se han reunido,
Gloria a Ti, por siempre alabada".

"Que tan bella y luciente apareces,
Protectora piadosa, y siempre
estás pronta a acoger la plegaria
de un alma doliente que implora".

Su rostro estaba adornada de una belleza espiritual indecible, y aunque nunca lo había visto yo antes, me pareció conocerlo desde hacía tiempo. Y otro coro en tanto continuaba el dulce canto:

"Tú diste la materna caricia
a tu Dulce Nino Jesús
y lloraste con gran tristeza
a la cruz de Cristo".

Su aparición reanimó a los pecadores que fueron presos de un secreto presentimiento alegre, cuando ella se acercó a Cristo y levantando hacia El la mirada llena de esperanza habló con voz suavísima: "Dime, oh Señor, ¿dónde están aquellos para quienes te pedí perdón?"
"¡Están aquí!", respondió Cristo. Los ángeles pronunciaron sus nombres y los pecadores abrieron sus labios hasta entonces mudos, invocaron el nombre de Ella, extendiendo en alto los trémulos brazos, y el Señor dijo: "A vosotros, que elevasteis con fe la oración a mi Madre y con amor os dirigisteis a Ella pidiéndole la gracia de la remisión de los pecados, os perdono". Apenas hubo pronunciado estas palabras, los absueltos ascendieron al cielo. En su mayor parte eran mujeres y éstas hicieron una corona alrededor de la Elegida que, ardiente de gozo su rostro, dobló las rodillas delante del buen Hijo. Después, ascendió de nuevo a lo alto, al Empíreo, seguida del vuelo de todos los perdonados.

Y surgió entonces el Gran Profeta de la Cristiandad que, inclinando la cabeza ante el Redentor, rezó así: "¡Oh Señor! Tú sabes que durante toda la vida yo he condenado inexorablemente el vicio y todo pecado. Pero cuando, al término de mi vida terrestre, vine junto a ti, escuché con atención y benevolencia las plegarias de aquellos que, aun pecando, han honrado en la tierra mi nombre y se han dirigido a mí para pedir clemencia, ya que no se atrevían a presentarse directamente a Ti temiendo Tu alta justicia. Y ahora, en el día del Juicio final, oh mi Señor, te ruego, perdones, por tu inmensa misericordia, a los hombres que te han ofendido con sus pecados". La voz cálida del Profeta temblaba frente a Cristo. Y éste dijo: "Por tu plegaria, sean perdonados los pecadores que, aunque se desviaron de mis mandamientos, sin embargo, conscientes de su pecado, se dirigieron a ti, arrepentidos, para pedir la salvación".

De nuevo se oyeron gritos exultantes y también en pequeñas bandadas los pecadores subieron a los cielos. Y entonces el Gran Santo se acercó a Cristo y de rodillas pidió perdón para aquellos que, sin conocerlo, vivieron justamente amando el bien y huyendo del mal. Y dijo Cristo: "Sí, será como tú pides. A aquéllos que odian el mal y obran el bien, yo no los culparé. Ellos no conocen la pila bautismal, pero estarán lo mismo conmigo, aunque separados de los cristianos. A todos aquellos para los cuales me has pedido la gracia, concedo mi perdón". Después de estas palabras, se levantaron del suelo todos aquellos que, no siendo cristianos, amaron el bien y honraron a la verdad, junto a muchos otros admitidos en el cielo por intercesión del Gran Santo.

Y de nuevo la bóveda celeste se iluminó con la imagen de María Virgen que, ricamente vestida, venía por el aire triste y silenciosa.

"¿Por quiénes vienes ahora a suplicar?" - le preguntó su Hijo, Dios -, y ella respondió: "Vengo otra vez para aquellos por quienes han rezado las madres, vertiendo ríos de dolorosas y sinceras lágrimas; perdona, en nombre del amor materno, a aquellos por quienes rezó este amor". Y una vez más, como una onda sonora, los gritos alegres de los pecadores perdonados llenaron la tierra y una multitud de gente, cambiando la expresión del rostro, del dolor a la alegría, subieron al cielo.
Y en torno a Cristo surgieron en luminoso tropel Santos y Santas, flores de suave y delicada belleza. Y ellos, unos después del otro, intercedieron por los pecadores que en la tierra, rezando, habían recomendado a ellos sus almas. Cada plegaria fue atendida y una nueva y mayor multitud ascendió en bandadas jubilosas al cielo, al reino de la luz y la paz eterna.

Entonces, los primeros secuaces de Cristo, los santos Apóstoles, elevaron a Cristo preces para los pecadores que en vida fueron sus devotos. Y Cristo dijo: "No puedo negar esta gracia a vosotros, mis discípulos dilectos, a vosotros que creisteis en mí los primeros", y volviéndose a los pecadores que, con el ánimo suspenso seguían las preces de sus intercesores, añadió: "Perdono a los que rogaron a mis apóstoles, que enseñaron en la tierra la verdadera religión". A estas palabras, los pecadores absueltos, con alegres gritos, ascendieron leves, junto a los Santos Protectores, hasta las ilimitadas alturas celestes.

Quedó solo, en el fondo azul del cielo, Cristo irradiante de una luz infinita, y de nuevo se acercó a su hijo la Madre Santa y viendo la inmensa multitud de pecadores que aún estaba en la tierra, estuvo callada y lacrimosa, oprimida por la vista de los pecadores que fijaban en ella sus miradas dolorosas y tendían hacia ella sus brazos temblorosos. Y escuchando el conmovedor gemido dijo, entre llantos: "¡Tú, que eres el Omnipotente, perdona a todos! Ellos saben que tu condena es justa, pero el día del Juicio Universal será más bello si se iguala en alegría al día en que resurgiste de los muertos y en el que el perdón llegó hasta el profundo infierno". Y sobre la frente del Salvador se conmovió la leonada cabellera.

Y dijo a la Purísima: "Tú juzgas así con tu alma de fe y de bien. Pero, ¿pueden éstos, eternos rebeldes, estar junto a los justos que he premiado?"

Calló la Virgen, y sólo su triste mirada continuó diciendo: "¡Gracia!", y ella quedó tan triste y callada, suplicando a Cristo. Y el Salvador, cediendo a su venerable Madre, perdonó al mejor entre los pecadores de cada estirpe, y después ascendió, teniendo junto a sí a su Santa Genitora.


Subían como las espirales del incienso suben levemente desde el altar, esparciendo alrededor suavísimo perfume, mientras que detrás de ellos, sobre el fondo de la azul inmensidad irradiaba la luz eterna, esa luz que sólo puede iluminar Cristo y su Divina Madre.

DISCIPULOS DE LOS APOSTOLES DE LOS ULTIMOS TIEMPOS (D.A.U.T.)

Secretaría general en España

AIHS
Francisco Hernández Yágüez
(Apóstol de Jesús y María)
Apartado de Correos 536
45080 TOLEDO ( España)
Teléfonos: 925-21-62-26
929-02-25-46
Fax: 925-21-62-26
Adelita
Las palabras del Papa Benedicto XVI.
2. "Las tendencias de disolución del matrimonio (...) hasta el pseudomatrimonio entre personas del mismo sexo son (...) expresión de una libertad anárquica, que se presenta injustamente como verdadera liberación del ser humano".
www.teinteresa.es/religion/mejores-frases-…
😇Más
Las palabras del Papa Benedicto XVI.

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PalomaGuadalupana
Buen video y muy cierto, lo único que no me gustó son las imágenes del demonio, qué horrible es!
Gracias por el video 🤗Más
Buen video y muy cierto, lo único que no me gustó son las imágenes del demonio, qué horrible es!

Gracias por el video 🤗
Adelita
Gracias a ti Yugo por el video. 🤗
Es fuerte!!! 😲
😡 🙏 👍
Yugo
Gracias ADELITA 🤗 😡 😡 😡 😡 😡
Yugo
de acuerdo hermanas 👍
jardindelalma
"Serán como dioses" (Gen 3,5).
Malas son las tentaciones del demonio.
hussi
¡TRISTÍSIMO Yugo...! Los deseos del enemigo han sido, son y serán frustrados siempre por NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, porque JESÚS siempre tendrá amadores en toda la extensión de la palabra. Oremos hermanos.
SEÑOR AMADO DIOS UNO Y TRINO, te ruego por todas las autoridades eclesiásticas, por todos los religiosos y religiosas, por todos los misioneros, en especial por las vocaciones en nuestros …Más
¡TRISTÍSIMO Yugo...! Los deseos del enemigo han sido, son y serán frustrados siempre por NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, porque JESÚS siempre tendrá amadores en toda la extensión de la palabra. Oremos hermanos.

SEÑOR AMADO DIOS UNO Y TRINO, te ruego por todas las autoridades eclesiásticas, por todos los religiosos y religiosas, por todos los misioneros, en especial por las vocaciones en nuestros hijos, anida en el corazón de nuestros hijos, te lo pido por el Corazón Inmaculado de nuestra Madre María Santísima.
Yugo
EEUU amplia el reconocimiento y los derechos de los matrimonios gais
09 de Febrero de 2014 | 13:40
EEUU amplia el reconocimiento y los derechos de los matrimonios homosexuales
El Departamento de Justicia ampliará el reconocimiento de los matrimonios homosexuales en todas las cortes federales y prisiones el lunes, y se asegurará de que reciben los mismos beneficios que los heterosexuales, como …Más
EEUU amplia el reconocimiento y los derechos de los matrimonios gais

09 de Febrero de 2014 | 13:40

EEUU amplia el reconocimiento y los derechos de los matrimonios homosexuales

El Departamento de Justicia ampliará el reconocimiento de los matrimonios homosexuales en todas las cortes federales y prisiones el lunes, y se asegurará de que reciben los mismos beneficios que los heterosexuales, como visitas en prisión o derecho a no declarar contra su pareja.
La nueva iniciativa fue presentada el sábado por la noche por el secretario de Justicia, Eric Holder, en un discurso pronunciado en una gala en Nueva York de la asociación de defensa de los derechos de los homosexuales Human Rights Campaing y marca un gran avance en los derechos de las parejas homosexuales, tras dos dictamenes favorables de la Corte Suprema emitidos el año pasado.
El lunes se distribuirá una circular detallando los derechos que se reconocerán a las parejas gays casadas, incluso en los estados en los que no está reconocido el matrimonio homosexual, indicó el departamento de Justicia.
"En cada tribunal, en cada procedimiento y en cada lugar donde haya un miembro del departamento de Justicia representando a Estados Unidos, deberán esforzarse para asegurar que los matrimonios del mismo sexo reciben los mismos privilegios, protecciones y derechos que las parejas heterosexuales casadas", indica el texto.
Así, los detenidos en prisiones federales, como las parejas heterosexuales, tendrán derecho a visitar a su cónyuge, mantener correspondencia, asistir a su funeral o beneficiarse de la reducción de penas en caso de enfermedad de un cónyuge.
Transformación profunda
Una pareja homosexual podrían presentar un caso común de bancarrota y beneficiarse de la provisión de beneficios como pensión alimenticia. También se extenderán las compensaciones a las víctimas de los atentados del 11 de septiembre de 2011, así como las indemnizaciones en caso de viudedad para los bomberos y oficiales de policía muertos en servicio.
"Este anuncio histórico va a transformar, para mejor, la vida de numerosas parejas homosexuales. Mientras que el efecto inmediato de esta decisión política es que todas las parejas gays serán tratadas igualmente ante la ley, los efectos a largo plazo son mucho más profundos", indicó Chad Griffin, presidente de Human Rights Campaign, en cuya gala tuvo lugar el discurso de Holder.
"Hoy nuestra nación se encuentra más cerca de los ideales de igualdad y justicia para todos", continuó.
Pero los conservadores criticaron la decisión, sugiriendo que el gobierno del presidente Barack Obama había elegido una interpretación liberal del veredicto de la Corte Suprema.
"La noticia de que el departamento de Justicia extenderá reconocimiento de gran alcance a los 'matrimonios' de las parejas del mismo sexo, incluso en estados que no reconocen estas uniones, es otra muestra más de la ilegalidad de este gobierno", afirmó el presidente del Consejo de Investigación de la Familia, Tony Perkins, en un comunicado.
El memorando político instruirá "formalmente a todos los empleados del departamento (de Justicia) otorgar a todos los matrimonios del mixmo sexo el mismo e igual reconocimiento en el mayor alcance posible bajo la ley", afirmó Holder.
El primer secretario de Justicia afroamericano también destacó la lucha de sus antepasados en la conquista de los derechos civiles. "Todo es tan importante como la lucha contra la discriminación racial era entonces, y sigue siendo hoy, sabed esto: mi compromiso en luchar contra la discriminación basada en la orientación sexual o la identidad de género es igual de profunda", señaló.
El matrimonio homosexual no está reconocido a nivel federal en Estados Unidos, donde las leyes de matrimonio dependen de cada estado. Por el momento es legal en 17 de los 50 estados más la capital Washington.
Fuente: AFP

QUE ASCO!!!!!
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