Un Mensaje del Cielo
Luca mira el cielo; queda siempre más fascinado, los ojos brillan de llanto, el corazón estrechado en una morsa de frío dolor, Luca no entiende; sin embargo, una presencia a su lado agarra más consistencia, una mano invisible lo empuja casi por temor a que pueda desviarse de un camino ya señalado. Estamos casi al final de 2008, los inviernos de Umbría son dulces y particularmente templados, sin embargo aquel pedazo de hielo no puede despegarse de su corazón, la oración la hace mecánica, más que una invocación, se convierte en una especie de canto aprendido de memoria, el alma es árida aunque si la voluntad es fuerte, ¡Luca no ora, recita oraciones!
En la capilla de la iglesia una estatua de la Virgen viste la cándida túnica de la Señora de Fátima; los ojos son azules como el cielo de Luca, el colorido róseo, mientras los labios parecen abiertos como en una oración silenciosa, el aspecto es marmóreo o al menos así lo ven sus ojos, una estatua; una imagen estática e …
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