MAYO CON MARÍA: Día 26: ¡Guapa, guapa y guapa!

Me viene a la cabeza el fervor con que tanta gente en la Semana Santa de Sevilla gritaba al paso de la Macarena: ¡Guapa, guapa y guapa!

Con lo femenina que es nuestra Madre, podemos estar seguros de que le gustarán los piropos que le lancemos.

Madre mía, procuraré decirte algo -aunque solo sea: ¡Guapa!- cada vez que vea una imagen tuya.

¡Ah! y qué buena idea la de aquel que siempre que veía una chica guapa decía a María en su interior: ¡Tú sí que eres guapa!

Ahora puedes seguir hablando a María con tus palabras, comentándole algo de lo que has leído.

Después termina con la oración final.


ORACIÓN FINAL

¡OH SEÑORA MÍA, Oh Madre mía! Yo me ofrezco enteramente a ti; y en prueba de mi amor de hijo te consagro en este día mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón; en una palabra, todo mi ser. Ya que soy todo tuyo, Madre buena, guárdame y defiéndeme como cosa y posesión tuya. Amén
ANNA LU
🤗 👍
Tina 13
😇
Camelia canaria
Pues llamándote pura y sin mancha,
de rodillas los mundos están,
y tu espíritu arroba y ensancha
tanta fe, tanto amor, tanto afán.
Camelia canaria
Con torrentes de luz que te inundan,
los Arcángeles besan Tus pies.
Las estrellas tu frente circundan
y hasta Dios complacido te ve.
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Camelia canaria
Salve, salve, cantaban, María,
quién más pura que Tú solo Dios.
Y en el Cielo una voz repetía,
más que Tú solo Dios, solo Dios.
Camelia canaria
Eres más pura que el sol,
más hermosa que las perlas
que ocultan los mares.
Solo a ti entre tantos mortales,
del pecado de Adán, Dios libró.
jardindelalma
¡Guapa, guapa y guapa, María!
👏 👏 👏 👏 👏
jardindelalma
María, la toda hermosa, la enteramente hermosa. Nada feo había en Ella. Nada. Ni en su alma ni en su cuerpo. Por lo menos a los ojos de Dios. El mismo arcángel Gabriel lo dijo claramente en su anuncio: “has hallado gracia delante de Dios”; es decir, le has encantado a Dios, le has cautivado con la belleza que Él puso en ti. El mismo Diego Cortés lo expresaba así: “Placer inefable / al punto que …Más
María, la toda hermosa, la enteramente hermosa. Nada feo había en Ella. Nada. Ni en su alma ni en su cuerpo. Por lo menos a los ojos de Dios. El mismo arcángel Gabriel lo dijo claramente en su anuncio: “has hallado gracia delante de Dios”; es decir, le has encantado a Dios, le has cautivado con la belleza que Él puso en ti. El mismo Diego Cortés lo expresaba así: “Placer inefable / al punto que vio / tu rostro gracioso / el cielo gozó”. Y no somos quién ninguno de nosotros para contradecir los gustos de Dios en algo tan delicado como el aspecto interior y exterior de su misma Madre...
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jardindelalma
San Antonio, en su Itinerarium, hace la observación, confirmada por muchos, de que las mujeres de Nazaret, altas, morenas, bien proporcionadas, son, aún hoy día, las mujeres más bellas de oriente. Y él lo atribuye a un privilegio alcanzado para ellas por la Virgen María. Nosotros sabemos que fue más bien predestinación del Señor que quiso prepararse como Madre a la más bella de las hijas de …Más
San Antonio, en su Itinerarium, hace la observación, confirmada por muchos, de que las mujeres de Nazaret, altas, morenas, bien proporcionadas, son, aún hoy día, las mujeres más bellas de oriente. Y él lo atribuye a un privilegio alcanzado para ellas por la Virgen María. Nosotros sabemos que fue más bien predestinación del Señor que quiso prepararse como Madre a la más bella de las hijas de Israel.
jardindelalma
María era y es guapa, muy guapa. Y no tiene que darnos pena ni corte decirlo y decírselo a Ella también con frecuencia (aunque le saquemos los colores allá en el cielo...). Y si se sonroja, podemos preguntarle con el poeta Diego Cortés: “¿Por qué va cubriendo / tu frente el rubor, / si más pura eres / y hermosa que el sol?”
Rosa Rosae
María era y es preciosa. Sí, por dentro, pero también por fuera (recalco esto último). Tenía que serlo. Lo demuestro con un simple silogismo. A Dios corresponden todas las perfecciones en grado sumo. Tener buen gusto estético es una perfección. Por lo tanto, Dios es el que tiene buen gusto en grado sumo. Y siendo así ¿cómo no iba a poner en juego esa cualidad a la hora de escoger nada menos …Más
María era y es preciosa. Sí, por dentro, pero también por fuera (recalco esto último). Tenía que serlo. Lo demuestro con un simple silogismo. A Dios corresponden todas las perfecciones en grado sumo. Tener buen gusto estético es una perfección. Por lo tanto, Dios es el que tiene buen gusto en grado sumo. Y siendo así ¿cómo no iba a poner en juego esa cualidad a la hora de escoger nada menos que a su misma Madre? San Bernardo tiene al respecto una expresión muy acertada: “El Creador del hombre, al hacerse hombre, naciendo en la raza humana, debió elegir, o mejor dicho, formar para sí entre todas, una madre tal que fuese digna de Él y de su pleno agrado”.

Casi siempre, al reflexionar sobre la hermosura de María, nos quedamos en la consideración de sus virtudes humanas o espirituales. Y no está mal, desde luego. Pero muy pocas veces ponderamos su belleza física. Si es verdad que Dios, cuando pensó y creó a María, lo hizo adornándola de las más excelsas virtudes en lo humano y en lo espiritual, también lo es que no pudo olvidarse de poner en Ella las más apropiadas cualidades corporales.

María era y es guapa, muy guapa. Y no tiene que darnos pena ni corte decirlo y decírselo a Ella también con frecuencia (aunque le saquemos los colores allá en el cielo...). Y si se sonroja, podemos preguntarle con el poeta Diego Cortés: “¿Por qué va cubriendo / tu frente el rubor, / si más pura eres / y hermosa que el sol?”

San Antonio, en su Itinerarium, hace la observación, confirmada por muchos, de que las mujeres de Nazaret, altas, morenas, bien proporcionadas, son, aún hoy día, las mujeres más bellas de oriente. Y él lo atribuye a un privilegio alcanzado para ellas por la Virgen María. Nosotros sabemos que fue más bien predestinación del Señor que quiso prepararse como Madre a la más bella de las hijas de Israel.

María, la toda hermosa, la enteramente hermosa. Nada feo había en Ella. Nada. Ni en su alma ni en su cuerpo. Por lo menos a los ojos de Dios. El mismo arcángel Gabriel lo dijo claramente en su anuncio: “has hallado gracia delante de Dios”; es decir, le has encantado a Dios, le has cautivado con la belleza que Él puso en ti. El mismo Diego Cortés lo expresaba así: “Placer inefable / al punto que vio / tu rostro gracioso / el cielo gozó”. Y no somos quién ninguno de nosotros para contradecir los gustos de Dios en algo tan delicado como el aspecto interior y exterior de su misma Madre...

Una mujer humilde, pobre, silenciosa, pura, alegre, creyente, trabajadora, hecha al dolor y rebosante de amor. Pequeñas pinceladas pero que ya de por sí dejan entrever, como en bosquejo, una espléndida obra de arte. ¡Qué magnífica mujer! “María inigualable, hermosa si mancha, porque es toda hermosa”, decía San Ambrosio.

La hermosura de María no puede agotarse en un libro, ni en un cuadro, ni en una escultura por geniales que sean sus autores. Es un dechado de belleza que excede la pluma más cultivada, el pincel más delicado o el más diestro cincel. No es obra humana (aunque Ella tuvo su buena parte en el cultivo de algunas de sus virtudes), sino en mucho directamente divina. En palabras de San Luis M. Grignion de Montfort: “María es el paraíso de Dios, su mundo inefable... Dios ha creado un mundo para sí mismo y lo ha llamado María”.

Sólo Dios pudo llenar un alma de gracia con la plenitud con la que llenó a María. Sólo Él pudo preservarla inmaculada desde su concepción. Y lo hizo sólo con Ella. Predilección sin parangón de parte de Dios para con Ella. Hermosura sin par la de María. Ella es, con expresiones de Pablo VI, “el espejo nítido y sagrado de la infinita Belleza, la semblanza divina en rostro humano, la Belleza invisible en figura corpórea”.

Podemos presumir, y con toda razón, de la Madre que tenemos en el cielo. No es para menos. Hemos de sentirnos orgullos de ser hijos de una madre tal. No deberíamos cansarnos de contemplarla y admirarla; su belleza es inagotable. No deberíamos cesar de cantar sus glorias y cubrirla de piropos. Hemos de proclamarla siempre dichosa, alegrándonos con Ella por las maravillas que Dios obró en su favor.

Con una Madre así, no es poca nuestra responsabilidad de ser sus buenos hijos. Es todo un reto el parecernos a Ella imitando las virtudes que ornamentaron su vida. Sería estupendo que se pudiera decir de cada uno de nosotros: este ha salido a su madre... Porque es humilde, sencillo, pobre, sacrificado, discreto, puro, alegre, creyente y rebosante de amor hecho obras como lo fue Ella.
Por: P. Marcelino de Andrés | Fuente: El Paraíso de Nazaret
Rosa Rosae
De Vos se ha dicho ¡Oh María! que sois la que se eleva bella como la luna y escogida como el sol. ¡Oh María! Vos habéis venido al mundo como una aurora resplandeciente, y el resplandor de vuestra Santidad ha precedido al Sol de Justicia; el día de vuestra aparición en el mundo ha sido el día de la gracia y de la salud. Sois bella como la aurora, y así como ningún planeta se asemeja tanto al …Más
De Vos se ha dicho ¡Oh María! que sois la que se eleva bella como la luna y escogida como el sol. ¡Oh María! Vos habéis venido al mundo como una aurora resplandeciente, y el resplandor de vuestra Santidad ha precedido al Sol de Justicia; el día de vuestra aparición en el mundo ha sido el día de la gracia y de la salud. Sois bella como la aurora, y así como ningún planeta se asemeja tanto al sol como la luna, ninguna criatura se parece a Dios tanto como Vos. La luna disipa las tinieblas de la noche con la luz que recibe del sol, y Vos, ¡oh María! disipáis nuestras tinieblas con el resplandor de vuestras virtudes. Pero Vos sois aún más bella que la luna; porque en Vos no se halla mancha ni sombra: sois escogida como el sol, es decir, como el Sol Divino que ha creado al sol: Él ha sido escogido entre todos los hombres y Vos, oh dulcísima María, lo habéis sido entre todas las mujeres. Vuestro dulce nombre no se puede pronunciar sin sentirse inflamado de amor hacia Vos, y los que os aman no pueden pensar en Vos sin que su amor se aumente cada vez. Dignaos, ¡oh María! concederme la gracia de que yo experimente estos sentimientos, que son mis aspiraciones en la tierra, para después amaros eternamente en el cielo. Amén. (San Bernardo)
santa clara
🙏 🙏 🙏
santa clara
¡Llena eres de gracia!
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santa clara
Toda hermosa eres, Virgen María.
santa clara
Toma, Virgen pura,
nuestros corazones.
No nos abandones, jamás, jamás.
Rosa Rosae
¡Oh, Virgen purísima y sin tacha! ¡Oh María, Madre de Dios, Reina del universo, vuestro poder excede al de todos los Santos, sois la esperanza de los elegidos y la alegría de los bienaventurados. Vos nos habéis reconciliado con Dios, Vos sois la única Abogada de los pecadores y el puerto seguro de los náufragos. Vos sois el consuelo del mundo, la libertad de los cautivos, la salud de los enfermos …Más
¡Oh, Virgen purísima y sin tacha! ¡Oh María, Madre de Dios, Reina del universo, vuestro poder excede al de todos los Santos, sois la esperanza de los elegidos y la alegría de los bienaventurados. Vos nos habéis reconciliado con Dios, Vos sois la única Abogada de los pecadores y el puerto seguro de los náufragos. Vos sois el consuelo del mundo, la libertad de los cautivos, la salud de los enfermos, la alegría de los afligidos y la salvación de todos. A Vos, ¡oh María! recurrimos. De Vos lo esperamos todo y os suplicamos que tengáis piedad de nosotros. Amén. (San Efrén)
Rosa Rosae
¡Oh clementísima Reina! Dignaos socorrernos sin mirar la multitud de nuestros pecados. ¡Acordaos que nuestro Creador se ha hecho carne en vuestro seno, no para condenar a los pecadores sino para salvarlos! ¡Si vos hubierais sido hecha Madre de Dios solo en vuestro beneficio, podría decirse que nuestra salvación os era indiferente; pero Dios se ha hecho hombre por vuestra salvación y la de todo …Más
¡Oh clementísima Reina! Dignaos socorrernos sin mirar la multitud de nuestros pecados. ¡Acordaos que nuestro Creador se ha hecho carne en vuestro seno, no para condenar a los pecadores sino para salvarlos! ¡Si vos hubierais sido hecha Madre de Dios solo en vuestro beneficio, podría decirse que nuestra salvación os era indiferente; pero Dios se ha hecho hombre por vuestra salvación y la de todo el género humano! ¡De qué nos serviría vuestro poder y vuestra gloria si no nos hicierais partícipes de vuestra bienaventuranza! ¡Ah¡ dignaos ayudarnos y protegernos: a Vos nos encomendamos; haced que eternamente amemos y sirvamos a vuestro Hijo Jesucristo. Amén. (San Anselmo)
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Rosa Rosae
¡Madre de Gracia y de Misericordia! Yo os escojo por Madre de mi alma en honor y memoria del placer que el mismo Dios tuvo al elegiros por Madre suya. Reina de los ángeles y de los hombres, yo os reconozco por mi Soberana en consideración de la dependencia en que Jesús, mi Salvador y mi Dios, quiso vivir respecto de Vos, como su Madre, y en calidad de tal Soberana os doy sobre mi alma todo el …Más
¡Madre de Gracia y de Misericordia! Yo os escojo por Madre de mi alma en honor y memoria del placer que el mismo Dios tuvo al elegiros por Madre suya. Reina de los ángeles y de los hombres, yo os reconozco por mi Soberana en consideración de la dependencia en que Jesús, mi Salvador y mi Dios, quiso vivir respecto de Vos, como su Madre, y en calidad de tal Soberana os doy sobre mi alma todo el poder que está en mi mano daros. ¡Oh Virgen Santísima, dignaos mirarme como cosa vuestra y tratadme por vuestra bondad como al objeto de vuestras misericordias! Amén. (Del cardenal Berilio)
Rosa Rosae
¡Virgen bondadosa! ¡Madre misericordiosa! Yo os recomiendo mi cuerpo y mi alma, mis pensamientos y mis acciones, mi vida y mi muerte. Ayudadme ¡oh Reina mía! y libradme de todas las asechanzas del demonio. Concededme la gracia de amar a mi Señor Jesucristo Vuestro Hijo, con un amor verdadero y perfecto y la de amaros después de Él, ¡oh María! sobre todas las cosas. Amén. (Santo Tomás de Aquino)