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‘Si llego a ser santa, encenderé la luz de quienes estén en la oscuridad sobre la tierra’

3 septiembre, 2016

Estas fueron las palabras de la Beata Teresa de Calcuta durante una entrevista con el padre Kolodiejchuk, postulador de la causa de su canonización.

La lógica de la fe que abrazó Madre Teresa de Calcuta tenía dos puntales. Uno, la certeza de saberse amada por Dios, pues Dios ama a cada ser humano.

Dos, la experiencia cierta de pertenecer a Cristo. Así, el amor al prójimo desde el olvido de sí misma es en ella la expresión inevitable de los votos de castidad, pobreza y obediencia que dan frutos de santidad y son hoy puente de la Gracia… mediadora a la que todos pueden recurrir.

En las próximas líneas presentamos una emotiva, grata y reciente entrevista efectuada por revista Tempi de Italia al padre Brian Kolodiejchuk postulador de la causa de canonización de Madre Teresa, cuya santidad la Iglesia refrendará -para gloria de Dios- el próximo 4 de septiembre.

Padre Brian, usted ha dicho y escrito que la Madre Teresa sería la santa de quienes tienen más necesidad de la misericordia de Dios. ¿Qué ha querido decir con esto?

En una carta publicada en el libro Se mi luz, madre Teresa escribe: «Si llego a ser santa, voy a ser una santa de la “oscuridad”. Siempre estaré ausente del cielo, para encender la luz de quienes estén en la oscuridad sobre la tierra». Esta es la misión de la misericordia que quiere llevar a cabo desde el Paraíso. Al mismo tiempo, la obra de sus hermanas es esencialmente una obra de misericordia. El último libro que ha sido parte de la documentación oficial de la causa de canonización –El milagro de las pequeñas cosas, traducido al italiano por sus hermanas-, los catorce capítulos se centran en las siete obras de misericordia corporales que Madre Teresa y sus hermanas han concretado. Es un suceso providencial, para proponer a la Madre como un modelo de la misericordia en este año jubilar.

¿Qué es lo que más hizo sufrir a Madre Teresa en su vida?

Ver el permanente sufrimiento de los pobres. En sus últimos años repetía a menudo: «¿Quién cuidará de los pobres?» Y no se refería a esos que atendían las Misioneras de la Caridad, sino a todos los pobres del mundo. Le daba alivio el hecho de que el mundo –gracias a sus esfuerzos- se ha vuelto más consciente de lo que padecen los pobres. Durante su vida aceptó recibir más de 200 premios en nombre de los pobres -además del Nobel-, pues así el mundo tomaba conciencia de ellos.

¿Qué decía Madre Teresa de las críticas que le hicieron personas como Christopher Hitchens, quien la acusó de hacer el bien sin abordar las causas de la pobreza?

Algunos hechos que Hitchens informa en su libro no eran exactos; como cuando acusó a la Madre Teresa de rendir homenaje a la tumba del dictador Enver Hoxha en Tirana. Ella fue llevada allí por las autoridades, pues lo hacían con todas las visitas internacionales; pero su interés era poder rezar en la tumba de sus padres, en Albania. Ha sido criticada por limitarse a crear un hogar para moribundos en Calcuta, cuando podía financiar una clínica de primera clase para ellos. Pero aquella casa fue creada para los moribundos –los abandonados por la gente y sin esperanza de recuperación- …que pudieran morir con dignidad. Todo el mundo conoce la historia del hombre que dijo: «He vivido toda mi vida como un animal, pero ahora muero como un ángel»… Entonces tenía que ser ese un lugar donde ocurría un encuentro personal, profundo, entre quienes ayudaban al moribundo y el que moría.

Durante el proceso de beatificación invité a Hitchens para que diera su testimonio; él reconoció que su aversión por la Madre Teresa nació cuando -durante la segunda parte de su visita a las obras de las Misioneras de la Caridad en Calcuta-, se conoció el discurso sobre el tema del aborto… donde ella afirmaba que la solución para las mujeres que querían un aborto era entregar los bebés, que le dieran a sus hijos en adopción. Con respecto a las críticas de que no estaba preocupada por las causas de la pobreza, la Madre siempre ha respondido -apoyándose en la doctrina social de la Iglesia- que su misión era cuidar de las necesidades de los que sufren aquí y ahora, para otros fue dado el cuidar de la eliminación de las causas.

¿Cuáles han sido el santo y la santa favoritos de la Madre Teresa?

La santa es Teresita de Lisieux, que fue canonizada y luego proclamada co-patrona de las misiones, junto con San Francisco Javier, durante los mismos años de formación y los primeros votos de la Madre Teresa. La impactaba mucho el “camino de la infancia espiritual” de Teresita, que consiste en el abandono confiado a los brazos de Jesús; pues Él actúa en nosotros cuando ya nada podemos hacer. Teresa traducido del inglés significa “confianza y abandono” con “confianza y entrega”. Entre los santos amaba mucho a San Francisco… era la única imagen dentro de su libro de oraciones. Y San Ignacio de Loyola, que inspiró la primera orden religiosa a la que se consagró, las Hermanas de Loreto.

¿Cuál fue su oración favorita?

El Acordaos, la oración de intercesión a la Virgen atribuida a San Bernardo de Claraval. Había hecho una novena, que llamó la “Novena Express“; se repetía nueve veces luego de la oración diaria, durante nueve días…

¿Tenía prácticas ascéticas especiales?

Sólo ayunar el almuerzo del primer viernes de cada mes… No le atraían las prácticas ascéticas extraordinarias, aunque para una vida ascética aplicaba su lema general: “Haz las cosas ordinarias con un amor extraordinario”.

Se ha comentado mucho sobre la “noche del alma” que descendió sobre la Madre Teresa en algún momento. ¿Cómo transitó y cómo salió de aquello?

No es un salir de la oscuridad para el resto de la vida. Por lo general, en la vida de los místicos, la noche del alma es un paso hacia la unión mística con Cristo. En la Madre Teresa fue diferente. Ella afirma haber experimentado la dulzura de la unión de su alma con Cristo entre el 10 de septiembre de 1946, el día que se manifiesta en ella la inspiración para lo que será su trabajo, hasta mediados de 1947, cuando comienza a visitar los barrios pobres de Calcuta. En ese momento la dulzura se desvanece y nunca regresa. Esta segunda experiencia de la oscuridad, después de haberse producido la unión mística con Cristo, la definiría como una oscuridad apostólica, misionera. Ella entiende que la mayor pobreza del hombre no es material, sino el no sentirse amada, sentirse abandonada, sola; y eso es lo que ella experimenta en la relación con Cristo. Tiene la sensación de que Jesús no la ama y que ella no logra amar a Jesús como Él quisiera. Dice: «El estado de mi alma es como la de los pobres que viven en las calles».

Paradójicamente, por esta aridez en la relación con Cristo se ha unido más a Él y a los pobres… Ha compartido con Él la experiencia de la soledad del Huerto de Getsemaní y el abandono de Dios en la cruz, cuando Jesús dice: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado». Y con los pobres, porque se ha vuelto como ellos no sólo en el estilo de vida pobre, sino en el compartir su sensación de abandono, de la soledad, de la falta de amor.

¿Así es que para su alma la noche del sufrimiento fue un regalo?

El sufrimiento nunca es un regalo para ella. Sólo si se acepta y se ofrece por amor. La Madre Teresa no glorificaba el sufrimiento. Creía que el amor es también llevar alivio a quienes sufren; lo hizo toda la vida y lo hacen sus hermanas. Pero también creía, como una buena católica, que podemos estar unidos a Cristo aceptando y ofreciéndole a Él nuestros sufrimientos, y que esta aceptación produce frutos para los demás.

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