"Yo soy la luz del mundo: el que me sigue no anda en tinieblas"

Crisóstomo, ut supra:

En sentido espiritual, dijo: "No anda en tinieblas", esto es, no permanece en el error. Por eso alaba a Nicodemo y a los sirvientes y les enseña a vencer los engaños (o a prevenir los fraudes) que hay en el error, pero que no eclipsarán a la luz.
San Agustín ut supra.
Estas palabras deben entenderse de este modo: "Yo no le juzgo ahora", teniendo presente que en otro lugar dijo ( Jn 5,22): "El Padre ha dado todo juicio al Hijo". Y en las palabras siguientes demuestra por qué ahora no juzga: "Porque no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo", es decir, para hacerlo salvar. Ahora es tiempo de misericordia; más tarde lo será de juicio.
Crisóstomo ut supra.
Después, para que con estas palabras no se hiciesen perezosos y negligentes, habla en seguida de su terrible juicio: "El que me desprecia y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue".
San Agustín In Ioannem tract., 54.
No dijo, yo no lo juzgaré en el último día, porque esto hubiera sido contrario a aquellas palabras ( Jn 5,22): "El Padre ha dado todo juicio al Hijo". Porque después de haber pronunciado las palabras "el que me desprecia tiene quien le juzgue", como ellos esperasen saber quién fuese, añade: "La palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero", donde se manifiesta bien claramente que El mismo era el que los había de juzgar en el día postrero. Como quiera que habló de sí mismo y se manifestó a sí mismo, así de una manera serán juzgados los que oyeron, y de otra los que oyeron y despreciaron.
San Agustín De Trin.1, 12
He ahí por qué juzga la palabra que habló el Hijo; porque el Hijo no habló de sí mismo. O así: Yo no juzgaré conforme a la potestad humana, porque soy Hijo del hombre, sino que juzgaré según la potestad del Verbo de Dios, porque soy Hijo de Dios.
Crisóstomo In Ioannem hom., 68.
O de otra manera: "Yo no lo juzgo", esto es, no soy la causa de su perdición, sino él mismo, que desprecia mis palabras; porque las palabras que acabo de pronunciar, estarán en frente de él como acusadoras para quitarle toda excusa. Y esto significa lo que añade: "La palabra que yo he hablado será su juez". ¡Y qué palabra! Porque yo no he hablado por mí mismo, sino el Padre que me envió me encomendó lo que había de decir y hablar. Todas estas cosas, pues, se dijeron contra ellos para que no tuviesen ninguna excusa.

Catena Aurea- Santo Tomas de Aquino
adeste fideles
Sea Bendito el Nombre del Señor
San Atanasio ora pro nobis
Sangre de Cristo cúbrenos.
Knights4Christ
"Yo, la luz, he venido al mundo para que todo el que crea en mí no siga en las tinieblas."