Si, estoy de acuerdo
adeste fideles , pero es una batalla entre prelados, nosotros como laicos solo podemos enfadarnos, opinar, indignarnos, alzar la voz. No digo que esto no sea importante, claro que lo es, que vean los que mandan que son cada vez mas las ovejas que no reconocen a su pastor. Pero nosotros no tenemos poder para expulsar a esos obispos, que en un principio los obispos y papas anteriores a Bergoglio y del Concilio ll, permitieron que fueran ocupando posición, ahi está el daño; se ha permitido que en Roma obispos falsos tomen posicion... y como tales cardenales tienen el beneficio de poder votar a un Papa en un cónclave, pero esto viene desde pablo Vl aproximadamente, no es de ahora, lo que ocurre que con bergoglio han entrado todavia cardenales mucho peores, nos ha llegado un falso Papa impulsado o impuesto de modo ilícito en quinta votación por un gran numero de tambien falsos cardenales que se infiltraron gradualmente a lo largo del Concilio delante de las narices de Pablo Vl, Juan Pablo ll, Benedicto XVl, en fin todos los papas anteriores pero dentro del dichoso Concilio. Pero lo que básicamente queria decir antes; es que nosotros como laicos podemos gritar en contra de la falsa Iglesia, pero tenemos que ver con que fin... ¿que queremos cuando protestamos cambiar todo lo que se cuece en el vaticano y restaurar la Iglesia desde dentro? Porque si es así, eso no se puede hacer aqui, aqui solo podemos llorar, indignarnos, pero nada cambiaremos... Hay dos opciones; asaltar el vaticano por encima de la guardia suiza, e implantar a un Papa en condiciones que haga las cosas como se tienen que hacer, lo cual sería un golpe de estado vaticano jaja, o bien no hacerlo y agruparnos en numero cada vez mayor en donde dejamos claro que la verdadera Iglesia católica de Cristo ya no tiene sede en la Ciudad del Vaticano y unirnos al sedevacantismo de Roma que ya no lo considerariamos Iglesia de Cristo sino al otro ala tradicional donde seguria habiendo Papa pero esta vez ya no romano y con sus cardenales. Lo que trato de decirle es que si lo que pretendemos es restaurar la Iglesia pero como siempre estuvo en Roma, eso nosotros no podemos hacerlo. Lo cual no quiere decir que esta restauración no se dé, pero no por lo que hagamos nosotros sino porque con la guía del Espiritu Santo tendriamos a un sucesor de Bergoglio que esta vez si sería correcto. Pero lamentablemente veo que como está el panorama, la cosa no iría por ahí, aunque la esperanza es lo ultimo que se pierde.