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Reflexión del martes 22 de agosto: 3 peligros que pueden surgir de los bienes materiales. P. Gustavo Jamut omv. MISERICORDIA EN ACCIÓN. www.sanroquercc.org.ar www.mensajerodelapaz.org.ar www.peregrin…Más
Reflexión del martes 22 de agosto: 3 peligros que pueden surgir de los bienes materiales. P. Gustavo Jamut omv.

MISERICORDIA EN ACCIÓN.
www.sanroquercc.org.ar
www.mensajerodelapaz.org.ar
www.peregrinosenlafe.com.ar
Angelo Lopez
Mateo 19,23-30: Dificultad del apego a las riquezas para entrar en el reino de los cielos. Comenta San Agustín:
«Los premios celestiales no se prometen solamente a los mártires, sino también a quienes siguen a Cristo con fe íntegra y perfecto amor. Estos serán honrados entre los mártires. Así lo promete la Verdad cuando dice: ‘‘todo el que deja casa o campos, o padres, o hermanos...’’ (Mt …
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Mateo 19,23-30: Dificultad del apego a las riquezas para entrar en el reino de los cielos. Comenta San Agustín:

«Los premios celestiales no se prometen solamente a los mártires, sino también a quienes siguen a Cristo con fe íntegra y perfecto amor. Estos serán honrados entre los mártires. Así lo promete la Verdad cuando dice: ‘‘todo el que deja casa o campos, o padres, o hermanos...’’ (Mt 19,29). ¿Qué puede hacer el hombre más glorioso que vender sus bienes y comprar a Cristo, ofrecerle a Dios un obsequio grato en extremo: la fuerza incontaminada de un alma y la alabanza íntegra de la devoción; acompañar a Cristo cuando venga a tomar venganza de sus enemigos, sentarse a su lado cuando ocupe su trono para juzgar; ser coherederos con Cristo, igual a los ángeles y gozarse de la posesión del reino celeste con los patriarcas, los apóstoles y los profetas? ¿Qué persecución puede vencer, qué tormentos pueden superar esos pensamientos?
«Un alma resistente, fuerte, estable y fundamentada en consideraciones religiosas se mantiene firme contra todos los terrores del diablo y contra las amenazas del mundo. La fe en los bienes futuros, cierta y bien cimentada, le da fuerza. La persecución cierra sus ojos, pero se abre al cielo» (Sermón 303,2).
Y San Jerónimo:

«Así pues, los que por la fe en Cristo y la predicación del Evangelio hubieran despreciado todo otro afecto y las riquezas y placeres del mundo, recibirán el céntuplo y poseerán la vida eterna. Con ocasión de esta frase algunos introducen un período de mil años después de la resurrección [error del milenarismo o quiliasmo]. Entonces, dicen, nos será devuelto el céntuplo de todas las cosas que hemos dejado y la vida eterna.

«Ellos no comprenden que si respecto a las otras cosas la promesa es decente, en lo que se refiere a las esposas aparece claramente su deshonestidad, porque el que hubiera dejado una por el Señor, recibirían cien en la vida futura. El sentido, entonces, es éste: “El que ha dejado por el Salvador los bienes carnales, recibirá los espirituales”; comparando el valor de unos y otros es como si un número pequeño se compara a cien. Por eso dice también el Apóstol que había dejado solamente una casa y un pequeño campo en una provincia: “Como quien no tiene nada aunque lo poseemos todo” (2 Cor 6,10)» (Comentario al Evangelio de Mateo 19,29).
Angelo Lopez
Mateo 19,23-30: Dificultad del apego a las riquezas para entrar en el reino de los cielos. Comenta San Agustín:
«Los premios celestiales no se prometen solamente a los mártires, sino también a quienes siguen a Cristo con fe íntegra y perfecto amor. Estos serán honrados entre los mártires. Así lo promete la Verdad cuando dice: ‘‘todo el que deja casa o campos, o padres, o hermanos...’’ (Mt …
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Mateo 19,23-30: Dificultad del apego a las riquezas para entrar en el reino de los cielos. Comenta San Agustín:

«Los premios celestiales no se prometen solamente a los mártires, sino también a quienes siguen a Cristo con fe íntegra y perfecto amor. Estos serán honrados entre los mártires. Así lo promete la Verdad cuando dice: ‘‘todo el que deja casa o campos, o padres, o hermanos...’’ (Mt 19,29). ¿Qué puede hacer el hombre más glorioso que vender sus bienes y comprar a Cristo, ofrecerle a Dios un obsequio grato en extremo: la fuerza incontaminada de un alma y la alabanza íntegra de la devoción; acompañar a Cristo cuando venga a tomar venganza de sus enemigos, sentarse a su lado cuando ocupe su trono para juzgar; ser coherederos con Cristo, igual a los ángeles y gozarse de la posesión del reino celeste con los patriarcas, los apóstoles y los profetas? ¿Qué persecución puede vencer, qué tormentos pueden superar esos pensamientos?
«Un alma resistente, fuerte, estable y fundamentada en consideraciones religiosas se mantiene firme contra todos los terrores del diablo y contra las amenazas del mundo. La fe en los bienes futuros, cierta y bien cimentada, le da fuerza. La persecución cierra sus ojos, pero se abre al cielo» (Sermón 303,2).

Y San Jerónimo:
«Así pues, los que por la fe en Cristo y la predicación del Evangelio hubieran despreciado todo otro afecto y las riquezas y placeres del mundo, recibirán el céntuplo y poseerán la vida eterna. Con ocasión de esta frase algunos introducen un período de mil años después de la resurrección [error del milenarismo o quiliasmo]. Entonces, dicen, nos será devuelto el céntuplo de todas las cosas que hemos dejado y la vida eterna.
«Ellos no comprenden que si respecto a las otras cosas la promesa es decente, en lo que se refiere a las esposas aparece claramente su deshonestidad, porque el que hubiera dejado una por el Señor, recibirían cien en la vida futura. El sentido, entonces, es éste: “El que ha dejado por el Salvador los bienes carnales, recibirá los espirituales”; comparando el valor de unos y otros es como si un número pequeño se compara a cien. Por eso dice también el Apóstol que había dejado solamente una casa y un pequeño campo en una provincia: “Como quien no tiene nada aunque lo poseemos todo” (2 Cor 6,10)» (Comentario al Evangelio de Mateo 19,29).