Nadie diría que el Sínodo de los sínodos anunciado a bombo y platillo, -y que ya un cardenal maltés ha asegurado que de él saldrá una iglesia diferente-, es un evento de la Iglesia Católica. Y, en realidad, no lo es, sino que pertenece a la iglesia bergogliana.
La Cruz de Cristo brilla por su ausencia en toda su propaganda woke porque la herejía y la Cruz son incompatibles.