2.- Desinterés
"El segundo dato necesario para escuchar el grito es el desinterés. En el pasaje evangélico estaba el pastor que busca a la oveja, preocupado de que nadie se pierda. Tenemos intereses personales. Nosotros esta noche, preguntémonos, ¿cuál es mi interés personal en mi actividad eclesial?", cuestionó Francisco.
El Santo Padre resaltó que "el desinterés por uno mismo es la condición necesaria para estar lleno de interés por los otros. (Es necesario combatir) el pecado del espejo. Nosotros los sacerdotes, religiosos, laicos con vocación caemos mucho en el pecado del espejo, se llama narcisismo y autorreferencialidad que nos sofocan. El Señor no tenía el espejo, tenía la conciencia de la oración con el Padre. Con eso fue adelante".
"Nosotros, en cambio, nos hemos quedado obsesionados por las pocas ovejas que se quedaron en el recinto y nos hemos convertido en estilistas de ovejas exquisitas. Y se pasan todo el tiempo ahí con ellas. ¿Son muchas? No, 10". "Ya no tenemos el coraje de encontrarnos con los otros", lamentó.