El Papa Francisco afirmó que el amor de Dios es una fuerza sin precedentes que perdurará a lo largo de toda la historia y cuya plenitud es Jesús.
Así lo dijo el Santo Padre en la homilía de las Vísperas por la Solemnidad de María Madre de Dios, que presidió este lunes 31 de diciembre en la Basílica de San Pedro, que concluyó con la Adoración del Santísimo Sacramento.
Francisco centró su reflexión en dos expresiones de la Carta de San Pablo a los Gálatas cuando recuerda que en la "plenitud de los tiempos", el Hijo de Dios se hizo hombre en Navidad para "rescatar" a todos.