Los leones no están nunca lejos

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Hoy celebramos los primeros mártires cristianos, un doble recordatorio para nuestros días: que nuestra fe se extendió originalmente en medio de la persecución y el acoso, y que esa es una condición ‘normal’ para los cristianos.

Los seres humanos estamos hechos de tal forma que tendemos a tomar las condiciones en las que nacemos y crecemos como la “normalidad”, y nos cuesta lo indecible imaginar cambios realmente bruscos. Es lo que se conoce como ‘sesgo de normalidad’.

Para el cristiano occidental, eso significa mirar las estampas de los cristianos arrojados a los leones en tiempos de Diocleciano o leer sobre sus atroces martirios como algo infinitamente lejano. En realidad, no tendría que irse tan lejos: ser cristiano es hoy vivir en un riesgo cierto y continuo de martirio, acoso, marginación y discriminación en muchos lugares de la Tierra: en tierras del Islam, en países comunistas, en la muy democrática India.

En España tenemos canonizados mártires de hace menos de ochenta años. Y los mismos partidos, las mismas ideologías que desataron entonces la sangrienta persecución nos gobiernan hoy. Pero no, no puede volver a suceder, ¿verdad? Somos civilizados y abiertos y todo eso.

Ese es el efecto narcótico del sesgo de normalidad: todo es distinto ahora, esas cosas no suceden ya aquí. Estoy convencido de que si muchos acabaron en las checas de Madrid o en la guillotina de París en lugar de escapar o reaccionar a tiempo fue por eso: porque las cosas no pueden ponerse demasiado ‘raras’, porque eso no puede suceder.

No es cuestión de hacer de profeta de desgracias, no se trata de eso, exactamente. Se trata de que, para el cristiano, figurativamente al menos, los leones nunca están, no pueden estar, muy lejos. Que la persecución no es una anomalía, no es una excepción; que Cristo se hartó de anunciarla, avisó, de una vez para todos los tiempos, que el mundo nos odia, que sufriremos persecución por amor a Él, y que su muerte es solo precursora de los sufrimientos de su Iglesia a manos del Mundo. Una fe no puede tener como símbolo un instrumento de tortura y pretender vivir una vida tranquila.

Da incluso la sensación de que toda esta ‘renovación’ que jalea la jerarquía hoy, todo este adoptar en preferencia y con entusiasmo las causas del mundo, en detrimento de todos los aspectos de la fe que nos enfrentarían a él, se diría un intento por eludir el martirio, por negociar una paz a base de cesiones.

Pero, sencillamente, no es posible. No se puede servir a dos señores, menos aún a dos tan celosos y exclusivistas como Dios y el Mundo. Tarde o temprano hay que elegir, hay que trazar la línea. Es entonces cuando todo ‘diálogo’ salta por los aires y el cristiano es llamado a ser verdaderamente testigo. O, por decirlo en la voz griega, mártir.  

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Comentarios
16 comentarios en “Los leones no están nunca lejos
  1. El profeta, el verdadero profeta no es aquel que gusta de predicar, vivir y morir en arar de éste su único, y nuestro mundo de pecado en oscuridad y muerte tal cual, él, es.

    El verdadero profeta dice: -He venido a poner fuego en la Tierra ( fuego real que quema y divide) y
    que he de querer sino que se encienda. (Lc.12,48-41)

  2. Estos mártires se ve que no sabian dialogar. Menos mal que ha llegado Francis y su acogimiento, acompañamiento, diálogo, encuentro, discernimiento, inclusión. Ahí el martirio no encaja. Es demasiado católico, a extinguir.

  3. El lenguaje del mundo es:
    Secularicen
    Profanen
    Desodernen
    Claudiquen
    Relativicen
    Desacralicen
    Renuncien
    Abandonen
    Apostaten
    ESO NUNCA !!!!!
    Y eso es…..MARTIRIO

  4. El signo de la persecución a los prelados de occidente no se ve por ningún sitio, antes al contrario, parece que hacen excelentes migas con los poderes del mundo, están encantados en esa francachela y cuchipanda inmunda entre los Sin Dios y esa jerarquía renegada que abomina de la imagen de un mártir. Dicen en sus conciliábulos; Eso nada de nada, hay que evitarlo a toda costa, qué horror, esos mártires eran unos fanáticos y ahora estamos en otros tiempos, y además de qué sirvieron, para nada, sangre derramada inútilmente, tiempos modernos, tiempos de consensos y democracia y libertad, y de componendas que la vida son tres días, y dice Francisco que todos estamos justificados sin necesidad de actos quijotescos. Todos entraremos en el cielo aunque sea en el pelotón de los torpes, Y en eso que se escucha una vieja canción republicana, «si los curas y monjas supieran la paliza que les vamos a dar, estarían todo el día gritando libertad, libertad, libertad…

  5. el de la foto es un león precioso, no como los que suelen acechar a los pobres cristianos católicos y no católicos perseguidos y masacrados en la India, en Pakistán, en los países islámicos, etc, etc. Tiene Ud. toda la razón Carlos Esteban. Dejemos en manos del Señor el cuando y el como.
    Simplemente vayámonos preparando y fortaleciendo.

  6. A los leones no sé si nos echarán de nuevo como hacían los romanos, pero desde luego nos van a freir a multas por ir contra los derechos y libertades civiles de la nueva barbarie democrática atea y laicista. A la doctora Dña. Elena Lorenzo ya le ha puesto un multazo de 40.000 eurazos la Comunidad pepero-ciudadana, simplemente por prestar ayuda a un homosexual que se la pidió para salir de su desordenada tendencia. Leones, tal vez no, pero multas la tira, ya podemos ir preparando el bolsillo.

    1. Mucho más que multas. Los provida, pej, no tendrán posibilidad de trabajar en hospitales. Los que no compartan las teorías contra natura, en colegios tampoco podrán trabajar. Intentarán obligar a abortar más a saco que ahora y a dejarse eutanasiar. Etc. Miles de cosas en vez de leones. Pero ya lo iremos viendo.

      1. Pues sí, Betsaida, mucho más que multas. A los que no quieran enseñar la teoria de de la evolución o la gender ideology tampoco les dejarán ser maestros ni catedráticos. Es la hora del poder de las tinieblas. A pasarla como bien podamos y que el Buen Dios y su Santa Madre nos protejan.

  7. ‘Los leones no están nunca lejos’.
    Doy fe de ello. Pidamos la gracia necesaria, por si Dios nos escoge para el martirio,

    Bendiciones.

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