La ayuda se dirige especialmente a los heridos de guerra. Se trata de un lote de medicinas por un valor de 100 mil euros. No es la primera donación que el pontífice envía a esa tierra martirizada.
Al recibir en audiencia a la presidencia de CEAMA y REPAM, el pontífice les agradeció el trabajo que realizan y los animó a seguir en el "camino sinodal".