“Muchos definen el fútbol como el juego más bonito del mundo. Pienso lo mismo, pero es una opinión personal. Pero a menudo escuchamos a la gente decir: ‘¡el fútbol ya no es un juego!’ Desafortunadamente, estamos presenciando fenómenos que afectan su belleza, incluso en el fútbol juvenil, en el campo de juego o al borde del campo. Por ejemplo, se ven ciertos padres que se convierten en fanáticos exacerbados, o gerentes, o entrenadores”. Lo señaló el Papa Francisco en su discurso a los participantes en el encuentro organizado por el diario deportivo italiano “La Gazzetta dello Sport” y por la Federación Italiana de Fútbol.
En este sentido, el Papa hizo énfasis en que el fútbol es un juego. “Pero a veces, esta palabra se olvida, y quizás se reemplaza, en secreto, por otras menos coherentes, si no completamente contrarias a las finalidades. En cambio, es un juego y debe seguir siéndolo. El fútbol es un juego. No olviden esto: el fútbol es un juego”, reiteró Francisco, quien también hizo un llamado a los grandes jugadores y a los dirigentes, de los cuales varios estaban presentes en la audiencia.
“Quiero dirigir una última palabra a los grandes campeones del fútbol, en los que estos jóvenes atletas se inspiran. No olviden de dónde salieron: ese campo de periferia, ese oratorio, esa pequeña sociedad. Les deseo que siempre sientan gratitud por su historia de sacrificios, victorias y derrotas. Y que también sientan la responsabilidad educativa, a través de una coherencia de vida y solidaridad con los más débiles, para animar a los más jóvenes a volverse grandes interiormente, y ojalá también en campeones en la vida. Grandes en la vida: esta es la victoria de todos nosotros, es la victoria de ustedes que juegan al fútbol. Y a los dirigentes: por favor, custodien siempre el ‘amateurismo’, que es un espíritu. Que la belleza del fútbol no termine en el ‘do ut des (te doy porque tú me das, ndr.)’ de los asuntos financieros”, los exhortó el Papa.
Alvaro Vargas Martino
