Carta a los Amigos de la Cruz San Luis María Grignion de Montfort – Laicos Unidos en Cristo.
PRÓLOGO La divina cruz me tiene escondido y me prohíbe hablar. No me es posible –y tampoco lo deseo– dirigiros …
- Denunciar
Redes sociales
Editar publicación
Eliminar publicación
lucecita777
- Denunciar
Editar comentario
Eliminar comentario
Hija de Jesucristo
- Denunciar
Editar comentario
Eliminar comentario
San Atanasio ora pro nobis
- Denunciar
Editar comentario
Eliminar comentario
San Luis María
Grignon de Montfort
Los demonios se unen para perderos: uníos para derribarlos. Los avaros se unen para negociar y acaparar oro y plata: unid vuestros esfuerzos para conquistar los tesoros de la eternidad contenidos en la cruz. Los libertinos se unen para divertirse: uníos para sufrir.
Grignon de Montfort
Los demonios se unen para perderos: uníos para derribarlos. Los avaros se unen para negociar y acaparar oro y plata: unid vuestros esfuerzos para conquistar los tesoros de la eternidad contenidos en la cruz. Los libertinos se unen para divertirse: uníos para sufrir.
San Atanasio ora pro nobis
- Denunciar
Editar comentario
Eliminar comentario
San Luis María
Grignon de Montfort
Los Amigos de la Cruz
Estáis unidos vigorosamente, Amigos de la Cruz, como otros tantos soldados del Crucificado, para combatir el mundo. No huís de él, como los religiosos y religiosas, por miedo a ser vencidos, sino que avanzáis como intrépidos y valerosos guerreros en el campo de batalla, sin retroceder un solo paso ni huir cobardemente. ¡Animo! ¡Luchad con …Más
San Luis María
Grignon de Montfort
Los Amigos de la Cruz
Estáis unidos vigorosamente, Amigos de la Cruz, como otros tantos soldados del Crucificado, para combatir el mundo. No huís de él, como los religiosos y religiosas, por miedo a ser vencidos, sino que avanzáis como intrépidos y valerosos guerreros en el campo de batalla, sin retroceder un solo paso ni huir cobardemente. ¡Animo! ¡Luchad con valentía!
Grignon de Montfort
Los Amigos de la Cruz
Estáis unidos vigorosamente, Amigos de la Cruz, como otros tantos soldados del Crucificado, para combatir el mundo. No huís de él, como los religiosos y religiosas, por miedo a ser vencidos, sino que avanzáis como intrépidos y valerosos guerreros en el campo de batalla, sin retroceder un solo paso ni huir cobardemente. ¡Animo! ¡Luchad con valentía!