A veces, lo más caritativo, lo más amoroso que se puede hacer con un alma es decirle sin ambages la verdad. Si es una actitud de contumaz odio anti-cristiano, definirla con claridad. El ánimo con que se haga dicha definición, si hay pureza de intención o no, es ciertamente lo que debemos contemplar cada uno con el mayor interés, pues de verdad que el amor es lo único importante.
Estoy muy de acuerdo en que hay que rechazar cualquier enfrentamiento, pero ¡ojo! no si eso supone callar ante el error o la vileza. Guardemos las buenas formas y tengamos como única ley la del amor, pero junto a ella, la de la verdad.