Sembró buena semilla en su campo, el enemigo la maleza. El domingo 25 después de Pentecostés (5º después de Epifanía), encontramos en el Evangelio la lección paternal de Dios, una pequeña muestra …Más
Sembró buena semilla en su campo, el enemigo la maleza.

El domingo 25 después de Pentecostés (5º después de Epifanía), encontramos en el Evangelio la lección paternal de Dios, una pequeña muestra de cómo funciona el reino de Dios entre nosotros.

Dice el Evangelio de San Mateo: El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo... etc.

Con estas palabras, nos está diciendo el Señor que su reino en la tierra, ese mismo reino que pedimos en el Padre Nuestro: Venga a nosotros tu reino, está formado, no solamente de buenos y fieles hijos de Dios, sino de hijos infieles, que, con la semilla del maligno, han traicionado sus promesas bautismales, haciendo filas con el enemigo.

Debemos ser conscientes, que, aunque vivimos en el reino de Cristo su Iglesia, no es garantía para librarnos de la lucha constante contra el enemigo, así lo decimos en el Padre Nuestro: No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Esta convivencia existe, es una realidad…

Estas dos realidades en el reino de Dios, no son una ideología en la Iglesia, la cual sea privilegio para unos y castigo para otros, sino dos verdades de fe que todos debemos creer.

Podemos citar, del primer libro de la Sagrada Escritura, del Génesis, para eliminar posibles errores, que son la semilla del enemigo, que siembra para perder y matar el buen trigo del reino de Dios. Gen 1,31 Dieu vit tout ce qu'il avait fait : cela était très bon...

Esta es obra de Dios, El ha hecho todo perfectamente: con orden y belleza etc.

Con estos principios doctrinales, podemos rechazar con fundamento, que Dios no es amigo de las aberraciones que hoy son publicadas como doctrinas católicas y permitidas por Dios.

Justamente, todas las herejías y todos los errores doctrinales, son la semilla del enemigo, que siembra mientras los demás duermen.

En el reino de Dios conviven las dos familias: la de Dios y la del enemigo, San Pablo nos advierte, que es necesario revestirse de las virtudes; de la misericordia, de la bondad, de la humildad, de la modestia, de la paciencia, etc. Para poder hacer frente a este combate.

Y aunque parezca que el Señor duerme, en medio de tanta aberración, herejías e injusticias, al final de la cosecha, los que obraron el mal, los que siempre fueron causa de perdición para el buen trigo, serán echados al fuego eterno.

Nosotros que seguimos despiertos, debemos cuidarnos del enemigo y rechazar cualquier doctrina o semilla contraria al evangelio de Nuestro Señor, no esperemos a la cosecha que será demasiado tarde.
adeste fideles
👍
apostolesdemaria
✍️ La impostura es tan evidente, que quien calla otorga... servir a Dios es rechazar al enemigo.