¿Quién será capaz de soportar esta tremenda queja de Nuestro Señor? "He aquí el Corazón que ha amado tanto a los hombres, y que nada ha escatimado hasta agotarse y consumirse para demostrarles su …Más
¿Quién será capaz de soportar esta tremenda queja de Nuestro Señor?

"He aquí el Corazón que ha amado tanto a los hombres, y que nada ha escatimado hasta agotarse y consumirse para demostrarles su amor y en reconocimiento no recibo de la mayor parte sino ingratitud, ya por sus irreverencias y sus sacrilegios, ya por su frialdad y desprecio con que me tratan en este Sacramento de Amor. Pero lo que me es aún mucho más sensible es que son corazones que me están consagrados los que así me tratan... Mi corazón se dilata para derramar con abundancia las influencias de su divino amor".

¿Quién será capaz de soportar esta tremenda queja de Nuestro Señor?

Nos hemos hechos sordos al mensaje de Jesús…, y hemos abierto nuestros oídos al mundo…, este es nuestro triunfo, nuestro premio y nuestra gloria: la Desacralización y pérdida de la fe Católica.
He aquí el Corazón…, que nada ha escatimado por amor. Él lo ha dado todo, te ha rescatado de la miseria del pecado, ha pagado el precio de ti y de mí…, ya no te perteneces ni yo me pertenezco…, somos todos de El…, a Él le pertenecemos… así nos ha comprado con el precio de su Preciosa Sangre, ¡y que precio tan grande ha pagado…!
¿A Quién le importa todo esto? Vivimos en el siglo que demanda más libertinaje: libertad de conciencia, más sexualidad que espiritualidad, más relativismo de la moral, ya no hay pecado todo es bueno…
En reconocimiento no recibo de la mayor parte sino ingratitud: Somos ingratos, nos vamos al sol que más calienta, al profeta de turno, al más bonachón y permisivo, con el que no tiene ley, con el que todo me lo permite…, y como todo esto me acomoda y me da más confort, a Él (a Jesús) lo rechazo y lo niego, ¡No lo conozco!
Por sus irreverencias y sus sacrilegios: Eres un sacrílego, me tomas con las manos que no te están consagradas y luego te limpias las manos con la ropa tirándome al suelo a que los demás me pisoteen…, y te crees que así agradas a mi Corazón…, cuanta inmodestia en mis templos, vienes a mí como ir a la playa, enseñando tu cuerpo semidesnudo, dejando que tus vergüenzas se marquen en tus ropas y así te crees que agradas a mis corazón.
Pero lo que me es aún mucho más sensible es que son corazones que me están consagrados los que así me tratan: ¡Hay sacerdote de mi divino Corazón que ya no te arrodillas porque ya no tienes fe…, más te prefiero frio o caliente, tibio te vomito de mi boca… cuanta palabrería sin amor, cuanto espectáculo…, no crees en mi Sacrificio…, si creyeras caerías postrado a mis pies, ante mi presencia real y pedirías piedad a mi justicia divina…¡
Mi corazón se dilata para derramar con abundancia las influencias de su divino amor: Rápido, aún es tiempo, poco tiempo… y repara este divino corazón…, ¡si eres capaz!
patrun22
Si! Pero también hay buenos monjes, monjas, sacerdotes y laicos que en verdad Lo aman! Y rezan, sufren, oran y desagravian por miles!
También el Señor tiene " a las niñas de Sus ojos"!