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jamacor
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Cómo la doctrina de san Isidoro de Sevilla continuó en la tradición hispánica.

Para quien esté interesado en profundizar cómo la doctrina de san Isidoro de Sevilla continuó en la tradición hispánica, puede ver esta breve ponencia (20 min) que realicé en el I Congreso Internacional sobre Juan de Mariana en Talavera de la Reina.

San Isidoro, la Iglesia y el poder civil

En los estados democráticos actuales la tendencia es semejante. En casi todos se da una tendencia creciente hacia un totalitarismo «democrático», con estados que controlan cada vez más la vida social, imponiendo ideologías que se encaminan progresivamente hacia la «abolición del hombre», en expresión de Lewis. En este proceso, la Iglesia, muchas veces movida por complejos producidos por una historia mal estudiada, parece que piensa que debe moverse en este sistema, sin tratar de oponerse al mismo. Se asumen las formas de pensamiento dictadas por los poderes civiles como normativas, y hasta se pretende a veces reformar el mismo Evangelio para adaptarse a ellas, como en el caso de la aceptación del divorcio.

¿Cuál sería el papel de la Iglesia si aplicáramos hoy el pensamiento isidoriano? Creo que la Iglesia debería situarse decididamente por encima del poder civil, en un justo ejercicio de la potestad espiritual. Si hay que dar «al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios» (Mt 22,21), hay que recordar que lo que es del César también es de Dios. Hoy los pastores muchas veces tratan de «pactar» con los poderes civiles mediante acuerdos y consensos, aspirando a ser tratados como iguales a los políticos y gobernantes. Mientras tanto, se renuncia a la formación de una sociedad cristiana, regida por los principios del Evangelio, porque eso desafía a los políticos de los que queremos recibir favores y prebendas. Yo creo, en cambio, que la Iglesia debería sentirse con la misión de generar una sociedad sana que juzgue y limite eficazmente el poder civil. Una sociedad que, ante la manifiesta perversión de nuestros gobernantes (y de otros que aspiran a serlo), sea capaz de recordarles que sólo gobernarán si hacen lo correcto, y si no, no gobernarán.