Abuso homosexual: El homosexualista Fernández en la cuerda floja

Cuando asumió como arzobispo de La Plata, en junio de 2018, Fernández se enteró de la existencia del padre Eduardo Lorenzo, un párroco ya acusado de abusos homosexuales.
En febrero de 2019 volvió a salir a la luz una denuncia contra él por abusos homosexuales. Fernández se puso del lado de Lorenzo, quien negó las acusaciones (“campaña mediática, calumniosa e injuriosa”), mientras que Fernández calificó las denuncias de “burda batalla para ridiculizar” a Lorenzo.
En septiembre de 2019 se presentaron otras dos presuntas víctimas. Fernández no hizo nada. Sólo en octubre, al aumentar la presión, desplazó a Lorenzo “por motivos de salud”.
En diciembre de 2019 Lorenzo se suicidó, horas después de que un juez dictara una orden de detención contra él. Para entonces, ya se habían presentado cinco víctimas. Fernández emitió un comunicado en el que aseguraba que Lorenzo se había suicidado “luego de largos meses de enorme tensión y sufrimiento”.
Según el sitio web BaTimes.com.ar, Lorenzo era amigo del homosexual Julio Grassi, uno de los abusadores más conocidos de Argentina, condenado a 15 años de cárcel. Lorenzo era el confesor de Grassi.
Grassi también era amigo del cardenal Bergoglio, quien supuestamente gastó 1 millón de dólares para mantenerlo fuera de la cárcel, comprando “opiniones de expertos” para proteger a Grassi.
Francisco mintió frente a las cámaras de televisión sobre su implicación en el caso Grassi.
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