
Él advirtió a los neo-cardenales que un espíritu mundano podría considerar el rojo escalarlata de sus sotanas como signo de eminencia secular. Cuando hizo cardenal a Marcello Semeraro, quien reemplazó al cardenal Becciu, el anillo de Semeraro cayó al piso en el momento que Francisco quiso ponérselo en su dedo (ver vídeo a continuación).
El cardenal Raniero Cantalamessa exhibió su humildad al utilizar su hábito capuchino en vez de la sotana de cardenal.
Dos neo-cardenales que no pudieron viajar a Roma se unieron a la ceremonia a través de Internet. Los cardenales romanos observaron la ceremonia en las pantallas de la basílica de San Pedro, donde más cardenales estaban conectados a través de la plataforma Zoom y pudieron ser vistos en las pantallas.
Al finalizar, los neo-cardenales visitaron a Benedicto XVI y Francisco besó sus manos. Fotos.
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