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“Has de convivir, has de comprender” “Has de convivir, has de comprender” Has de convivir, has de comprender, has de ser hermano de tus hermanos los hombres, has de poner amor –como dice el místico …Más
“Has de convivir, has de comprender”

“Has de convivir, has de comprender”

Has de convivir, has de comprender, has de ser hermano de tus hermanos los hombres, has de poner amor –como dice el místico castellano– donde no hay amor, para sacar amor. (Forja, 457)
Jesucristo, que ha venido a salvar a todas las gentes y desea asociar a los cristianos a su obra redentora, quiso enseñar a sus discípulos -a ti y a mí- una caridad grande, sincera, más noble y valiosa: debemos amarnos mutuamente como Cristo nos ama a cada uno de nosotros. Sólo de esta manera, imitando -dentro de la propia personal tosquedad- los modos divinos, lograremos abrir nuestro corazón a todos los hombres, querer de un modo más alto, enteramente nuevo.

Un escritor del siglo II, Tertuliano, nos ha transmitido el comentario de los paganos, conmovidos al contemplar el porte de los fieles de entonces, tan lleno de atractivo sobrenatural y humano: mirad cómo se aman, repetían.

Si percibes que tú, ahora o en tantos detalles de la jornada, no mereces esa alabanza; que tu corazón no reacciona como debiera ante los requerimientos divinos, piensa también que te ha llegado el tiempo de rectificar.

El principal apostolado que los cristianos hemos de realizar en el mundo, el mejor testimonio de fe, es contribuir a que dentro de la Iglesia se respire el clima de la auténtica caridad. Cuando no nos amamos de verdad, cuando hay ataques, calumnias y rencillas, ¿quién se sentirá atraído por los que sostienen que predican la Buena Nueva del Evangelio? (Amigos de Dios, nn. 225-226)

TEXTOS DE LA SEMANA

08 de marzo de 2013

“Padre mío del Cielo, ayúdame”
A ti que desmoralizas, te repetiré una cosa muy consoladora: al que hace lo que puede, Dios no le niega su gracia. Nuestro Señor es Padre, y si un hijo le dice en la quietud de su corazón: Padre mío del Cielo, aquí estoy yo, ayúdame... Si acude a la Madre de Dios, que es Madre nuestra, sale adelante. Pero Dios es exigente. Pide amor de verdad; no quiere traidores. Hay que ser fieles a esa pelea sobrenatural, que es ser feliz en la tierra a fuerza de sacrificio. (Via Crucis, 10ª Estación, n. 3)

07 de marzo de 2013

"Vivid una particular comunión de los santos"
Comunión de los Santos. -¿Cómo te lo diría? -¿Ves lo que son las transfusiones de sangre para el cuerpo? Pues así viene a ser la Comunión de los Santos para el alma. (Camino, 544)

06 de marzo de 2013

“Nos quiere muy humanos y muy divinos”
Ya hace muchos años vi con claridad meridiana un criterio que será siempre válido: el ambiente de la sociedad, con su apartamiento de la fe y la moral cristianas, necesita una nueva forma de vivir y de propagar la verdad eterna del Evangelio: en la misma entraña de la sociedad, del mundo, los hijos de Dios han de brillar por sus virtudes como linternas en la oscuridad. (Surco, 318)

05 de marzo de 2013

"Las almas santas tienen que ser felices"
Te contaba que hasta personas que no han recibido el bautismo me han dicho conmovidas: "es verdad, yo comprendo que las almas santas tienen que ser felices, porque miran los sucesos con una visión que está por encima de las cosas de la tierra, porque ven las cosas con ojos de eternidad". ¡Ojalá no te falte esta visión! –añadí después–, para que seas consecuente con el trato de predilección que de la Trinidad has recibido. (Forja, 1017)

04 de marzo de 2013

“Tú eres sal, alma de apóstol”
Tú eres sal, alma de apóstol. -"Bonum est sal" -la sal es buena, se lee en el Santo Evangelio, "si autem sal evanuerit" -pero si la sal se desvirtúa..., nada vale, ni para la tierra, ni para el estiércol; se arroja fuera como inútil. Tú eres sal, alma de apóstol. -Pero, si te desvirtúas... (Camino, 921)

03 de marzo de 2013

“Si ves claramente tu camino, síguelo”
¿Por qué no te entregas a Dios de una vez..., de verdad... ¡ahora!? (Camino, 902)