El clero tiene gran necesidad de oraciones. Cayendo al purgatorio, al infierno El clero tiene gran necesidad de oraciones Verónica: Oh, puedo ver a la Santísima Madre que está viniendo a través del …Más
El clero tiene gran necesidad de oraciones.

Cayendo al purgatorio, al infierno
El clero tiene gran necesidad de oraciones

Verónica: Oh, puedo ver a la Santísima Madre que está viniendo a través del cielo. Parece que su figura es muy oscura, como si estuviera viniendo a través de una gran oscuridad. Tengo la impresión de que hay una oscuridad alrededor de nosotros, ahora estamos verdaderamente rodeados por la oscuridad como un globo.
Nuestra Señora está viniendo hacia adelante, y yo veo a Jesús, parece como si El se devolviera a la nubes oscuras que permanecen por alguna razón. Ahora Nuestra Señora está viniendo hacia adelante. Oh Ella es tan bella! Oh, Ella está absolutamente brillante esta noche. Ella esta mirando alrededor.
Nuestra Señora tiene puesta una bella capa blanca. Esta lleva bordes de oro. Jamás he visto esto antes. Es muy bella. Y por supuesto Nuestra Señora tiene un manto de color crema. Oh, Ella está absolutamente bella! Nuestra Señora parece muy alta esta noche. Quizá es la forma como Ella está parada. Y no puedo ver mas a Jesús. Parece que El está como en una bruma a su lado izquierdo, nuestro lado derecho.
Nuestra Señora está mirando todo alrededor de Ella y el manto que lleva en la cabeza se ha deslizado un poco hacia atrás por eso puedo ver su cabello. Su cabello parece que es bastante oscuro. Y Nuestra Señora está sonriendo ahora y colocando Su dedo sobre los labios, lo cual significa escuchar y repetir.

Nuestra Señora: “Hija Mía e hijos Míos, he venido a vosotros como Madre de la Gracia, como una madre. Yo no puedo evadir la verdad a vosotros. Yo la tengo que decir a vosotros para vuestra propia protección.
“El Padre Eterno: Yo tuve que presentarme ante El y rogarle por vuestra causa, el tiempo y nuevamente porque El desea mandar a la humanidad la gran Bola. En Su sapientísimo razonamiento, El ve que ahora están cayendo muchas almas al infierno, y son conducidas allá aún por algunos del clero.

SI VOSOTROS DESCUIDAIS A VUESTROS HIJOS...
“Hija Mía e hijos Míos, con frecuencia os he amonestado que cuidéis a vuestros hijos en este mundo de oscuridad. Vosotros sois responsables por las almas de vuestros hijos. De modo que si los descuidáis en el tiempo de la vida no podréis entrar al Reino de los Cielos, sino que permaneceréis por la eternidad en el infierno o por un largo período en el otro sitio de destierro, el purgatorio.
“No riáis, vosotros los que no podéis comprender la verdad ni tratáis de buscar la verdad. Ahora os digo que si no Me buscáis, Hija Mía, mirad lo que os muestro, el mundo del sufrimiento”.
Verónica: “El Purgatorio”?
Nuestra Señora: “Sí, el purgatorio”.

VISION DEL PURGATORIO
Verónica: Oh, Dios mío! Nunca había escuchado tal estruendo, gritos y lamentos. Y veo gente; ellos están vestidos, pero están flotando. No sé, pero esto parece no tener fin. Ellos están siendo lanzados atrás y adelante, y todo lo que puedo escuchar son gritos y gemidos. Oh Dios mío!
“Oh Santísima Madre, no me hagas mirar eso. Mi corazón se detendrá, es tan aterrador!
Nuestra Señora: “Hija Mía acércate a Mí. Vas a entender que hay tres mundos: Cielo, purgatorio e infierno. Yo he permitido que veas el purgatorio y comprendo tu horror. Hija Mía, decid completamente qué es lo que habéis visto”.
Verónica: He visto mitras: obispos y hasta muchos cardenales. Y Luego he visto numerosos sacerdotes con sus sotanas, ellos están todavía vestidos con sus ornamentos, ellos están gimiendo y suplicando. Ahora Nuestra Señora está colocando Su mano delante de mis ojos. Es aterrador. Esto es una de las cosas mas aterradoras que jamás he visto.
Nuestra Señora está tocando Sus labios, lo que significa repetir.

OBISPOS Y SACERDOTES EN EL PURGATORIO, EN EL INFIERNO
Nuestra Señora: “Hija Mía quiero que entiendas y lleves al mundo la absoluta verdad y la realidad de este lugar. Allí hay mitras y hay sotanas. Quiero que le digáis al mundo que ahora hay clero que está cayendo al purgatorio, y algunos al infierno, porque ellos están extraviando a las ovejas.
“El Padre Eterno quiere enviar al mundo la Bola de la Redención. . Hijos Míos del mundo, cuánto mas aplazamiento debo pedir? Por qué no escucháis Mi voz? He viajado por todo el mundo durante muchos años, suplicándoos que os arrepintáis de vuestros caminos de destrucción.
“Clero de la Casa de Mi Hijo , debéis dar mayor honra a Mi Hijo. Hay algunos que son una desgracia en su profesión, conduciendo a otros por caminos de pecado. Oh, qué poca fe tenéis, por qué envilecéis a los jóvenes? Vosotros los que os habéis entregado a los placeres mundanos y difamado vuestra profesión no entraréis al Reino del los Cielos.

SIN PASAPORTE ESPECIAL
“Hija Mía, e hijos Míos. En numerosas ocasiones Nosotros os hemos pedido que oréis por el clero. Ellos no tienen un pasaporte especial para el Cielo. Ellos luchan contra la influencia de satanás y sus agentes en la tierra, pero ellos necesitan vuestras oraciones. Vosotros los habéis olvidado. Ellos necesitan vuestras oraciones. Os pido a todos que oréis por vuestros párrocos. La tentación sobre ellos es grande. El Padre Eterno los esta poniendo a prueba y todo lo que está corrompido caerá”.

JUGUETEANDO POR LA NAVE DE LA IGLESIA
Verónica: Nuestra Señora está colocando Sus manos sobre Sus ojos. y está señalando al lado izquierdo, es decir, a Su lado derecho. Yo veo el interior de una iglesia. Allí se están celebrando los servicios religiosos. Pero sin embargo qué es lo que están haciendo? Ellos están brincando, como jugueteando por la nave de la iglesia. Según observo, veo… es el sacerdote, creo yo, detrás del altar.
El está haciendo ademán para que salgan dos niños de las bancas y vayan a la parte de atrás de la iglesia. Los niños están yendo apresuradamente, casi corriendo a la parte de atrás de la iglesia y yo veo que ellos están recogiendo algo. Oh, el copón y la patena. Oh!
Nuestra Señora: “Ahora qué están haciendo ellos, hija Mía?”
Verónica: Ellos los están llevando al altar. Ahora el sacerdote y el otro hombre ...
Nuestra Señora: “Se llama el diácono, hija Mía, el diácono”.

USANDO PANTALONES CORTOS EN LA MISA
Verónica: Los niños los están entregando a ellos y el sacerdote esta volviendo a su puesto detrás del altar. Ahora de repente todos elevan su mano y un joven, oh. una mujer joven está saliendo de la banca. Pero oh, Dios mío! Ella lleva unos pantalones cortos y ella se está dirigiendo hacia el altar.
Ahora Nuestra Señora está señalando. La mujer comienza a cantar. Su música no es como para la iglesia, ni está aceptada por Dios. Y cuando canta, el sacerdote se para detrás del altar. Y sus ojos ...
“Él la está admirando o amonestando?”
Nuestra Señora: “Parece, hija Mía que él la está admirando”.
Verónica: Nuestra Señora dice que los pantalones cortos que ella tiene son muy reveladores e inmodestos. Ahora esa mujer se va a sentar al lado del altar y cuando ella cruza sus piernas, este hecho es la mas terrible infracción a los ritos sagrados, porque...
“Para mi es casi vergonzoso, mirar Santísima Madre. Tengo que hacerlo?”
Nuestra Señora: “Sí”.
Verónica: Los pantalones cortos no son cortos largos. Ellos casi han desaparecido! Y puedo ver la expresión de la cara del sacerdote que está observando esto. Ahora también hay dos niñas jóvenes como de catorce años sentadas al lado del altar cuando el sacerdote va hacia adelante para consagrar la hostia ...
Nuestra Señora: “El Cuerpo de Mi Hijo”.
Verónica: Ahora observo, me doy cuenta ahora después de la consagración que el sacerdote está tomando asiento al lado derecho del altar en la última banca hacia la derecha y el diácono está yendo hacia la izquierda. Y ahora... no puedo creerlo!
“Oh yo veo Santísima Madre! Hay dos niñas jóvenes. Nuestra Señora, qué edad tienen ellas?”.
Nuestra Señora: “Catorce años”.
Verónica: Y Nuestra Señora esta diciendo:
Nuestra Señora: “Verónica no cerréis los ojos. Abridlos y decidme lo que veis”.

DOS NINAS JOVENES DISTRIBUYENDO LA COMUNION
Verónica: Yo veo que la gente está saliendo de las bancas, y ellas ahora están recibiendo la Hostia de manos de las dos niñas. Ahora la mujer que esta de pie al lado, es muy amistosa pero inmodesta. Nuestra Señora dijo, debéis decir inmodesta, está observando todo esto con una sonrisa en su cara.
Ahora veo a un hombre sentado en la nave de la iglesia. El está llorando. El sostiene las cuentas del Rosario en su mano derecha y está llorando.
“Yo se, Santísima Madre lo que él siente. El no es de esta generación que ha caído en brazos de satanás. Yo se precisamente lo que él siente. La única cosa que él tiene para sostenerse es el Rosario”.
Nuestra Señora está mirando a su alrededor y yo observo que Ella está tomando Su mano y está colocándola sobre Sus ojos. Yo creo que Ella está llorando.
Nuestra Señora: “Hija Mía”.
Verónica: Nuestra Señora, yo puedo escuchar Su jadeo.
Nuestra Señora: “Vos veis lo que está pasando. Cada vez menos se honra a Mi Hijo. Qué podrá sobrevenir a Mis hijos de la tierra? Yo he caminado por toda la tierra, un sinnúmero de años de la tierra tratando de advertir a Mis hijos el castigo que viene para la humanidad.”
“Ahora también hacemos una seria advertencia al clero. Si no retornáis a vuestra senda y dejáis de buscar riquezas y no pensáis solo en las almas que tenéis a cargo para llevar al Cielo, vosotros también desapareceréis por el fuego de la Bola de la Redención”.
Verónica: Ahora yo veo que está viniendo del cielo una bola enorme, grandísima y está lanzando llamas. Parece inmensa, yo nunca había visto una cosa tan grande. Y veo que parece como un globo al lado izquierdo del mundo. Este globo esta por encima de nosotros y cuando se acerca parece que esta bola es mas grande que la tierra. No creo haber visto esto jamás. Jamás he visto una cosa tan grande.
Ahora lo estoy observando se está poniendo muy oscuro allí. Pero la luz es muy brillante alrededor de nuestra Santisima Madre, ahora Ella esta de pie ahí y tiene en Sus manos un gran crucifijo. Y Ella lo está sosteniendo arriba. Por alguna razón es un crucifijo sin el cuerpo de Cristo. Y Ella …