Jesús y Zaqueo Jesús y Zaqueo Domingo 30 de Octubre XXXI del Tiempo Ordinario Es interesante, queridos hermanos y hermanas, que la narración del encuentro entre Jesús y Zaqueo, que escucharemos el …More
Jesús y Zaqueo
Jesús y Zaqueo
Domingo 30 de Octubre XXXI del Tiempo Ordinario
Es interesante, queridos hermanos y hermanas, que la narración del encuentro entre Jesús y Zaqueo, que escucharemos el domingo 30 de octubre, tiene lugar, en el Evangelio de Lucas, inmediatamente después de la parábola de la subida al Templo para orar del recaudador de impuestos y del fariseo (Lc 18, 9-14) y, enseguida, de la amarga observación hecha por Jesús, después del encuentro con el joven rico, acerca de lo difícil que es para los quien poseen riquezas en este mundo entrar en el Reino de Dios (Lc 18, 18-27).
Casi sospechamos que este encuentro no se produjo "por casualidad", sino que fue Jesús quien preparó meticulosamente "la emboscada salvadora" para Zaqueo en el camino de Jericó. En efecto, ¿de qué servía, en el plan de la providencia de Dios, el asombroso milagro de Jesùs quien le volviò la vista al ciego Bartimeo (Lc 18, 35-43) acaecido a las puertas de Jericó, sino para "despertar" el deseo sin límites de salvación escondido en el corazón de Zaqueo? Y, por otro lado, ¿qué mejor que la conversión de Zaqueo, "jefe de los recaudadores de impuestos y rico", podría servir a Jesús para manifestar el " poder màs grande" del amor divino y convencer a sus apóstoles de que todo es posible para Dios?
Jesús y Zaqueo
Domingo 30 de Octubre XXXI del Tiempo Ordinario
Es interesante, queridos hermanos y hermanas, que la narración del encuentro entre Jesús y Zaqueo, que escucharemos el domingo 30 de octubre, tiene lugar, en el Evangelio de Lucas, inmediatamente después de la parábola de la subida al Templo para orar del recaudador de impuestos y del fariseo (Lc 18, 9-14) y, enseguida, de la amarga observación hecha por Jesús, después del encuentro con el joven rico, acerca de lo difícil que es para los quien poseen riquezas en este mundo entrar en el Reino de Dios (Lc 18, 18-27).
Casi sospechamos que este encuentro no se produjo "por casualidad", sino que fue Jesús quien preparó meticulosamente "la emboscada salvadora" para Zaqueo en el camino de Jericó. En efecto, ¿de qué servía, en el plan de la providencia de Dios, el asombroso milagro de Jesùs quien le volviò la vista al ciego Bartimeo (Lc 18, 35-43) acaecido a las puertas de Jericó, sino para "despertar" el deseo sin límites de salvación escondido en el corazón de Zaqueo? Y, por otro lado, ¿qué mejor que la conversión de Zaqueo, "jefe de los recaudadores de impuestos y rico", podría servir a Jesús para manifestar el " poder màs grande" del amor divino y convencer a sus apóstoles de que todo es posible para Dios?