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La JMJ ha reafirmado a los seminaristas en su camino

agosto 31, 2016 | Posted by Edgardo Calvente

Don José Félix Bricio es padre espiritual del Seminario Diocesano de Cuenca (España), y asistió en agosto a la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) junto a un grupo de 14 seminaristas y otros jóvenes de diversas diócesis españolas. En total, un grupo de 90 personas, de ellos 20 sacerdotes.

“Una experiencia única”, según relata, a la que se le suma la de haber vivido la JMJ en Polonia de 1991, junto a San Juan Pablo II. Este sacerdote de 48 años, oriundo de Guadalajara (España), cuenta para CARF sus impresiones y la repercusión en él y en los jóvenes que asistieron.

-¿Qué impresión le produjo volver a una JMJ en Polonia, 25 años después?

La JMJ ha ido creciendo en todos los sentidos. Ha mejorado mucho en cuanto a organización ‑en 1991 recuerdo que fue bastante caótica‑, y también ha aumentado el número de asistentes, se calculan unos tres millones en la de este año; lo que resulta muy esperanzador.

-En el 92 ¿era ya sacerdote?

No, era seminarista, y fui más bien a pasármelo bien… Fue toda una proeza de viaje, porque acababa de caer el Muro de Berlín y las condiciones de vida era muy pobres. Además, todo era en polaco; no recuerdo ninguna traducción. Pero, tanto en el 92 como este año, me siguió sorprendiendo la piedad de los polacos y su generosidad.

-¿Cómo ha visto esta jornada mundial?

Lo que más me llamó la atención fue la respuesta de los 25 jóvenes que venían en mi grupo. Mucho no eran seminaristas, y rezaban, con toda naturalidad, Laudes, Vísperas, hacían oración… Podían haberse quejado y decir: “¡Pero cuánto se reza!”.

-Espiritualmente, ¿qué ha supuesto para las personas de su grupo?

Para los seminaristas ha supuesto la reafirmación en su camino, lo cual es muy importante. Sobre posibles vocaciones al sacerdocio, me han contado que hay unos seis chicos que se han planteado en serio ir al seminario. Pero en general, todos quedamos tocados y en todos se ha notado una mejoría. Ahora está el continuar profundizando en el mensaje del Papa, porque en la JMJ es importante el antes, el durante y el después.

“El reto de este año es profundizar
en el mensaje del Papa en Cracovia”

-¿Cómo lo harán?


El reto de este año en el Seminario será revisar y profundizar en lo que nos dijo el Papa esos días. Esto es muy importante, porque hay veces que, por el énfasis del momento, uno se lanza y se emociona, pero cuando vuelve a la vida diaria, en su ambiente, da un paso atrás. Intentamos que la JMJ no haya sido algo de un momento, sino que se madure en la vida cristina, que se avance en la vida de oración y en la vida sacramental.

-¿Qué destacaría del mensaje del Papa en Cracovia?

Personalmente destacaría dos momentos cumbres: el saludo a los jóvenes y la Vigilia. Ambos han tenido una unidad en su mensaje, centrado en animar a los jóvenes a “no ser jubilados”, sino a tomar las riendas de la sociedad, fijándose en la gente que sufren a su lado, siguiendo el mensaje de Cristo y confiando en Él. El Papa fue muy claro en su mensaje cuando dijo: “¿Las cosas se pueden cambiar?”, si estamos con Cristo.

-Es un mensaje que sirve para todos…

Por supuesto, el mensaje es para toda la Iglesia, no sólo para la juventud, porque estas jornadas son para rejuvenecer a toda la Iglesia. San Juan Pablo II decía: “Soy un joven de 83 años”. Además, estar cerca del Papa siempre es algo especial, porque uno ve al Señor allí. Tiene una fuerza que ayuda a la gente a abrirse a Dios.

-Y cómo lo ha vivido usted, como sacerdote?

Primero aprendiendo e intentando profundizar más y abrirme más. También ha tenido un lado apostólico, para poder charlar con los chicos y ayudarles a que no se perdieran esos momentos tan importantes espiritualmente.

G.E.T.


(Don José Félix Bricio, a la izda de la foto, concelebrando en Viena, en una de las paradas del viaje)


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