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OFRENDA DE AMOR -OFRENDA DE VIDA. ►Una pequeña participación en los sufrimientos de Cristo La Santísima Virgen dijo Sor Natalia Magdolna : --Cuando el Eterno Padre escoge un alma para darle la gracia …Más
OFRENDA DE AMOR -OFRENDA DE VIDA.

►Una pequeña participación en los sufrimientos de Cristo

La Santísima Virgen dijo Sor Natalia Magdolna :
--Cuando el Eterno Padre escoge un alma para darle la gracia de ser uno de los elegidos, la destina a que ya en la tierra sea semejante a su Hijo Unigénito. Y, ¿en qué debe ser semejante a Él? En el amor y en la aceptación de los sufrimientos. Si en esto siguen ustedes a su Jesús, el Eterno Padre reconocerá en ustedes a su santo Hijo.
--Las almas a las cuales el Eterno Padre escogió para que hagan el ofrecimiento de vida deben esforzarse por salvar el mayor número de almas para Dios. Lo pueden alcanzar con la oración fervorosa, con la práctica de la caridad activa y servicial, con la mansedumbre, con la humildad, con la mortificación, pero sobre todo con la aceptación paciente de los sufrimientos. Creo que mi Corazón maternal encontrará entre mis hijos, almas que con el ardor de los mártires amen a Dios.
--Aun en tiempo de las más grandes pruebas, mis queridos hijos, deben tomar con confianza ilimitada la mano de su Madre. Juntos vayan ustedes al Corazón Eucarístico de Jesús que es su fortaleza en su peregrinación terrenal. Así, fortalecidos diariamente por Él, continúan ustedes el camino hacia el hogar de la eterna felicidad donde en glorioso éxtasis, se reconocerán entre sí los que hayan hecho de su vida una ofrenda de amor a gloria de Dios y el bien de las almas.
--Entonces, mi santísimo Hijo les va a estrechar a su Corazón inflamado de amor, para sumergirlos en el gozo de la unidad de amor de la Santísima Trinidad, en el estado de la eterna felicidad, para que puedan alegrarse sin fin en compañía de las almas para quienes con su generoso ofrecimiento de vida lograron alcanzar la salvación.
-- ¡Amen y tengan confianza, hijos míos, porque Dios está con ustedes! El Señor ama la vida de cada alma que hizo la entrega de sí misma. Precisamente por eso no pongan límite a sus sacrificios. ¡Dar más, amar mejor! Sea ésta la consigna de su vida.