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De Papas y globalismo

De Papas y globalismo

Luis Fernando, el 23.01.20 a las 12:16 AM

Leo que el bueno de Carlos Esteban está preocupado porque el Papa ha nombrado a Dani Rodrik miembro de la Academia Pontificia de Ciencias Sociales, órgano de la curia presidido por Mons. Marcelo Sánchez Sorondo, ese insigne arzobispo que tuvo a bien decir, y a día de hoy no ha pedido perdón por ello, que China es el país donde mejor se aplica la doctrina social de la Iglesia (sic), lo cual es una forma como otra cualquiera de mofarse de los mártires y confesores católicos chinos.

Dice don Carlos:

Razona Rodrik que entre la existencia de la globalización económica, la democracia y los estados nacionales hay que elegir dos de ellas, porque las tres a la vez es imposible. Imaginen cuál de las tres se descarta. Rodrik postula la creación de una autoridad mundial compuesta por técnicos con competencias para imponer a todos los habitantes del planeta unas mismas normas como condición necesaria para que el sistema funcione.

Y añade:

La querencia del Santo Padre por el globalismo, por la desaparición de los Estados y la constitución de un gobierno mundial no es cosa de ayer ni algo que lleve precisamente en secreto.

Tiene razón. De hecho, este año es el elegido por el Vaticano para apoyar una serie de eventos que apuntan claramente a fortalecer una globalización dependiente de entidades supranacionales. A saber:

- Marzo. Evento “Economía de Francisco". El P. Iraburu ya escribió un post sobre el tema, así que poco más tengo que decir. Cito un párrafo de sus conclusiones:

Si la invitación pontificia al evento de Asís-2020 logra una respuesta numerosa de jóvenes economistas y emprendedores procedentes de todo el mundo, formados en muy diversos credos religiosos o en sistemas filosóficos y económicos contradictorios, será imposible alcanzar un «pacto común», un «cambio global», capaz de «poner en marcha un nuevo modelo económico, fruto de una cultura de comunión, basado en la fraternidad y la equidad». No será posible lograr un acuerdo entre los asistentes que creen en Dios y la otra parte –una gran parte– que consideran las religiones como el obstáculo mayor para una fraternidad universal. Agua y aceite.

- Mayo, día 14. Evento mundial bajo el lema “Reconstruir el pacto educativo global". El Papa lo anunció en el siguiente vídeo:

youtu.be


, en el que se aseguraba que “el pluralismo y la diversidad de religión, color, sexo, raza y lengua son expresión de una sabia voluntad divina, con la que Dios creó a los seres humanos".

- Junio. “Declaración de amistad entre religiones”. Se firmará en La Haya y por supuesto el Papa ha dado su apoyo. Vean como se presenta el tema en este vídeo:

www.youtube.com/watch


En ese mismo sentido, es altamente significativo lo que reveló ayer el Rabino David Rosen. Entrevistado por Zenit, aseguró que el papa Francisco había afirmado que todas las diferencias religiosas se deben subordinar a nuestra humanidad

Como ven ustedes, nos quieren llevar hacia una globalización poítico económica, educativa y religiosa.

Ahora bien, si alguien cree que el apoyo a dicha globalización es cosa nueva en la Iglesia Católica, está equivocado. Fue Benedicto XVI, no Francisco, quien escribió lo siguiente en la encíclica Caritas in Veritate:

Para gobernar la economía mundial, para sanear las economías afectadas por la crisis, para prevenir su empeoramiento y mayores desequilibrios consiguientes, para lograr un oportuno desarme integral, la seguridad alimenticia y la paz, para garantizar la salvaguardia del ambiente y regular los flujos migratorios, urge la presencia de una verdadera Autoridad política mundial, como fue ya esbozada por mi Predecesor, el Beato Juan XXIII…
Dicha Autoridad, además, deberá estar reconocida por todos, gozar de poder efectivo para garantizar a cada uno la seguridad, el cumplimiento de la justicia y el respeto de los derechos. Obviamente, debe tener la facultad de hacer respetar sus propias decisiones a las diversas partes, así como las medidas de coordinación adoptadas en los diferentes foros internacionales.
Caritas in Veritate, 67

Benedicto XVI hace referencia a la encíclica Pacem in terris de San Juan XXIII, que en su punto 137 dice:

Y como hoy el bien común de todos los pueblos plantea problemas que afectan a todas las naciones, y como semejantes problemas solamente puede afrontarlos una autoridad pública cuyo poder, estructura y medios sean suficientemente amplios y cuyo radio de acción tenga un alcance mundial, resulta, en consecuencia, que, por imposición del mismo orden moral, es preciso constituir una autoridad pública general.

Léanse el resto de puntos de esa encíclica para ver el contexto.

Por tanto, no estamos ahora ante una novedad en la historia reciente de la Iglesia. Al menos desde San Juan XXIII ya hay un apoyo a la creación de una autoridad mundial que vele por el bien común de todos los pueblos.

Recordemos lo que Benedicto XVI dijo en su discurso a la curia navideña del año 2006, cuando reconoció que, a diferencia del Islam, la Iglesia Católica ya había asumido las “verdaderas conquistas de la Ilustración"

En el diálogo con el islam, que es preciso intensificar, debemos tener presente que el mundo musulmán se encuentra hoy con gran urgencia ante una tarea muy semejante a la que se impuso a los cristianos desde los tiempos de la Ilustración y que el concilio Vaticano II, como fruto de una larga y ardua búsqueda, llevó a soluciones concretas para la Iglesia católica.
Se trata de la actitud que la comunidad de los fieles debe adoptar ante las convicciones y las exigencias que se afirmaron en la Ilustración. Por una parte, hay que oponerse a una dictadura de la razón positivista que excluye a Dios de la vida de la comunidad y de los ordenamientos públicos, privando así al hombre de sus criterios específicos de medida. Por otra, es necesario aceptar las verdaderas conquistas de la Ilustración, los derechos del hombre, y especialmente la libertad de la fe y de su ejercicio, reconociendo en ellos elementos esenciales también para la autenticidad de la religión.

¿Cómo se concuerda eso con el Magisterio pontificio previo, poco dado a validar conceptos como la libertad religiosa, el ecumenismo y la bondad de todas las religiones?

Siendo cardenal, Ratzinger había escrito sobre Gaudium et Spes que “si se pretende un diagnóstico global del texto, podría decirse que (en conexión con los textos sobre libertad religiosa y las religiones del mundo) es una revisión del Syllabus de Pío IX, una especie de Contra Syllabus” (Principios de teología católica, 1982)

Y también:

La tarea no es, pues, ignorar el Concilio, sino descubrir el Concilio real y profundizar su auténtica voluntad, a la luz de las experiencias vividas desde entonces. Y esto implica que no hay punto de retorno al Syllabus, que pudo constituir una primera toma de posición en el enfrentamiento con el liberalismo y el amenazante marxismo, pero que en modo alguno puede ser la palabra última y definitiva. Ni el abrazo ni el ghetto pueden resolver, a la larga, el problema de la edad moderna para los cristianos. Queda el hecho de que aquella «demolición de los bastiones» que ya en 1952 pedía Hans Urs von Balthasar era, en realidad, una tarea a plazo vencido.
(Joseph Ratzinger, Teoría de los principios teológicos. Materiales para una teología fundamental, Herder Editorial, Barcelona, 1985, pp. 467-472).

Conclusión:

www.youtube.com/watch


Cristo, ven pronto.

Luis Fernando Pérez Bustamante

Categorías : Sociedad siglo XXI