“Año Montagne” – 28 de octubre. Era un día del mes de octubre de 1816, el día 28, para ser precisos. En el paraje llamado “Les Palais”, cerca del Bessat, en la región del Monte Pilat, un adolescente …Más
“Año Montagne” – 28 de octubre.
Era un día del mes de octubre de 1816, el día 28, para ser precisos. En el paraje llamado “Les Palais”, cerca del Bessat, en la región del Monte Pilat, un adolescente de 17 años, Juan Bautista Montagne, estaba en cama, gravemente enfermo. Prácticamente había llegado al final de su carrera por este mundo. El joven vicario de La Valla-en-Gier, un pueblecillo de 2000 almas, el Pbro. Marcelino Champagnat, había sido llamado para asistir al moribundo. Cuál no sería su sorpresa al constatar que este adolescente no sabía nada de religión, ni de Dios, ni del más allá. El pobre muchacho se hallaba desprovisto de los conocimientos culturales y religiosos más elementales. Verdaderamente era alguien que ignoraba hasta a qué había venido al mundo y qué es lo que le esperaba después. A un momento dado, el joven se sintió presa de una inmensa angustia, tomó a Marcelino por los brazos y le gritó, con los ojos arrasados en lágrimas: “¡Padre Marcelino, ayúdeme!”. El vicario …Más
Era un día del mes de octubre de 1816, el día 28, para ser precisos. En el paraje llamado “Les Palais”, cerca del Bessat, en la región del Monte Pilat, un adolescente de 17 años, Juan Bautista Montagne, estaba en cama, gravemente enfermo. Prácticamente había llegado al final de su carrera por este mundo. El joven vicario de La Valla-en-Gier, un pueblecillo de 2000 almas, el Pbro. Marcelino Champagnat, había sido llamado para asistir al moribundo. Cuál no sería su sorpresa al constatar que este adolescente no sabía nada de religión, ni de Dios, ni del más allá. El pobre muchacho se hallaba desprovisto de los conocimientos culturales y religiosos más elementales. Verdaderamente era alguien que ignoraba hasta a qué había venido al mundo y qué es lo que le esperaba después. A un momento dado, el joven se sintió presa de una inmensa angustia, tomó a Marcelino por los brazos y le gritó, con los ojos arrasados en lágrimas: “¡Padre Marcelino, ayúdeme!”. El vicario …Más
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jean pansdloasksd.
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flcardenas
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Viva Champagnat
IsabeldelaTrinidad
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IsabeldelaTrinidad
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Agustín Monje
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miscelánea
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Quanti bambini moriranno senza sapere che Dio li ama?
miscelánea
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Grazie mille, Marcelino.
Peregrina de la fe
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Pablo Apóstol
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FELICIDADES Más
FELICIDADES
Flor María
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jardindelalma
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jardindelalma
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jardindelalma
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Juan Braulio
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Todo salió bien.Se ve perfectamente.Gracias
Celeste Bonaluz
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