Orgullo y confusión.

Orgullo y confusión 17 de Noviembre 2019 XXXIII Domingo del Tiempo Ordinario Queridos hermanos y hermanas, el pasaje de la primera lectura de la Liturgia del próximo domingo 17 de noviembre, tomado del libro del profeta Malaquías, establece claramente que la soberbia es el pecado más grave que el hombre puede cometer. El orgullo, de hecho, es capaz de impedir que Dios salve al hombre. La Palabra de Dios nos enseña que la soberbia es el pecado de Satanás quien, engañándose a sí mismo de que podría sustituirse a Dios, se hundió en la confusión eterna. El Papa Francisco, por su parte, siempre nos ha advertido contra el diálogo con Satanás, afirmando en repetidas ocasiones que la acción diabólica es sin duda una de las causas, si no la más importante, del individualismo y el narcisismo actual y exagerado que tan mal está haciendo a nuestro mundo post-moderno. De hecho, en septiembre pasado, durante una reunión informal con los jesuitas de Mozambique, el Papa Francisco dijo que una vez un jesuita le dijo de "tener cuidado al dar la absolución, porque los pecados más graves son aquellos que tienen una mayor 'angelicidad': orgullo, arrogancia, dominio. Y los menos serios son aquellos que tienen menos 'angelicidad', como la glotonería y la lujuria. El peligro que corren los sacerdotes y los laicos mismos, agregó el Papa, es centrarse casi exclusivamente en el sexo y no dar peso a la injusticia social, al calumniar, al chismear, al mentir "..