
Se aconseja a los sacerdotes que bendigan las cenizas y rocíen agua bendita sobre ellas sin decir nada. Se supone que ellos pronunciarán la fórmula “Recuerda que eres polvo y en polvo te convertirás” sobre todos los fieles, antes de proceder a distribuir las cenizas.
Después, el sacerdote deberá limpiar sus manos, ponerse una mascarilla y sin decir nada esparcir las cenizas sobre la cabeza de los que se acerquen.
Imagen: © Mazur, CC BY-NC-SA, #newsVzmqubwkbg
