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Bottega
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Encarnación y Pasión de Jesús. La Pasión de Cristo empieza en la encarnación, imaginemos convertirnos en insecto, una metamorfosis que nos reduzca a bicho, pues bien, para un hombre, es menos doloroso …Más
Encarnación y Pasión de Jesús.

La Pasión de Cristo empieza en la encarnación, imaginemos convertirnos en insecto, una metamorfosis que nos reduzca a bicho, pues bien, para un hombre, es menos doloroso convertirse en insecto, que para Dios omnipotente, convertirse en Hombre. Pensemos que Dios, en su infinita caridad, nos ama tanto, como para darnos a su hijo, para que se haga hombre y nazca en un pesebre para nuestra salvación, meditemos en la pasión que vive aún antes de su nacimiento y las lágrimas que derramó en el pesebre. El misterio de todo un Dios, que escoge a María por madre suya. Pero primero pide su aprobación. ¡Dice la novena de aguinaldos Oh Sapiencia suma del Dios soberano, que a infantil alcance te rebajas sacro! Sácanos. ¡Oh Niño con tu blanca mano, de la cárcel triste que labró el pecado! Porque el Verbo vivía con el Padre en lo más alto de los cielos; atendido por querubines y rodeado de ángeles que lo alababan, como dice San Juan: En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. El pecado de Adán había ofendido a Dios y esa ofensa infinita no podía ser perdonada sino por los méritos del mismo Dios. La raza de Adán había desobedecido y merecido un castigo eterno; era pues necesario para salvarla y satisfacer su culpa, que Dios, sin dejar el cielo, tomase la forma del hombre sobre la Tierra y expiase aquella desobediencia, ingratitud y rebeldía. Jesus es la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo, y el mundo no lo conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron, su misericordia infinita anhelaba la redención y la salvación del género humano, que sin Él no podría verificarse. Dios nos vio caídos en la bajeza, oprimidos por la tiranía de la muerte y tuvo misericordia. De este modo Cristo es entregado, es abandonado en las manos de los hombres, vive el abandono del Padre, como la criatura más indefensa, en el vientre de María, así se ofreció espontáneamente a los hombres, para salvarlos, pero los hombres lo crucificaron. Sin embargo, el resucita para mostrarnos la realidad de la vida eterna.