Rebeca Rocamora Nadal, una joven catequista fallecida a los 20 años, camino de los altares. Rebeca Rocamora Nadal nació el 7 de septiembre de 1975 en Granja de Rocamora, en la Diócesis Orihuela-Alicante …More
Rebeca Rocamora Nadal, una joven catequista fallecida a los 20 años, camino de los altares.
Rebeca Rocamora Nadal nació el 7 de septiembre de 1975 en Granja de Rocamora, en la Diócesis Orihuela-Alicante (España, en el seno de una familia cristiana. De cabello rubio, grandes ojos azules y mirada serena, destacó desde pequeña por su sonrisa, inocencia y vitalidad.
En 1985 contrajo una grave enfermedad y la aceptó con entereza y fortaleza, convirtiéndose para todos los que la tratan en ejemplo de alegría, humildad, sencillez y caridad.
Más tarde, ante la aparición de una nueva e imprevisible enfermedad, su alma madura rápidamente, animando a todos y aceptando su destino. Muchos testimonios constatan esta vivencia cercana, cotidiana, escondida pero extraordinaria, de unas virtudes humanas y cristianas que apuntan a un corazón en que la fe se hizo grande y profunda. En sus últimos días, su respuesta a quienes le insistían en que pidiera salud era: 'Es que el Señor ya sabe que, si conviene, me la tiene que dar. Yo le pido que aumente mi fe'"
Falleció el domingo 26 de mayo de 1996 (solemnidad de Pentecostés) dejando un testimonio de vida llena de juventud y hermosura entregadas a Dios, con sólo 20 años de edad.
Caminocatolico.org
Rebeca Rocamora Nadal nació el 7 de septiembre de 1975 en Granja de Rocamora, en la Diócesis Orihuela-Alicante (España, en el seno de una familia cristiana. De cabello rubio, grandes ojos azules y mirada serena, destacó desde pequeña por su sonrisa, inocencia y vitalidad.
En 1985 contrajo una grave enfermedad y la aceptó con entereza y fortaleza, convirtiéndose para todos los que la tratan en ejemplo de alegría, humildad, sencillez y caridad.
Más tarde, ante la aparición de una nueva e imprevisible enfermedad, su alma madura rápidamente, animando a todos y aceptando su destino. Muchos testimonios constatan esta vivencia cercana, cotidiana, escondida pero extraordinaria, de unas virtudes humanas y cristianas que apuntan a un corazón en que la fe se hizo grande y profunda. En sus últimos días, su respuesta a quienes le insistían en que pidiera salud era: 'Es que el Señor ya sabe que, si conviene, me la tiene que dar. Yo le pido que aumente mi fe'"
Falleció el domingo 26 de mayo de 1996 (solemnidad de Pentecostés) dejando un testimonio de vida llena de juventud y hermosura entregadas a Dios, con sólo 20 años de edad.
Caminocatolico.org