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Yugo
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Testimonio de un Alma Condenada al Infierno! Testimonio de un Alma Condenada al Infierno! 🙏 🙏Más
Testimonio de un Alma Condenada al Infierno!

Testimonio de un Alma Condenada al Infierno! 🙏 🙏
Yugo
MENSAJE DE LA MADRE A ROSARIO ARENILLAS
CRUZ BLANCA, 22 Agosto de 1987

Rosario:– ¡Madre, ayúdame Madre mía!... ayúdame Madre mía, ayúdame... Tú puedes hacerlo y yo no puedo, Madre mía.
Haré todo cuanto Tú me mandes.
Siempre estaré a la espera de Tus órdenes, Madre mía.
Por muy difícil que sea lo que Tú me pidas, trataré de hacerlo en todo momento.
(Momentos de silencio, transcurridos los …Más
MENSAJE DE LA MADRE A ROSARIO ARENILLAS
CRUZ BLANCA, 22 Agosto de 1987


Rosario:– ¡Madre, ayúdame Madre mía!... ayúdame Madre mía, ayúdame... Tú puedes hacerlo y yo no puedo, Madre mía.
Haré todo cuanto Tú me mandes.
Siempre estaré a la espera de Tus órdenes, Madre mía.
Por muy difícil que sea lo que Tú me pidas, trataré de hacerlo en todo momento.
(Momentos de silencio, transcurridos los cuales se oye a Rosario, decir): que sea chiquitita, porque yo quiero hacer lo que Tú me mandes... ¿que yo tengo que probar de aquella flor?
(La Madre le manda por humildad que coma de una florecilla, lo que hace Rosario, no sin antes decir):
Madre pero que no sea colorada, que sea blanca... ¿que Tú no permitirás que yo... (quedan dos o tres palabras no bien grabadas en la cinta y continúa)... nada que signifique sufrimiento?
(Tras probar la florecilla, exclama Rosario): – Qué cosa más buena, Madre mía... jamás he probado algo tan exquisito como ésto, Madre mía.
Madre:– EntrégaMe esas flores blancas que tienes en las manos, porque deseo bendecirlas todas juntas ya que con esas flores blancas que tú tienes en tus manos, quiero manifestarMe con ellas a estos hijos Míos, que tan poco saben de Mí.
No quiero manifestarMe en estos momentos tal como soy... quiero manifestarMe en una flor... en estas flores blancas que tú tienes que tratar con tanto cariño para no lastimarlas.
Hoy serán repartidas para todos... exactamente, exactamente las flores que tú tienes en tus manos y nada más.
¡Flores blancas!... ¿es que Me he equivocado de color?
El único que se equivoca es el hombre, pero Yo no.
Son blancas y solamente Yo puedo distinguir el color del Bien y del Mal.
Rosario:– Y Tú ¿porqué sabes que son blancas, Madre mía?
Madre:– Porque Yo no he venido a confundir a los hombres de la tierra.
En estos momentos Me voy a dirigir a muchos hombres con una flor.
Ya no puedo decir más de lo que he dicho, porque ya... es que lo he dicho todo... pero sí, en estos momentos Yo Me dirijo a todos los hombres con estas pequeñas flores, para deciros que sois algo más que una flor.

– (Privado para L.M.): – Aunque el mundo no quiera comprenderte hija Mía, pero Yo comprendo tu sinceridad hija Mía.
Sé que tú no marchitarás ninguna flor en tu camino... que cada día estás luchando en silencio para darle vida a tantas flores como marchitan los hombres en todo momento.
– P. no es que estoy dando las flores escogidas, estoy dando lo más bello, algo que significa PAZ... ALGO QUE NO PUEDEN CONSEGUIR LOS HOMBRES MIENTRAS EN ELLOS REINE LA MALDAD DEL ODIO.
(Dirigiéndose a todos continúa la Madre):– Porque llegará el momento, hijos Míos... llegará el momento en que LA GRAN DESTRUCCION SEA TREMENDA... en que ya el hombre no tendrá nada que hacer, pero TODAVIA ESTAIS A TIEMPO... TODAVIA HAY UNA MADRE que puede darles una Flor... pero UNA MADRE... UNA MADRE QUE EN NINGUN MOMENTO LES ABANDONARA.
NO OS VOY A ABANDONAR.
ESTARE CON VOSOTROS, mientras que UNO DE VOSOTROS PONGA MI NOMBRE EN SUS LABIOS, y sé, hijitos Míos, que sois tantos y tantos...
– (Privado para J.A.):– Estás impaciente, hijo Mío... estás impaciente (Le entrega una flor blanca)
Ni tú mismo, hijo Mío, puedes comprender lo que Yo te he dado en estos momentos, para que tú lo puedas estrechar entre tus manos.
Vendrán momentos en que ésto tomará vida, y de esa vida tú recibirás lecciones divinas, porque el mundo no te dará lo que esa flor, que Yo te he dado... que ya ha dejado de ser una flor... un día te dará hijo Mío.
Todo cuanto toco, por la Voluntad del Padre, deja de ser del hombre.
Por eso hijos Míos, en estos momentos estas flores blancas que Yo he permitido que vengan a Mis Manos, quedan convertidas en algo muy divino que hoy el hombre no podrá comprender, pero ésto, un día servirá para rechazar al enemigo
– (Privado para M.A.):– No Me abandones en ningún momento hija mía... no Me abandones en ningún momento... qué agradecida Me siento pues vuestra presencia Me hace elevarMe al Padre, y en todo momento Me postro de hinojos delante de Él (Padre), para suplicarle... y entregarLe las grandezas que Me habéis dado, porque una sola mirada Me complace.
Solamente decirle a un hermano: ¡Hermano!... Me eleva hacia el Padre.
El Padre es El que puede ver los dones de todos los hombres, y TODOS TENEIS GRANDES DONES PARA ÉL.
A todos os espera, recibiéndoos con Su Corazón abierto como grandezas y dones que va acumulando en Su Corazón, que espero que un día TENGA PIEDAD DE TODOS.
–(Privado para M.T.):– M.T. hija Mía, abrázate a esa flor, porque esa flor, un día, hará que tú sientas los latidos de Mi Corazón.
(Dirigiéndose a todos continúa la Madre):– Con estas flores que les he dado quiero rogarles a los hombres que día por día, vayan enriqueciendo la AMISTAD... QUE NO SE DESHAGAN LAS FAMILIAS, PARA QUE VUESTROS HIJOS EN NINGUN MOMENTO SE VEAN ABANDONADOS.
Rosario:– (Interrumpe las palabras del Mensaje de la Madre, para indicar la dificultad que tiene para ascender por una supuesta montaña por la que la Madre la está haciendo subir)
Madre... es que las rosas se me han quedado aquí, porque no me ha hecho mucho (ininteligible), Madre mía, y subir esta cuesta cargada con lo que Tú me has dado, es imposible.
Madre:– (Continúa el anterior mensaje):– y que los hijos y los padres, cada día se vayan volviendo para darse de cara y no de espaldas... porque llegarán los momentos en que no os vais a reconocer en la tierra.
Será tan inmenso el ODIO que el enemigo tenderá en la tierra, que ya no tendréis miedo a nada porque el AMOR habrá muerto...
Cuidado hijitos Míos, no sea que lleguen esos momentos.
YO, como MADRE Y ESPERANZA DE TODOS LOS HOMBRES, me limito a deciros que quiero que todos los pueblos despierten, que todos los pueblos se sientan HIJOS DE MARIA, y esa MARIA, simplemente quiero ser YO, porque YO SERE EL CAMINO QUE OS CONDUCIRA A LA PRESENCIA DEL PADRE.
Quisiera un día hacerles ver a los hombres lo que significa el MAL, pero no ese MAL que el hombre usa como placer... ese MAL que tortura a los hombres y ellos creen que viven en la felicidad.
Ese MAL que no tiene salvación... que es el MAL, CUANDO EL HOMBRE HA PERDIDO LA FE... CUANDO EL HOMBRE HA DADO MUERTE A SU ALMA, porque no ha sabido comprender lo que Yo significo para ellos.
Y ahora, hijitos Míos, MI BENDICION ES PARA TODOS.

(Bendice la Madre a los presentes y continúa):
Sería más importante que cada uno de vosotros tuviera el valor de dirigirse a Mí, para entregarMe aquello que él quiere que Yo le dé Mi Bendición, porque es más importante dirigirse a Mí que valerse el uno del otro.
Siento que ésto es cobardía y no quiero que vivan ustedes en el miedo y en la cobardía.
Quiero que todos se dirijan ustedes a Mí, porque Yo les estoy esperando, hijitos Míos.
NUNCA SENTIROS ABANDONADOS DE MÍ... porque cada plegaria que ofrezcan ustedes, es como un camino que hacen, lleno de luz para llegar al Padre.
Rosario:– ¡Adiós Madre mía... adiós!
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