Estos fenómenos son de lo más precioso y de un valor incalculable. No deberían
de faltar en cada hogar católico. Y nosotros los que conocemos de Garabandal,
deberíamos esforzarnos más en difundir éstos mensajes y fenómenos a todos, cre-
yentes y no creyentes, con el fin de que todos se arrepientan y cambien su mala
vida, pues el cielo nos otorga el privilegio tan inmerecido de mandarnos a la Santí-
sima Virgen, que no cesa de rogar día y noche de rodillas ante Dios por nosotros
sus hijos descarriados y tercos, que no queremos volver a Dios. Estas manifesta-
ciones son un don y un regalo precioso. Estas manifestaciones dejan muy en claro
que Dios no necesita escondernos en refugios para librarnos, porque con su poder
ilimitado nos puede salvar y proteger, si así le place. Con estos éxasis y demás
manifestaciones de su ilimitado poder, Dios nos puede librar de balas, puñaladas,
golpes, proyectiles, explosiones, bombas, atropellos, empellones, atentados, armas
destructivas de guerra y cualquier otra forma de daño mortífero inventado por los
hombres y sus maquinaciones. Dios puede muy fácilmente librarnos y sembrar el
terror entre los perseguidores de su pueblo. Por eso no hay que temer ni creer en
esos falsos profetas que imitan el estilo y la voz celestial de las verdaderas manifest-
taciones de María, para decir mensajes falsos que no se corresponden con lo dicho
en las Sagradas Escrituras y que lo que hacen es llenarnos de miedo a los hombres,
de miedo a los perseguidores y a sus torturas y no del único miedo que realmente
deberíamos de tener: el miedo y temor a Dios, y a su infinito, sobrehumano poder,
del cual no hay hombre ni ser alguno que nos pueda librar ni defender. Yo prefiero
una y otra vez, ofrendar mi vida y morir golpeado o torturado, dando testimonio de
Dios y de estos fenomenos extaticos de su Divino Poder, que negarme a dar testimo-
nio a los mismos que me persiguen, a ver si con mi testimonio de dar mi vida por la
Palabra y el Poder de Dios, se arrepienten ellos también y se libran de la tremendísima
ira de Dios con los que no se arrepienen y hacen daño a los siervos de Dios. Aquí yo
puedo ver cómo Dios tiene poder para devolverme la vida corporal si a Él le place o
para darme la corona de vencedor allá en el paraíso que está sobre las estrellas. Mi
vida está en sus manos. Yo me preocuparía mas bien, por dar testimonio de Dios y
de dar a conocer estas marchas extáticas y cientos de manifestaciones sobrenaturales
de Dios, para que la gente viendo su Divino Poder, se arrepienta y venga a Él y no
lleguen a probar, así, su ira y su cólera. !Dios los bendiga a todos!